11 Poemas de Borís Pasternak,Борис Пастернак

Ночь

Идет без проволочек
И тает ночь, пока
Над спящим миром летчик
Уходит в облака.

Он потонул в тумане,
Исчез в его струе,
Став крестиком на ткани
И меткой на белье.

Под ним ночные бары,
Чужие города,
Казармы, кочегары,
Вокзалы, поезда.

Всем корпусом на тучу
Ложится тень крыла.
Блуждают, сбившись в кучу,
Небесные тела.

И страшным, страшным креном
К другим каким-нибудь
Неведомым вселенным
Повернут Млечный путь.

В пространствах беспредельных
Горят материки.
В подвалах и котельных
Не спят истопники.

В Париже из-под крыши
Венера или Марс
Глядят, какой в афише
Объявлен новый фарс.

Кому-нибудь не спится
В прекрасном далеке
На крытом черепицей
Старинном чердаке.

Он смотрит на планету,
Как будто небосвод
Относится к предмету
Его ночных забот.

Не спи, не спи, работай,
Не прерывай труда,
Не спи, борись с дремотой,
Как летчик, как звезда.

Не спи, не спи, художник,
Не предавайся сну.
Ты вечности заложник
У времени в плену.

Noche

Sin descanso la noche
avanza y se difunde
sobre el mundo que duerme,
mientras un aviador asciende entre las nubes;

Se adentra en el oleaje
fluctuante de la niebla,
se vuelve una inicial sobre una sábana,
una pequeña cruz bordada en tela.

Allá abajo los bares
nocturnos, los cuarteles,
ciudades extranjeras y estaciones,
maquinistas y trenes.

Una sombra de ala se recorta
en toda su extensión contra una nube.
Los astros por lo negro, silenciosos,
vagan en muchedumbre.

Y quién sabe hacia cuáles
desconocidos universos,
con terrible, terrible inclinación,
la Vía Láctea extiende su sendero.

En espacios sin fin los continentes
incesantes llamean.
En las calderas, en los sótanos,
los fogoneros velan.

En París, bajo el filo de los techos
Venus o Marte
se asoman para ver qué nueva farsa
proclama el manifiesto.

Y allá, en un resplandor de lejanías,
hay quien no puede conciliar el sueño
en la antigua buhardilla
recubierta de tejas.

Él contempla el planeta
como si el firmamento
fuese el único objeto
del afán de sus noches.

No te adormezcas, no duermas, trabaja,
no hagas un alto en tu tarea,
no duermas, lucha contra el sueño,
lo mismo que el piloto, o que la estrella.

No duermas, artista, no duermas,
no te entregues al sueño.
Que de lo eterno tú eres el rehén
en la prisión del tiempo.

Si hubiera yo sabido…

Si hubiera yo sabido lo que pasa

la vez primera que volqué mi pecho:

que del verso de sangre brota sangre;

que puede estrangularte el sentimiento,

          la verdad es que habría renunciado

          de antemano a quemarme en ese fuego.

          ¡Pero fue tan pequeño el primer soplo…

          la meta parecía estar tan lejos…!

Mas al igual que la indolente Roma

suelen portarse la vejez y el verso:

la muerte, no palabras los aplaca;

sacrificios exigen, no su gesto.

Que cuando — gladiador que va a la arena—

se desborda el torrente del aliento,

lo abandona el artista, y es juguete

del destino, la túnica del tiempo.

1932

Transformación

Era amigo en un tiempo de los pobres,
no por nobleza alguna de ánimo,
sino porque la vida sólo entre ellos
transcurría sin falsedad, sin fastos.

Frecuentaba las casas de los nobles
y los ambientes refinados;
No obstante, aborrecía a los parásitos
y amaba la miseria más odiosa.

Y me esforzaba por hacerme amigo
de los que trabajaban como obreros,
de modo que me hacían un honor
al acogerme entre los harapientos.

Tangible, sin palabras, sustancial,
firme y robusta era la vida
en la desolación de aquellos sótanos
y en aquellos altillos sin cortinas.

Y también yo me corrompí
al tocarme la ruina de la época;
Se hicieron optimistas, bien pensantes,
y el dolor transformaron en vergüenza.

Para todos aquellos en los cuales confiaba
desde hace tiempo soy un sospechoso,
y al hombre lo he perdido desde cuando
fue perdido por todos.

Los hermanos Borís, Josefina, Lydia y Aleksandr pintado por su padre L. Pasternak (1914)

El vencedor

¿Os acordáis del hielo en la garganta

cuando el tropel de la barbarie ciega

desbordó su estridencia en nuestro suelo

sembrándolo de invierno sin promesas?

          La razón opusimos como escudo

          contra el cual no hay ariete que no ceda.

          ¡Cómo venció al destino Leningrado!

          ¡Qué reluciente roca de firmeza!

Y cuando, en la escalada de su hazaña,

rompió el anillo que oprimió sus piedras,

¡con qué asombrado grito de entusiasmo

se derramó el aplauso sin fronteras!

          ¡Oh qué inmensa la gloria de ese nombre

          donde culmina el sol de la leyenda!

          Cuanto fuera imposible, Leningrado

          lo realizó en el cielo y en la tierra.

1944

Borís Pasternak y su familia en los años 1920

Hasta la esencia misma de las cosas…

Hasta la esencia misma de las cosas

llegar quisiera:

en el trabajo, caminando a tientas,

o en la embriaguez confusa del amor.

          Hasta el porqué del tiempo ya pasado,

          la savia que alimenta sus raíces…

          la luz de sus orígenes,

hasta el soplo que enciende el corazón,

sintiendo el suave tacto

del hilo de la vida, de los hechos

para meterme dentro, estar en ellos

y un mundo con mis manos alumbrar.

          ¡Ah sí del soplo aquel estremecieran

          mis dedos la caricia…!

          Escribir en tal caso yo podría

          de la virtud de un alma pasional;

de la injusticia, el cuenco de las manos,

de la caza del hombre,

de la sorpresa en que el azar se esconde,

del pecado diría su sabor;

          su ley descubriría

          descortezando el velo de su grano,

          y entonces ya sabría el gesto mágico

          con que apresar su voz.

Irguiendo su estatura, como tilos

temblorosos y firmes,

alineados por cientos o por miles,

cultivaría versos mi jardín:

          versos con el aliento de la rosa,

          la gracia de la menta,

          de los juncos, el canto de la siega…

          con la fuerza del trueno para herir.

Así sembró Chopin el misterioso

mensaje de los sotos, de las tumbas,

de los campos polacos en su música

transida de dolor…

          Que si tenemos preparado el arco,

          tirante cada vena, alcanzaremos

          con nuestra flecha el premio

          por cuyo fruto apuesta el corazón.

1956

La suplente

Vivo con tu retrato,
el que ríe a carcajadas,
ese en que los tendones de las muñecas
crujen,
el que rompe los dedos
sin quererlos soltar,
el que uno mira y mira
y se siente muy triste.

El que del crujir de los tronos
y la marcha de Rákochi,
los cristalillos del salón,
el cristal y los invitados,
corre ardiente por el piano
y salta
por nudillos, rosetones, rosas
y huesos

para, el peinado aflojando,
alocado, travieso,
los prendedores del cabello
en el gorrito,
valsar a placer en rededor,
entre bromas,
mordisqueando el chal, cual tortura,
respirando apenas.

Para, apretando la corteza
con la mano,
de mandarina fríos gajos
engullir con premura,
por volver a la sala con arañas,
tras los cortinajes,
al olor de aquel vals,
que otra vez resonaba atrayente.

Así se sentaría el torbellino
a fin de, como apuesta,
impulso de vapores en camino,
y agujas, y tinieblas,
cual musulmán faquir,
en un instante,
llevarse sin pestañear .

Y declarar que no es ningún corcel,
ni un susurro travieso de los montes,
pero, que esas rosas que lleva al costado
la arrastran a galope tendido.

No es él, no es el susurro de los montes,
no es él, no es el sonido de herraduras,
sino tan sólo, solamente,
la que está ceñida por el pañuelo.

Y no es otra cosa que el tul y el destino,
el alma, el gorrito y los pies,
que corren al compás del torbellino,
llevándola en sus sueños susurrantes.

A ellos, a ellos:
¡y en burla cruel,
yo me río a placer,
con ganas locas,
para envidia de esos secos danzarines,
me río hasta saltárseme las lágrimas!

Boris Pasternak, Olga Ivinskaya y la hija de Olga Irina Yemelyanova. Museo: Colección privada.

Eva

Los árboles se inclinan sobre el río,
y el mediodía en los acantilados
de la costa arrojó hacia los remansos
como una red de pescador, las nubes.

Como una inmensa red, el cielo se hunde,
y en este cielo, como en una trama,
nada la multitud de los bañantes:
Hombres, mujeres, niños.

Cinco o seis salen por el mimbreral
hacia la orilla, silenciosamente,
y retuercen sus mallas
encima de la arena.

Y son los nudos de la tela como
culebras que se anillan y revuelven,
como si la serpiente tentadora
se agazapara entre las hebras húmedas.

Oh mujer, en tus gestos y en tus ojos
no hay engaño posible para mí.
Eres como una mano en la garganta
cuando la ahoga la emoción.

Fuiste formada como en un bosquejo,
como un trazo insinuado de otro ciclo,
como si de verdad, mientras dormía,
te hubieras levantado de mi tórax

Y al instante ya huyeras de mis manos
y eludieras mi abrazo, mujer, toda
tú asombro y miedo, angustia
del corazón del hombre.

Traducción de Pablo Anadón

Alma

Alma mía, que sufres
por los que te rodean,
te has convertido en el sepulcro
de todos los que penan en la tierra.

Sus cuerpos embalsamas,
les consagras tus versos,
la lira, sollozante,
alza por ellos un lamento.

En nuestra época egoísta
defiendes el temor y la conciencia
como una urna funeraria
donde reposen sus cenizas.

Los tormentos de todos
te han puesto de rodillas.
Hueles a polvo de cadáver,
a fosas y a obitorios.

Alma mía, escudilla,
de todo, todo aquello que aquí has visto,
Has ido haciendo una mixtura
triturando, lo mismo que un molino.

Y muele todavía
cuanto me ha sucedido,
casi cuarenta años de esta vida,
en humus de las tumbas.

Traducción de Pablo Anadón

Festines

Bebo la amargura de los nardos,
la amargura de cielos otoñales,
y en ellos el chorro ardiente de tus traiciones.
Bebo la amargura de las tardes, las noches,
y las multitudes,
la estrofa llorosa de inmensa amargura.

La sensatez de engendros de talleres no sufrimos.
Hostiles somos hoy al pan seguro.
Inquieta el viento aquel de los coperos brindis,
que, muy posiblemente, jamás se cumplirán.

Heredamiento y muerte son comensales nuestros.
Y en la serena aurora, los picos de los árboles llamean.
En la galletera, cual ratón, rebusca un anapesto,
y Cenicienta cambia con premura de vestido.

Suelos barridos, en el mantel… ni una migaja.
El verso es sereno cual beso infantil.
Y corre Cenicienta, en su coche si hay suerte,
y cuando no hay ni blanca, con sus piernas también.

Гамлет

Гул затих. Я вышел на подмостки.
Прислонясь к дверному косяку,
Я ловлю в далеком отголоске,
Что случится на моем веку.

На меня наставлен сумрак ночи
Тысячью биноклей на оси.
Если только можно, Aвва Oтче,
Чашу эту мимо пронеси.

Я люблю твой замысел упрямый
И играть согласен эту роль.
Но сейчас идет другая драма,
И на этот раз меня уволь.

Но продуман распорядок действий,
И неотвратим конец пути.
Я один, все тонет в фарисействе.
Жизнь прожить – не поле перейти.

Hamlet

Cesó el desorden. He entrado en escena.
Apoyado en el borde de la puerta,
me percato en el eco ya lejano
de las cosas que ocurren en mi siglo.

Clava en mí la oscuridad de la noche
un millar de anteojos ardientes.
Entonces, abba padre, si es posible,
por favor, aparta de mí este cáliz.

Yo amo tus obstinadas intenciones
y feliz representaré este rol.
Pero ahora otro drama es repartido,
y, al menos en esta ocasión, dispénsame.

El orden de los actos ya fue expuesto
y el término del viaje es inminente.
Estoy solo: la hipocresía abunda.
Vivir la vida no es cruzar un campo.

Fin

¿Fue todo realidad? ¿Es hora de paseos?
Es mejor dormir eternamente, dormir, dormir,
y no ver sueño alguno.

Otra vez la calle. Otra vez la cortina de tul.
Otra vez, cada noche, la estepa, el almiar, los lamentos,
ahora, y en adelante.

Las hojas en septiembre, con asma en cada átomo,
ven en sueños silencios y sombras. De pronto despierta el verbel
la carrera de un perro.

Espera que se tiendan. De pronto aparece un gigante,
y otro. Unos pasos. «Aquí hay un tornillo».
Un silbido y una voz: «¡Espera!»

¡Si él, literalmente, hundía, desmoronaba el camino
con nuestro paso! El hasta el suelo
torturaba contigo.

Otoño. Baja un abalorio de amarillo azulado.
¡Ay, como tú, podredumbre, he de morir!
¡Qué cansado de vivir estoy!

¡Oh! A destiempo la noche nos inciensa con las maniobras
de las locomotoras; cuado llueve cada hoja se quiere
marchar a la estepa, como aquéllas.

!Las ventanas me hacen escenas. ¡Pero es en vano!
La puerta salta de los goznes cuando el hielo
le besa los codos.

Preséntame a alguno de los ahítos,
como ellos, por la cosecha de los campos del sur,
solares y herrumbre.

¡Pero con la dentera, el pasmo, los terrones
en la garganta, con la tristeza de tantas palabras
te cansas de tener amistad!

Borís Leonídovich Pasternak, Борис Леонидович Пастернак. (Moscú, 10 de febrero de 1890-Perediélkino, 30 de mayo de 1960). Poeta y Escritor. Nominado hasta siete veces desde 1946, fue galardonado, al fin, con el Premio Nobel de Literatura en 1958, tras publicarse, en Italia su magnifica novela «Doctor Zhivago».

Su obra poética y su narrativa han ejercido una notable influencia en los escritores de su país, a pesar de la censura a la que fueron sometidas por el régimen soviético. 

Hijo de Rosalía Isidorovna Kaufman, una de las mejores pianistas de su tiempo, y del pintor Leonid O. Pasternak. Creció en un ambiente culto y artístico , su casa era visitada por artistas y escritores como Serguéi Rajmáninov, León Tolstói o Rainer Maria Rilke.

Estudió leyes y filosofía e historia en las Universidades de Moscú y de Marburgo (Alemania). Estudió también música durante su juventud, aunque la abandonó para dedicarse a la poesía. Regresó a Moscú en 1914 y publicó su primera colección de poemas ese mismo año. Durante la Primera Guerra Mundial trabajó en una fábrica de productos químicos en Perm, en los Urales.

Los primeros libros de versos de Pasternak pasaron desapercibidos. Con Sestra moya zhizn (La vida de mi hermana), 1922, y Temy i variatsii (Temas y variaciones), 1923, este último marcado por un estilo extremo, aunque sobrio, Pasternak ganó por primera vez un lugar como poeta destacado entre sus contemporáneos rusos. En 1924 publicó Vysokaya bolezn (Sublime Malady), que retrata la revuelta de 1905 tal como él la vio, y Detstvo Lyuvers (La infancia de Luvers), una representación lírica y psicológica de una joven en el umbral de la feminidad. Al año siguiente se publicó una colección de cuatro cuentos bajo el título Vozdushnye puti (Vías aéreas).

En 1927, Pasternak volvió nuevamente a la revolución de 1905 como tema de dos obras extensas: Leytenant Shmidt, un poema que expresa un dolor trepidante por el destino del teniente Schmidt, el líder del motín en Sebastopol, y Devyatsot pyaty dios (El año 1905) , un poema poderoso pero difuso que se concentra en los hechos relacionados con la revolución de 1905.

En 1935 publicó traducciones de algunos poetas georgianos y posteriormente tradujo los principales dramas de Shakespeare, varias de las obras de Goethe, Schiller, Kleist y Ben Jonson, y poemas de Petöfi, Verlaine, Swinburne, Shelley y otros. Na rannikh poyezdakh (En los primeros trenes), una colección de poemas escritos desde 1936, se publicó en 1943 y se amplió y reeditó en 1945 como Zemnye prostory (Amplios espacios de la Tierra).

En 1957, Doktor Zhivago, la única novela de Pasternak, excepto la anterior “novela en verso”, Spektorsky (1926), apareció por primera vez en una traducción italiana porque las editoriales soviéticas rechazaron la novela, , debido a que en ella se establecía una crítica al comunismo en su país.

La novela tuvo tal acogida que se editó inmediatamente en 18 idiomas; David Lean la adaptó al cine en 1965. 

Pasternak fue galardonado con el Premio Nobel de Literatura en el año 1958. En principio el autor ruso aceptó el premio, pero ante las presiones de carácter político y amenaza de expulsión de Rusia por parte del gobierno comunista, el escritor terminó rechazando el galardón sueco.

Pasternak se casó en dos ocasiones. La primera en 1922 con Evgeniia Vladimirovna Lourie y la segunda en 1934 con Zinaida Neuhaus. En 1923, con Evheniia, tuvo a su hijo Evgenii y con Zinaida tuvo a Leonid.

Mientras estaba casado con Zinaida, Boris mantuvo una larga e intensa relación con la poeta Olga Ivinskaya (nacida en 1912, 22 años menor) que inspiró al autor moscovita el personaje de Lara en “Doctor Zhivago”.Se conocieron en la redacción de la revista literaria Novy Mir donde trabajaba Olga.

Ivínskaya colaboró estrechamente con Pasternak en la traducción de poesía de idiomas extranjeros al ruso. La poeta pasó varios años en un gulag acusada de ser cómplice de espionaje; era un intento de presionar a Pasternak para que dejara de escribir críticamente del sistema soviético. En una carta de 1958 a un amigo de Alemania Occidental, Pasternak escribió que “la encarcelaron por mi culpa, como la persona que, según la policía secreta, era la más cercana a mí, y esperaban que a través de amenazas y un interrogatorio agotador obtuvieran de ella pruebas suficientes para enjuiciarme. Le debo mi vida y el hecho de que no me tocaran en aquellos años se deben a su heroísmo y resistencia”.

Su relación se inició en 1946 y terminó con el fallecimiento del escritor.

Pasternak murió en Peredelkino el 30 de mayo de 1960. Tenía 70 años de edad.

Está enterrado en el cementerio Peredelkino

Según la catedrática y traductora rusa  Ekaterina Ignatova:

¨Para los rusos, antes que novelista, Boris Pasternak fue un poeta, y sus versos se releen una y otra vez. En cada ocasión sus lectores experimentan nuevos matices emocionales, que sólo un lírico universal puede suscitar.  Quería presentarlo como el mayor poeta ruso del siglo XX.”

https://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/2015/1/ekaterina-ignatova-por-amor-a-pasternak

https://www.washingtonpost.com/opinions/the-passion-and-trauma-that-drove-pasternaks-writing-of-doctor-zhivago/2017/02/02/0f3f79fa-c6e3-11e6-bf4b-2c064d32a4bf_story.html

https://circulodepoesia.com/2021/08/boris-pasternak-hamlet/

https://www.elmundo.es/cultura/literatura/2020/02/21/5e4ec6e2fc6c838d0a8b463d.html

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