Diálogo con Chile
Verás un mar de piedras
Verás margaritas en el mar
Verás un Dios de hambre
Verás el hambre
Verás figuras como flores
Verás un desierto
Verás el mar en el desierto
Verás tu odio
Verás un país de sed
Verás acantilados de agua
Verás nombres en fuga
Verás la sed
Verás amores en fuga
Verás el poco amor
Verás flores como piedras
Verás sus ojos en fuga
Verás cumbres
Verás margaritas en las cumbres
Verás un día blanco
Verás que se va
Verás no ver
Y llorarás
Pastoral de Chile
I
Chile está cubierto de sombras
los valles están quemados, ha crecido la zarza
y en lugar de diarios y revistas
sólo se ven franjas negras en las esquinas
Todos se han marchado
o están dormidos, incluso tú misma
que hasta ayer estabas despierta
hoy estás durmiendo, de Duelo Universal
II
Los pastos crecían cuando te encontré acurrucada
tiritando de frío entre los muros
Entonces te tomé
con mis manos lavé tu cara
y ambos temblamos de alegría cuando te pedí
que te vinieses conmigo
Porque ya la soledad no era
yo te vi llorar alzando hasta mí tus párpados quemados
Así vimos florecer el desierto
así escuchamos los pájaros de nuevo cantar
sobre las rocas de los páramos que quisimos
Así estuvimos entre los pastos crecidos
y nos hicimos uno y nos prometimos para siempre
Pero tú no cumpliste, tú te olvidaste
de cuando te encontré y no eras más que una esquirla
en el camino. Te olvidaste
y tus párpados y tus piernas se abrieron para otros
Por otros quemaste tus ojos
Se secaron los pastos y el desierto me fue el alma
como hierro al rojo sentí las pupilas
al mirarte manoseada por tus nuevos amigos
nada más que para enfurecerme
Pero yo te seguí queriendo
no me olvidé de ti y por todas partes pregunté
si te habían visto y te encontré de nuevo
para que de nuevo me dejaras
Todo Chile se volvió sangre al ver tus fornicaciones
Pero yo te, seguí queriendo y volveré a buscarte
y nuevamente te abrazaré sobre la tierra reseca
para pedirte otra vez que seas mi mujer
Los pastos de Chile volverán a revivir
El desierto de Atacama florecerá de alegría
las playas cantarán y bailarán para cuando avergonzada
vuelvas conmigo para siempre
y yo te haya perdonado todo lo que me has hecho
¡hija de mi patria!
III
Allá va la que fue mi amor, qué más podría decirle
si ya ni mis gemidos conmueven
a la que ayer arrastraba su espalda por las piedras
Pero hasta las cenizas recuerdan cuando no era
nadie y aún están los muros contra los que llorando
aplastaba su cara mientras al verla
la gente se decía “Vámonos por otro lado”
y hacían un recodo sólo para no pasar cerca de ella
pero yo reparé en ti
sólo yo me compadecí de esos harapos
y te limpié las llagas y te tapé, contigo hice agua
de las piedras para que nos laváramos
y el mismo cielo fue una fiesta cuando te regalé
los vestidos más lindos para que la gente te respetara
Ahora caminas por las calles como si nada de esto
hubiese en verdad sucedido
ofreciéndote al primero que pase
Pero yo no me olvido
de cuando hacían un recodo para no verte
y aún tiemblo de ira ante quienes riendo te decían
“Ponte de espalda’’ y tu espalda se hacía un camino
por donde pasaba la gente
Pero porque tampoco me olvido del color del pasto
cuando me querías ni del azul
del cielo acompañando tu vestido nuevo
perdonaré tus devaneos
Apartaré de ti mi rabia y rencor
y si te encuentro nuevamente, en ti me iré amando
incluso a tus malditos cabrones
Cuando vuelvas a quererme
y arrepentida los recuerdos se te hayan hecho ácido
deshaciendo las cadenas de tu cuello
y corras emocionada a abrazarme
y Chile se ilumine y los pastos relumbren
IV
Son espejismos las ciudades
no corren los trenes, nadie camina por las calles
y todo está en silencio
como si hubiera huelga general
Pero porque todo está hecho para tu olvido
y yo mismo dudo si soy muerto o viviente
tal vez ni mis brazos puedan cruzarse sobre mi pecho
acostumbrados como estaban al contorno de tu cuerpo
Pero aunque no sobrevivirán muchas cosas
y es cierto que mis ojos no serán mis ojos
ni mi carne será mi carne
y que Chile entero te está olvidando
Que se me derritan los ojos en el rostro
si yo me olvido de ti
Que se crucen los milenios y los ríos se hagan azufre
y mis lágrimas ácido quemándome la cara
si me obligan a olvidarte
Porque aunque hay miles de mujeres en quien poder
alegrarse y basta un golpe de manos
para que vuelvan a poblarse las calles
no reverdecerán los pastos
ni sonarán los teléfonos ni correrán los trenes si
no te alzas tú la renacida entre los muertos
Hoy se han secado los últimos valles
y quizás ya no haya nadie
con quien poder hablar sobre la tierra
Pero aunque eso suceda
y Chile entero no sea más que una tumba
y el universo la tumba de una tumba
¡Despiértate tú, desmayada, y dime que me quieres!
V
Rómpanse de amargura, muéranse de dolor
Que se derritan sus tanques
y se caigan a pedazos sus aviones
y que de tristeza se hagan polvo corazones y valles
mentes y paisajes
delirios y galaxias
Porque enlutaron sus casas y arrasaron sus pastos
Porque no hay consuelo para nosotros
y nadie acude
a compadecerse de los afligidos
Y ella llorando decía:
“Nadie me quiere y mis hijos me han abandonado)’
Pero ¿quién podría dejar de querer
al niño que cría
o abandonar al hijo que alimenta?
Pues bien, aunque se encontrase a alguien
que así lo hiciese
¡Ellos nunca te abandonarían a ti!
VI
Chile está lejano y es mentira
no es cierto que alguna vez nos hayamos prometido
son espejismos los campos
y sólo cenizas quedan de los sitios públicos
Pero aunque casi todo es mentira
sé que algún día Chile entero
se levantará sólo para verte
y aunque nada exista, mis ojos te verán
Guárdame en ti
Amor mío: guárdame entonces en ti
en los torrentes más secretos
que tus ríos levantan
y cuando ya de nosotros
sólo quede algo como una orilla
tenme también en ti
guárdame en ti como la interrogación
de las aguas que se marchan
Y luego: cuando las grandes aves se
derrumben y las nubes nos indiquen
que la vida se nos fue entre los dedos
guárdame todavía en ti
en la brizna de aire que aún ocupe tu voz
dura y remota
como los cauces glaciares en que la primavera desciende.
El primer canto de los ríos
Es el amor … ése es el amor
Ay ése es el amor…
Ay ése es el amor que hemos llorado tanto … se
largan los ríos que se aman … partiendo
Cauce abajo … arrojándose sobre las praderas
que lloraban mirándose … Nosotros somos las
montañas que lloraron mirándose dicen los ríos
que las llamaban … arrastrándolas
Borrascosos … tras las largas praderas que los
vientos subían … Quiénes nos subieron el dolor
de esas montañas se van diciendo las inmensas
praderas del cielo … Somos todos los pastos de
este mundo les contestan largándose los ríos
que se aman … abiertos … tirados … rompiéndose
El desierto de Atacama V
Di tú del silbar de Atacama
el viento borra como nieve
el color de esa llanura
- El Desierto de Atacama sobrevoló infinidades de
desiertos para estar allí
- Como el viento siéntanlo silbando pasar entre el
follaje de los árboles
iii. Mírenlo transparentarse allá lejos y sólo acompañado
por el viento
- Pero cuidado: porque si al final el Desierto de
Atacama no estuviese donde debiera estar el mundo
entero comenzaría a silbar entre el follaje de los
árboles y nosotros nos veríamos entonces en el
mismísimo nunca transparentes silbantes en el
viento tragándonos el color de esa pampa.
El ascenso del Pacífico
Se encumbró entonces el océano
y nuestras pupilas miraban el portento
sin todavía creerlo
Escuchamos de nuevo las rompientes, las
infinidades de islas
subiendo igual que estrellas sobre el cielo
Allí está el Pacífico hombre, allí, encima,
de nuestras cabezas
y no lo crees y tus ojos lloran
y no puedes entenderlo y tus ojos lloran
todos los que amamos son el mar
Todo lo que amamos es el mar
América es un mar con otro nombre.
Y llorarás. ¿Eras tú papá?
Después de cinco días esperando que se despejara
la neblina sobre la costa norte pude ver los
acantilados. Kilómetros y kilómetros de paredes
de granito cortándose a pique y mil metros más
abajo el océano Pacífico. Había imaginado unas
frases escritas sobre esos paredones, veintidós
exactamente, de amor, de locura y de muerte
recortándose sobre ellos. Me las imaginé en un
sueño. La llanura del desierto de Atacama que se
interrumpía de golpe, luego el abismo y al
fondo el mar. Años después morí. Eran millones
y millones de hombres y mujeres arrojándose,
muchedumbres inacabables que se detenían por
un instante en el borde de los paredones y luego
se lanzaban. Algunos lo hacían tomados de la
mano, se miraban a los ojos y daban el último
paso, otros sostenían niños en sus brazos y
lloraban quedamente mientras el viento del
desierto hacía flamear sus ropas. Sentí un brazo
posarse en mi hombro ¿eras tú, papá? y el vacío
se abrió bajo mis pies sin estruendo, igual que
una boca muda y dulce. Al frente, el azul del
inmenso amanecer se iba fundiendo con el
Pacífico y las frases de amor, de locura y de
muerte, se me pegaron en los labios también sin
estruendo, suavemente, como un último silencio.
Raúl Armando Zurita Canessa ( Santiago de Chile, 10 de enero de 1950) Poeta y activista.
Hijo de Ana Canessa Pessolo, Italiana y de Raúl Armando Zurita Inostroza. Se quedo huérfano de padre cuando solo tenia dos años. Vivió una infancia difícil de carencia económica, su madre se puso a trabajar y fue su abuela Josefina quien se ocupaba de él y de su hermana pequeña. Gracias a las lecturas de la abuela conoció la Divina Comedia de Dante, lo que le marcaría profundamente y ha dejado una gran huella en su poesía .
Empieza a crear sus primeros poemas durante sus estudios en el Liceo José Victorino Lastarria. No obstante, más tarde, se inclina por los estudios de Ingeniería Civil en la Universidad Técnica Federico Santa María.
En 1974, sin finalizar Ingeniería, se traslada a la Universidad de Chile para comenzar estudios humanísticos. Participa en una organización de arte llamada Tentativa Artaud, y publica “Áreas verdes” en la revista Manuscritos.
Vivió el encarcelamiento y la tortura durante la dictadura de Pinochet por sus ideas comunistas ,lo cual acentuó aún más su sentido de la justicia y su activismo de resistencia frente a la dictadura militar. Ejemplo de ello fué una acción poética en la cual mediante palas mecánicas, excavó en el desierto de Atacama para escribir, con letras de tamaño enorme, el verso “Ni pena ni miedo”, como gesto de esperanza al pueblo chileno.
Según sus propias palabras “ yo empecé a leer poesía porque un amigo de barrio que tenía once o doce años, que era un malvado desgarrador, un pésimo estudiante, que se trenzaba a puñetes todos los días, leía poesía y recitaba a Rubén Darío de memoria.” ( entrevista realizada por Ezequiel Zaidenwerg) https://d3atisfamukwh6.cloudfront.net/sites/default/files/files6/files/zaidenwerg-m.pdf
Zurita se casó a los 20 años con la artista visual Miriam Martínez Holger, hermana de su amigo poeta Juan Luis Martínez. La pareja tuvo tres hijos: Iván (n. 1971, arquitecto), Sileba (1973, artista visual) y Gaspar (1974, cineasta que vive en París). Poco después del nacimiento de este último, el matrimonio se rompió.
En 1974 conoció a la artista Diamela Eltit con quien formó una relación que duró 10 años y tuvo un hijo, Felipe (músico).
En 1979 publica su primer libro, Purgatorio, poemario basado en su experiencia en la cárcel y las consecuencias sociales de la dictadura de Pinochet.
Entre 1982 y 1987, Raúl Zurita pudo publicar cinco de sus obras: Anteparaíso (1982), Literatura, lenguaje y sociedad (1983), El paraíso está vacío (1989), Canto a su amor desaparecido (1985) y El amor de Chile (1987). Durante esa época, viaja a Estados Unidos para participar en charlas y conferencias de destacadas universidades como las de Harvard, Columbia y Stanford.
En 1990, siendo presidente de Chile Patricio Aylwin es nombrado agregado cultural en Roma.
En 2001 se separó de quien fuera su tercera pareja, Amparo Mardones Viviani, tras una relación de 15 años. A su regreso de Berlín, en 2002, conoció a Paulina Wendt, Doctora en Literatura y una colega de la universidad en la que impartía clases, con quien se casó en 2009 y a quien están dedicados todos sus libros publicados después del 2000. La dedicatoria de Zurita dice: «A Paulina Wendt con quien moriré».
En 2000 recibió el Premio Nacional de Literatura de Chile, el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda en 2016 y el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2020.
Algunas de sus publicación son : Purgatorio (1979), Anteparaíso (1982), Canto a su amor desaparecido(1985), El amor de Chile (1987), La vida nueva (1994), Poemas militantes (2003), INRI (2004),Los países muertos (2006), Poemas de amor (2007), Las ciudades del agua (2007) y Zurita (2011); También es autor del ensayo Literatura, lenguaje y sociedad (1973-1983)
Su obra ha sido traducida al inglés, francés, alemán, ruso, sueco, árabe, hindi, esloveno, ruso, noruego, chino…
Enlaces de interés :
https://cuadernoshispanoamericanos.com/raul-zurita/
https://www.poemas-del-alma.com/raul-zurita.htm
https://es.wikipedia.org/wiki/Raúl_Zurita