12 Poemas de Al-Hallaj ابو المغيث الحسين بن منصور الحلاج

“Yo he visto a mi Señor por el ojo del Corazón.

Yo dije: ¿Quién eres Tú?

Él me respondió: Tú”

Al-Halla?

Tu imagen está en mi ojo

Tu invocación en mi boca

Tu habitación en mi corazón

Entonces ¿dónde podrías estar ausente?

La vida de aquí abajo me hace creer que me equivoco

como si yo no supiera su estado

Dios condenando lo ilícito

y yo evitando lo lícito

Ella me tendió su derecha

y yo la devolví con su izquierda

Yo la vi en la necesidad

y le hice ofrenda de su totalidad

¿Y cómo llorar su abandono

cuando no conozco sus favores?

Cuando el enamorado alcanza la perfección en el amor

Y se abstiene de Invocarlo bajo el dominio de la invocación

entonces ve la verdad de aquello con que el amor le rindió testimonio:

Blasfemia, la plegaria de los amantes

Me esforcé en esperar

Pero mi corazón ¿puede hacer esperar a mi corazón?

Tu espíritu se mezcló a mi espíritu

en la proximidad y la distancia

pues yo soy Tú como Tú

Tú eres yo y lo que yo quiero

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Mátenme mis autoridades pues mi vida ha de ser muerta

y mi muerte está en mi vida y mi vida está en mi muerte

La desaparición de mí es para mí un don de los más nobles

y mi permanencia en mis cualidades, uno de los pecados viles

Gran patriarca soy, de un rango elevado

pues he llegado a ser un niño en el jirón de las nodrizas

habitando al mismo tiempo el hueco de una tumba en tierras salinas

Mi madre dio a luz a su padre  he aquí una de mis maravillas

Y mis hijas, de mis hijas, fueron mis hermanas

no por hecho de los tiempos ni por hecho de los adulterios

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La ejecución de Mansur Hallaj. Acuarela de Mughal India circa 1600

Tengo un Bien Amado que visito en las soledades

presente y ausente a las miradas

Tú no me ves escucharle con el oído

para entender las palabras que Él dice

Palabras sin forma ni pronunciación

y que no se parecen a la melodía de las voces

Es como si dirigiéndome a Él

Por el pensamiento, yo me dirigiera a mí mismo

Presente y ausente, próximo y lejano

Las figuras de los calificativos no pueden contenerle

Él está más cerca que la conciencia para la imaginación

Y más oculto que los pensamientos evidentes

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Mi corazón tenía caprichos dispersos

y mis caprichos, desde que el ojo Te ha visto, se han unido

Qué tierra está vacía de Ti

¿Por qué se elevan a buscarte en el cielo?

Tú los ves mirándote en el gran día

pero ciegos ellos no ven.

Con el ojo del saber mi mirada indicó

indicó con el solo pensamiento secreto

y en mi conciencia algo apareció

más sutil a comprender por la imaginación de  mi imaginación

Y dividí el tumulto de la mar de mi pensamiento

atravesándolo como una flecha

Y mi corazón se elevó con las plumas de mi nostalgia

fijas a las alas de mi determinación

hacia Aquel que, preguntándoseme sobre Él,

yo indico por un símbolo pero que  no nombro

hasta que, habiendo sobrepasado todo límite

errante en los desiertos de la proximidad

yo miraba dos puntos de agua

y no veía ahí nada que sobrepasara los límites de mi imagen

Entonces dócil,  vine a Él

sosteniendo el extremo de mi traílla en la palma de mi sumisión

El amor grabó de Él en mi corazón

a hierro de la nostalgia, una huella ¡qué huella!

y en la proximidad, la visión de mí se ausentó de mí

tanto que olvidé mi nombre.

Me sorprendo de Ti y de mí

Oh Tú que deseas al deseante

Tú me has acercado a Ti

al punto que he creído que Tú eras yo

y me he absorbido en el amor

al punto que Tú me has aniquilado en Ti

¡Oh, mi felicidad en la vida

y mi quietud después de mi sepultación!

En mi lamento y mi confianza

sólo Tú me acompañas

¡Oh Tú cuyos jardines de signos

abrazan toda apariencia

Si yo deseo una cosa

¡Tú eres todo lo que yo deseo!

¡Ay! ¿Tú o yo? ¡He aquí dos dioses!

Lejos de mí, lejos de mí la afirmación de dos

Ah, jamás mi no-ser es para Ti un ser

Y mi todo es en todo ambiguo al doble rostro

¿Dónde, entonces, está Tu ser ahí donde yo miro?

Pues ya mi ser está allá o él no tiene “donde”

¿Y dónde está Tu rostro que yo busco con la mirada?

¿En la visión del corazón? ¿En la visión del ojo?

Entre Tú y yo, un yo está de más

¡Que la separación cese y que el Tú avasalle al yo!

¡Heme aquí, heme aquí, oh mi secreto, oh mi confidencia!

¡Heme aquí, heme aquí, oh mi fin, oh mi sentido!

Te llamo… no, ¡eres tú quien me llama a Mí!

¿Cómo te hubiera hablado, a Ti, si Tú no me hubieras hablado a mí?

¡Oh esencia de la esencia de mi existencia, oh término de mi designio,

tú que me haces hablar, oh Tú, mis enunciaciones. ¡Tu, mis parpadeos!

¡Oh Todo de mi Todo, oh mi oído, oh mi vista!

¡Oh mi totalidad, mi composición y mis partes!

¡Oh Todo de mi Todo, Todo de toda cosa, enigma equivoco, oscurezco el todo de Tu todo al querer expresarte!

¡Oh Tú, de quien mi espíritu estaba suspenso, ya al morir de éxtasis,

¡Ah! ¡Continúa siendo su prenda mi desdicha!…

¡Oh supremo objeto que yo solicito y espero, oh mi huésped,

¡Oh alimento de mi espíritu!, ¡Oh mi vida en este mundo y en el otro!

¡Sea mi corazón Tu rescate! ¡Oh mi oído, oh mi vista!

¿Por qué tanta demora, en mi apartamiento, tan lejos?

¡Ah aunque para mis ojos Te escondes en lo invisible, mi corazón ya te contempla, desde mi alejamiento, si, ¡desde mi exilio!

Tu espíritu se mezcla a mi espíritu

Como el ámbar al almizcle oloroso

Si una cosa Te toca, ella me toca

Porque Tú eres yo inseparablemente.

Abu l-Muzig al-Husayn ibn Mansur, más conocido como Al-HallaAl-Hallaj,ابو المغيث الحسين بن منصور الحلاج ( al-Bayda, Persia, (actual Irán) el 857 de la era cristiana –  Bagdad, el 26 de marzo de 922 de la era cristiana). Poeta de la unión mística y el amor divino. Místico sufí y Suni,  “agitador de conciencias” (el cardador de los corazones). Con su mensaje inicia una nueva etapa en la mística islámica, siendo reconocido como maestro por personajes de la talla de Farid Udin Attar o Yalal ad-Din Rumi. Es considerado el mártir por excelencia del islam.

Era hijo  de un cardador de algodón ( Hallaj significa “cardador de algodón” en árabe) en una ciudad arabizada llamada al-Bay?? ‘. Su padre se mudó a una ciudad en Wasit famosa por su escuela de recitadores del Corán.

 Al-Hallaj memorizó el Corán antes de los 12 años y a menudo se retiraba de las actividades mundanas para unirse a otros místicos en sus estudios en la escuela de Sahl al-Tustari. Durante este período, Al-Hallaj perdió su capacidad de hablar persa y más tarde escribió exclusivamente en árabe.

Cuando tenía veinte años, Al-Hallaj se mudó a Basora, donde se casó y recibió su hábito sufí de ‘Amr Makki. A través de su cuñado, al-Hallaj se encontró en contacto con un clan que apoyaba la rebelión Zaydi Zanj , que tenía elementos de la escuela de pensamiento chiíta. 

Tras una primera etapa en la que se introdujo en el mundo del “sufismo piadoso” que proliferaba en aquella época en la Persia recién dominada por el Islam (sus abuelo era todavía practicante de la religión persa antigua), Al-Hallaj inició una etapa de progresivo distanciamiento de las ideas más ortodoxas acerca de la forma de concebir la espiritualidad islámica. Es en esta época cuando inicia una serie de viajes que le habrían de llevar a la India y China, entrando en contacto con las antiquísimas tradiciones de estas culturas así como sus peregrinaciones a la Meca (que visitaría en tres ocasiones).

Inicia también sus discursos públicos, en los que desarrolla su concepción especial acerca de una espiritualidad abierta a todos y alejada de rituales e intermediarios. Sus viajes finalizan en los mercados y mezquitas de Bagdad, donde consciente del posible resultado de sus predicas, asume la responsabilidad de difundir su mensaje, que en gran medida podría resumirse en la sentencia “Yo soy la verdad” (Ana’l-Haqq).

Entre los otros sufíes, Al-Hallaj era una anomalía. Muchos maestros sufíes sentían que no era apropiado compartir el misticismo con las masas, sin embargo, Al-Hallaj lo hizo abiertamente a través de sus escritos y a través de sus enseñanzas. Por lo tanto comenzó a hacer enemigos. Esto se vio agravado por las ocasiones en que caía en trances, que se atribuyó a estar en la presencia de Dios.

Durante uno de estos trances, él pronunció أنا الحق Ana l-Haqq “Yo soy la verdad”, que fue tomada en el sentido de que él estaba afirmando ser Dios, ya que al-Haqq “la Verdad” es uno de los noventa y nueve nombres de Alá. Fue denunciado en el tribunal, pero un jurista Shafi’i se negó a condenarlo, afirmando que la inspiración espiritual estaba más allá de su jurisdicción.  En otra declaración controvertida, al-Hallaj afirmó “No hay nada envuelto en mi turbante salvo Dios”, y del mismo modo que apuntaría a su capa y dijo,ما في جبتي إلا الله Mā fî jubbatī illa l-Lah “No hay nada en mi manto salvo Dios. “Este tipo de expresión mística se conoce como Shath.

Es por este motivo que es arrestado bajo el cargo de ser un rebelde qarmatiano que deseaba destruir la Kaaba , porque había dicho que “lo importante es dar siete vueltas a la Kaaba del corazón”.  Según otro informe, el pretexto fue su recomendación de construir réplicas locales de la Kaaba para aquellos que no pueden hacer la peregrinación a La Meca.  La reina madre intercedió ante el califa que inicialmente revocó la orden de ejecución, pero las intrigas del visir finalmente lo impulsaron a aprobarla.  El 23 de Dhu ‘l-Qa’da (25 de marzo) las trompetas anunciaron su ejecución al día siguiente. Las palabras que pronunció durante la última noche en su celda se recogen en Akhbar al-Hallaj . Miles de personas presenciaron su ejecución a orillas del río Tigris . Primero fue golpeado en la cara por su verdugo, luego azotado hasta dejarlo inconsciente y luego decapitado  o ahorcado. Los testigos informaron que las últimas palabras de Al-Hallaj bajo tortura fueron “lo único que importa para el extasiado es que el Único lo reduzca a la Unidad”, después de lo cual recitó el versículo coránico 42:18. Su cuerpo fue rociado con aceite y prendido fuego, y luego sus cenizas fueron esparcidas por el río. Se construyó un cenotafio en el lugar de su ejecución, y “atrajo a los peregrinos durante un milenio”  hasta que fue arrastrado por una inundación del Tigris durante la década de 1920. Curiosamente, Al-Hallaŷ, un seguidor de Isa (Jesús, el Cristo) y su concepción del amor, es consciente de que su muerte contiene también el mensaje redentor de la pasión.

La figura de Al-Hallaj resultaría muy atractiva para el Orientalismo del siglo XIX y diferentes serían las interpretaciones que se harían de su figura. Entre ellas destacaría la de Louis Massignon, que dedicó prácticamente su vida al estudio de la vida y obra de Al-Hallaj y creó una vasta obra al respecto, aunque en la actualidad se discutan muchas de sus concepciones.

La universalidad del pensamiento del poeta místico Al-Hallaj queda resumida en la siguiente anécdota:

 Un día, en un zoco de Bagdad , dirigiéndose a un oyente, afirmó:

«Debes saber que judaísmo, cristianismo e islam, como las otras religiones, no son más que denominaciones. El objetivo buscado a través de ellas no varía ni cambia jamás».

Entre las principales obras de Al-Hallaj, todas escritas en árabe, se incluyen: 

  • Veintisiete Riwāyāt (historias o narrativas) recopilados por sus discípulos alrededor de 290/902.
  • Kitāb al-Tawāsīn , una serie de once obras breves.
  • Poemas recopilados en Dīwān al-Hallāj .
  • Pronunciamientos, incluidos los de su última noche, reunidos en Akhbār al-Hallāj .

Enlaces de interés :

http://www.fragmenta.cat/es/fragmentos/cataleg/fragmentos/1641404

https://hmong.es/wiki/Mansur_Al-Hallaj

https://denippaz.wordpress.com/al-hallaj/

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