13 Poemas de Ana María Rodas

Domingo 12 de septiembre

Domingo 12 de septiembre, 1937
a las dos de la mañana: nací.
De ahí mis hábitos nocturnos
y el amor a los fines de semana.
Me clasificaron: nena, rosadito.
Boté el rosa hace mucho tiempo
y escogí el color que más me gusta,
que son todos.
Me acompañan tres hijas y dos perros:
lo que me queda de dos matrimonios.
Estudié porque no había remedio
afortunadamente lo he olvidado casi todo.

Tengo hígado, estómago, dos ovarios,
una matriz, corazón y cerebro, más accesorios
Todo funciona en orden, por lo tanto,
río, grito, insulto, lloro y hago el amor.

Y después lo cuento.

Veronesa

Una inmensa familia
     de la itálica tierra
te trajo cerca

Ah primo mío
          con quien jugamos
     todos los juegos
que habíamos visto en los lechos
de los mayores

Nadie excepto yo está seguro
de que tu nombre haya sido Valerio
mas me besabas los ojos
atravesabas mi pubis con tu lengua

y al final     cayendo sobre mí susurrabas

          Valeria

como yo soy Valerio

Te fuiste demasiado pronto primo mío
me has hecho falta siempre
mi piel toda piensa en ti todos los días

Confieso frente a ti

Cubierta por la Luna con su luz prestada
eres hermosa      En nada te pareces a Meana
debo admitir que te amo

Pero los ojos de Juvencio     que son miel acabada de nacer
me han llevado a soñar y a otras cosas

El encanto de Licinio
      también su inteligencia
me ha hecho dar vueltas y vueltas en el lecho

No he sido fiel      no nací fiel
ni moriré siendo fiel

Pero Lesbia      habrás de perdonar estas cuestiones
que el amor y la pasión unen más fuerte que el sexo

Animal que despierta

Soy la gata que camina dentro de mí
              conmigo
las leves zarpas afelpadas
              He bajado por el río
conservando el gusto por la caza
los ambiguos maullidos.

Cuando cierro los ojos atravieso los siglos.

Las arenas le dieron el color
a esta piel suave que esconde
una flor mojada entre las fauces
el oro egipcio se ve reflejado en la pupila
              de esta gata
              que demasiadas veces
recuerda su verdadera condición de fiera.

La Reina de Saba habría dado la mitad de sus tierras
por tener estas garras.

Vivamos Valeria

Olvidemos las cosas que dicen
hasta los que en barco han llegado
     del Adriático
     de las Cícladas
     de Rodas

Sus lenguas viperinas
que bien podrían ser mejor usadas en trajines de amores
han siseado maldades desde la cumbre del Citoro

No     no se atreven a decir tu nombre
solo han murmurado el mío

Sienten miedo
son hipócritas
     Yacen con putitas flacas
se van sin pagar lo justo     que no es mucho

Vivamos Valeria
dentro de miles de años
vendrá un poeta diferente
que recordará este amor nuestro
y creará otro carmen
que sonará lleno de pasión

     Iremos lejos
     Valeria
     nuestro lecho
serán las estrellas

Aquí es granada

Cuando el filibustero harto de sangre y pólvora

le prendió fuego a la ciudad

creyó que así borraba para siempre de la faz de la tierra

a toda la gente de Granada

Cuando embriagado de soberbia creyó terminada la hecatombe

daba por descontado

que ni siquiera crecería aquí la hierba

Los secuaces

comandados por un generalito cuyo nombre me callo

            /un testaferro/

repletos de alcohol asaltaron las iglesias y robaron

los tesoros sagrados

Les arrancaron los anillos a las vírgenes, los resplandores a los santos

se llevaron los copones para seguir bebiendo

y asegurar su euforia cuando incendiaran la ciudad.

Entre llamas y hollín recorrieron aún algunas calles

vistiendo y profanando los venerables hábitos

llevando entre las manos candelabros

a manera de sacrílegas espadas

Traían un ataúd en el que aseguraban

que iban la gente y la villa de Granada

Abandonaron la ciudad que humeaba toda

creyéndose profetas dejaron a sus puertas un letrero

en donde se jactaban de su infame hazaña: ‘Aquí fue Granada’

/Y es que con sureña petulancia

el filibustero había decidido que era nicaragüense

e instauró un régimen de esclavos

y exigió que el inglés fuera el idioma para

los documentos y los actos oficiales

/Y aquí en Granada se proclamó presidente

y aquí tomó posesión del mentiroso cargo

mas no eran suficientes tales injurias, por lo tanto

era preciso calcinar Granada

Pero llegó la gente y enterró a sus muertos

y levantó de nuevo con amor y ladrillos y argamasa

esta espléndida solemne majestuosa

esta noble ciudad que se llama Granada

Y aquí sigue Granada de pie, frente al lago

que la observa y la refresca con los vientos que atraviesan su espejo

y la gente de Granada sabe de sangre y fuego

y ha tenido que lamerse las heridas

que le infligió el filibustero con rabia y con saña

Conservó la fortaleza y la pujanza para levantarse de entre las cenizas

jurar para siempre por la vida

y abrir un nuevo día aquí en Granada.

Sucede al crecer

Cuando llegue a tus manos

la primera hogaza del pan de marzo

ya no vendré por ti

                                   Olvídame

busca otra vida

Mientras no mostrabas señal de vello en el rostro

eras hermoso y deseable

Te tengo que dejar

                                   Olvídame

Aquel niño que pasa y viste aún túnica blanca

me agita la pasión que siento por Valeria

por Veranio

            tal vez por Lesbia

Es éxtasis el que logro  con ellos     muchacho

contigo solo fue sexo

Ángeles

He pasado algunos años buscando unos ángeles

ni los que absortos sobre algún Niño Dios veía en las estampas

de los libros de mi padre

He buscado a los ángeles con ganas

levantando las hojas del jardín

dándole vueltas a los árboles

tratando de evitar que se me escurran por entre las gavetas

o que se disimulen detrás de algún espejo

He vaciado armarios y trinchantes

me he ido de viaje

sólo por ver si estaban entre las maletas

                 algunas tardes

cuando el sol doraba el pelaje de mi perro

me pareció escuchar algún batir de alas

sentí un olor a almendras y a vainilla

pero al ir a buscarlos se han ido el sol  el sonido  el aroma

No sé si será esta alguna actividad ilícita

en realidad jamás he preguntado por miedo a que me digan

que no es válido perder el tiempo en busca de ángeles

cuando hay tantas tareas   que sí son serias   esperando por mí

Animal que despierta

Soy la gata que camina dentro de mí
              conmigo 
las leves zarpas afelpadas
              He bajado por el río 
conservando el gusto por la caza
los ambiguos maullidos

Cuando cierro los ojos atravieso los siglos

Las arenas le dieron el color
a esta piel suave que esconde
una flor mojada entre las fauces
el oro egipcio se ve reflejado en la pupila
              de esta gata
              que demasiadas veces
recuerda su verdadera condición de fiera

La Reina de Saba habría dado la mitad de sus tierras
por tener estas garras

Mujer que duerme

La mujer ve la luna cruzar por el rectángulo 
y abraza al perro antes de abrirse al sueño. 
Luna sobre la piel 
piel de sirena 
Sueños desportillados 
amaneceres blancos 
Se estira  lee lo que escriben sus amigos 
los ama tanto
los ama a todos
El penacho del volcán le avisa 
que hay viento norte 
A los cincuenta y tantos  dueña de una ventana 
de diez metros
de largo
su vientre está dormido 
Las sábanas son frescas 
La ciudad gime 
La mujer sueña

Desacuerdo

No me hablen de nada.

Esta noche no estoy para palabras

                                                    ni discursos

sobre los acuerdos de paz en ningún lado

Qué paz acordaron en mi nombre?

Quién les dio el permiso para hacerlo?

Ninguno de esta lista interminable

que llevo entre las manos

                 dijo

adelante firmen ese convenio.

A mí no me pidieron opinión cuando los grandes

decidieron que una guerra

                                         si se enfriaba

podía jugarse mejor en patio ajeno

Soltaron su veneno

se sentaron a contar ganancias

y a competir por escupir la Luna

Mientras tanto

aquí  como si nada  se acumularon muertos

y desaparecidos

y exiliados y odios

Cuarenta años duró el juego.

A mí no me fue mal   aún estoy viva

Pero esta lista  esta lista que me hace llorar cuando la leo

es la factura final de aquel convenio

No me vengan con sellos a estampar un cancelado

Aquí no se cancelan los afectos

ni los llantos   ni la sangre derramada

ni la memoria de los muertos

Poeta

El viejo rito me posee 
Varias noches sin sueño
después baja el río de sangre 
me ahogo en ella y renazco 
nueva como moneda 
redonda como un sueño 
perfecta en mi dolor 
recordando sólo lo suficiente del pasado 
para construir la
telaraña
con la que cubro mi cama de soltera.

I

Amante nuevo: 
quiero explicarte bien que entre tus ojos
y mis ojos
sólo hay deseo.
Que tu piel blanca a veces se oscurece
porque aquél que me marcó sigue aquí dentro.

Que quisiera decir tu nombre y no puedo
porque al abrir la boca yo recuerdo
una cama distinta
otros labios bebiéndose mis pechos

Y cuando lloro
y me prendo a ti con tanta fuerza
no es de alegría, amante.
Es de recuerdo.

II
De acuerdo,
soy arrebatada, celosa, voluble
y llena de lujuria

¿Qué esperaban?
¿Que tuviera ojos
glándulas
cerebro, treinta y tres años
y que actuara 
como el ciprés de un cementerio?

III
Dijeron que un poema
debería ser menos personal;
que eso de hablar de tú o de yo
es cosa de mujeres.
Que no es serio.

por suerte o por desgracia
todavía hago lo que quiero.

Quizá algún día utilice otros métodos
y hable in abstracto.
Ahora sólo sé que si se dice algo
debe ser sobre tema conocido.

Yo sólo soy sincera –y ya es bastante–
hablando de mis propias miserias y alegrías
puedo contar que me gustan las fresas,
por ejemplo,
y que algunas personas
  me caen mal por hipócritas, por crueles
o simplemente porque son estúpidas.
Que no pedí vivir
y que morir no es algo que me atraiga
excepto cuando me hallo deprimida.
Que estoy hecha 
sobre todo
de palabras.
Que para poder manifestarme
uso tinta y papel a mi manera.

No puedo remediarlo.
Por más que trate 
no escribiré un ensayo
sobre la teoría de los conjuntos.

Tal vez más adelante
encuentre otras formas de expresarme.
Pero eso no me importa ahora;
hoy vivo aquí y en este momento
y yo soy yo
y como tal actúo.

Por lo demás, lamento no complacer a todos.
Creo que ya es bastante mirar hacia mí misma
y tratar de aceptarme 
con huesos con músculos
con deseos con penas.
Y asomarme a la puerta y ver pasar el mundo
y decir buenos días. Aquí estoy yo.
Aunque no les guste.
Punto. 

de Poemas de la izquierda erótica (1973)

La superviviente

Me habita un cementerio 
me he ido haciendo vieja 
aquí 
al lado de mis muertos. 
no necesito amigos 
me da miedo querer porque he querido a muchos 
y a todos los perdí en la guerra. 

Me basta con mi pena. 
Ella me ayuda a vivir estos amaneceres blancos 
estas noches desiertas 
esta cuenta incesante de las pérdidas.

Fotografía : Gabriel Wer 

Ana María Rodas (Ciudad de Guatemala, 12 de septiembre de 1937). Poeta, narradora, periodista, profesora de literatura y periodismo y crítica literaria. Fue directora del Diario de Centroamericana y la Tipografía Nacional (2004-2008), directora de la Biblioteca Nacional de Guatemala (2012) y ministra de Cultura y Deporte (2015-2016). Su obra está considerada como un referente feminista latinoamericano.

Su padre, Ovidio Rodas Corzo era periodista -trabajó para el periódico El imparcial y más tarde para el Diario de Centro América- y pintor. Por ello desde su niñez Ana María estaba influenciada por la cultura, el arte y los libros. Su madre, Ana Maria Pérez Lagomazzini, le leía libro de adultos que escuchaba junto a su hermano desde pequeños.Empezó a escribir desde joven y se decantó por el periodismo. Su primer trabajo fue en el Diario de Centro América, a los 14 empezó con crónica social y deportiva, después a los 16 ya era reportera. Más tarde pasó a realizar la cobertura de la información gubernamental. Inició su carrera poética cuando ya era reportera, a los 35 años.

Su primer poemario Poemas de la izquierda erótica (1973) se inscribe como referente obligado en la literatura guatemalteca y centroamericana; según palabras de Juan Carlos Galeano poeta y profesor de la Universidad del Estado de Florida, “es un texto de afirmación del erotismo y de discurso crítico cuya base plantea la problemática del sexo, la escritura y las relaciones de poder, especialmente aquéllas de los paradigmas patriarcales reproducidos por algunos miembros de la izquierda política”. Varios artículos de crítica poética señalan los Poemas de la izquierda erótica  como un libro que marcó un antes y un después en la poesía escrita por mujeres en Guatemala.

En 1974 la Asociación de Periodistas de Guatemala le otorgó el Premio Libertad de Prensa. En 1990 recibió, simultáneamente, los primeros premios de cuento y poesía en el certamen de juegos florales de México, Centroamérica y el Caribe de 1990. En el año 2000 el Ministerio de Cultura y Deportes de Guatemala le otorga el Premio Nacional de Literatura “Miguel Ángel Asturias” por el conjunto de su obra. En el año 2006 la Fundación G&T Continental y la Asociación Cultural Vicenta Laparra de la Cerda en colaboración con la Hemeroteca Nacional Clemente Marroquín Rojas y el Ministerio de Cultura y Deportes le otorga la Orden “Vicenta Laparra de la Cerda” por su obra literaria y actividad periodística. En 2017 fue nombrada Persona Ilustre por su aporte a la literatura universal.

Sus poemas han sido publicados en antologías en español, inglés y alemán en Centroamérica, Estados Unidos, Colombia, México, Austria, Italia y Alemania.

Bibliografía
Poesía:
Poemas de la izquierda erótica (1973)
Cuatro esquinas del juego de una muñeca (1937)
El fin de los mitos y los sueños (1984)
La insurrección de Mariana (1993)
Eva a los cincuenta y dos años (1988)
Poesía de Ana María Rodas (1995)

Poemas de la izquierda erótica: Trilogía, (2006)

Esta desnuda playa (2015)

Narrativa:
Narrativa de Ana María Rodas (1995)
Mariana en la tigrera (1996)
La monja (2002)

Antigua para principiantes (2021) Editorial Del Pensativo

Enlaces de interés :

https://diariodelgallo.wordpress.com/2008/01/30/ana-maria-rodas-entrevista/

http://biblio3.url.edu.gt/Publi/Libros/abrapalabra/arte-miradas-contexto/06.pdf

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