8 Poemas de Raul Zurita

Diálogo con Chile

Verás un mar de piedras
Verás margaritas en el mar
Verás un Dios de hambre
Verás el hambre
Verás figuras como flores
Verás un desierto
Verás el mar en el desierto
Verás tu odio
Verás un país de sed
Verás acantilados de agua
Verás nombres en fuga
Verás la sed
Verás amores en fuga
Verás el poco amor
Verás flores como piedras
Verás sus ojos en fuga
Verás cumbres
Verás margaritas en las cumbres
Verás un día blanco
Verás que se va
Verás no ver
Y llorarás

Pastoral de Chile

I

Chile está cubierto de sombras

los valles están quemados, ha crecido la zarza

y en lugar de diarios y revistas

sólo se ven franjas negras en las esquinas

Todos se han marchado

o están dormidos, incluso tú misma

que hasta ayer estabas despierta

hoy estás durmiendo, de Duelo Universal

II

Los pastos crecían cuando te encontré acurrucada

tiritando de frío entre los muros

Entonces te tomé

con mis manos lavé tu cara

y ambos temblamos de alegría cuando te pedí

que te vinieses conmigo

Porque ya la soledad no era

yo te vi llorar alzando hasta mí tus párpados quemados

Así vimos florecer el desierto

así escuchamos los pájaros de nuevo cantar

sobre las rocas de los páramos que quisimos

Así estuvimos entre los pastos crecidos

y nos hicimos uno y nos prometimos para siempre

Pero tú no cumpliste, tú te olvidaste

de cuando te encontré y no eras más que una esquirla

en el camino. Te olvidaste

y tus párpados y tus piernas se abrieron para otros

Por otros quemaste tus ojos

Se secaron los pastos y el desierto me fue el alma

como hierro al rojo sentí las pupilas

al mirarte manoseada por tus nuevos amigos

nada más que para enfurecerme

Pero yo te seguí queriendo

no me olvidé de ti y por todas partes pregunté

si te habían visto y te encontré de nuevo

para que de nuevo me dejaras

Todo Chile se volvió sangre al ver tus fornicaciones

Pero yo te, seguí queriendo y volveré a buscarte

y nuevamente te abrazaré sobre la tierra reseca

para pedirte otra vez que seas mi mujer

Los pastos de Chile volverán a revivir

El desierto de Atacama florecerá de alegría

las playas cantarán y bailarán para cuando avergonzada

vuelvas conmigo para siempre

y yo te haya perdonado todo lo que me has hecho

¡hija de mi patria!

III

Allá va la que fue mi amor, qué más podría decirle

si ya ni mis gemidos conmueven

a la que ayer arrastraba su espalda por las piedras

Pero hasta las cenizas recuerdan cuando no era

nadie y aún están los muros contra los que llorando

aplastaba su cara mientras al verla

la gente se decía “Vámonos por otro lado”

y hacían un recodo sólo para no pasar cerca de ella

pero yo reparé en ti

sólo yo me compadecí de esos harapos

y te limpié las llagas y te tapé, contigo hice agua

de las piedras para que nos laváramos

y el mismo cielo fue una fiesta cuando te regalé

los vestidos más lindos para que la gente te respetara

Ahora caminas por las calles como si nada de esto

hubiese en verdad sucedido

ofreciéndote al primero que pase

Pero yo no me olvido

de cuando hacían un recodo para no verte

y aún tiemblo de ira ante quienes riendo te decían

“Ponte de espalda’’ y tu espalda se hacía un camino

por donde pasaba la gente

Pero porque tampoco me olvido del color del pasto

cuando me querías ni del azul

del cielo acompañando tu vestido nuevo

perdonaré tus devaneos

Apartaré de ti mi rabia y rencor

y si te encuentro nuevamente, en ti me iré amando

incluso a tus malditos cabrones

Cuando vuelvas a quererme

y arrepentida los recuerdos se te hayan hecho ácido

deshaciendo las cadenas de tu cuello

y corras emocionada a abrazarme

y Chile se ilumine y los pastos relumbren

IV

Son espejismos las ciudades

no corren los trenes, nadie camina por las calles

y todo está en silencio

como si hubiera huelga general

Pero porque todo está hecho para tu olvido

y yo mismo dudo si soy muerto o viviente

tal vez ni mis brazos puedan cruzarse sobre mi pecho

acostumbrados como estaban al contorno de tu cuerpo

Pero aunque no sobrevivirán muchas cosas

y es cierto que mis ojos no serán mis ojos

ni mi carne será mi carne

y que Chile entero te está olvidando

Que se me derritan los ojos en el rostro

si yo me olvido de ti

Que se crucen los milenios y los ríos se hagan azufre

y mis lágrimas ácido quemándome la cara

si me obligan a olvidarte

Porque aunque hay miles de mujeres en quien poder

alegrarse y basta un golpe de manos

para que vuelvan a poblarse las calles

no reverdecerán los pastos

ni sonarán los teléfonos ni correrán los trenes si

no te alzas tú la renacida entre los muertos

Hoy se han secado los últimos valles

y quizás ya no haya nadie

con quien poder hablar sobre la tierra

Pero aunque eso suceda

y Chile entero no sea más que una tumba

y el universo la tumba de una tumba

¡Despiértate tú, desmayada, y dime que me quieres!

V

Rómpanse de amargura, muéranse de dolor

Que se derritan sus tanques

y se caigan a pedazos sus aviones

y que de tristeza se hagan polvo corazones y valles

mentes y paisajes

delirios y galaxias

Porque enlutaron sus casas y arrasaron sus pastos

Porque no hay consuelo para nosotros

y nadie acude

a compadecerse de los afligidos

Y ella llorando decía:

“Nadie me quiere y mis hijos me han abandonado)’

Pero ¿quién podría dejar de querer

al niño que cría

o abandonar al hijo que alimenta?

Pues bien, aunque se encontrase a alguien

que así lo hiciese

¡Ellos nunca te abandonarían a ti!

VI

Chile está lejano y es mentira

no es cierto que alguna vez nos hayamos prometido

son espejismos los campos

y sólo cenizas quedan de los sitios públicos

Pero aunque casi todo es mentira

sé que algún día Chile entero

se levantará sólo para verte

y aunque nada exista, mis ojos te verán

Guárdame en ti

Amor mío: guárdame entonces en ti
en los torrentes más secretos
que tus ríos levantan
y cuando ya de nosotros
sólo quede algo como una orilla
tenme también en ti
guárdame en ti como la interrogación
de las aguas que se marchan
Y luego: cuando las grandes aves se
derrumben y las nubes nos indiquen
que la vida se nos fue entre los dedos
guárdame todavía en ti
en la brizna de aire que aún ocupe tu voz
dura y remota
como los cauces glaciares en que la primavera desciende. 

El primer canto de los ríos

Es el amor … ése es el amor
Ay ése es el amor…

Ay ése es el amor que hemos llorado tanto … se
largan los ríos que se aman … partiendo

Cauce abajo … arrojándose sobre las praderas
que lloraban mirándose … Nosotros somos las
montañas que lloraron mirándose dicen los ríos
que las llamaban … arrastrándolas

Borrascosos … tras las largas praderas que los
vientos subían … Quiénes nos subieron el dolor
de esas montañas se van diciendo las inmensas
praderas del cielo … Somos todos los pastos de
este mundo les contestan largándose los ríos
que se aman … abiertos … tirados … rompiéndose








El desierto de Atacama V

Di tú del silbar de Atacama

el viento borra como nieve

el color de esa llanura

  1. El Desierto de Atacama sobrevoló infinidades de

      desiertos para estar allí

  1. Como el viento siéntanlo silbando pasar entre el

     follaje de los árboles

iii. Mírenlo transparentarse allá lejos y sólo acompañado

      por el viento

  1. Pero cuidado: porque si al final el Desierto de

      Atacama no estuviese donde debiera estar  el mundo

      entero comenzaría a silbar entre el follaje de los

      árboles y nosotros nos veríamos entonces en el

      mismísimo nunca    transparentes    silbantes    en el

      viento tragándonos el color de esa pampa.

El ascenso del Pacífico

Se encumbró entonces el océano
y nuestras pupilas miraban el portento
sin todavía creerlo
Escuchamos de nuevo las rompientes, las
infinidades de islas
subiendo igual que estrellas sobre el cielo
Allí está el Pacífico hombre, allí, encima,
de nuestras cabezas
y no lo crees y tus ojos lloran
y no puedes entenderlo y tus ojos lloran
todos los que amamos son el mar

Todo lo que amamos es el mar
América es un mar con otro nombre.

Y llorarás. ¿Eras tú papá?

Después de cinco días esperando que se despejara

la neblina sobre la costa norte pude ver los

acantilados. Kilómetros y kilómetros de paredes

de granito cortándose a pique y mil metros más

abajo el océano Pacífico. Había imaginado unas

frases escritas sobre esos paredones, veintidós

exactamente, de amor, de locura y de muerte

recortándose sobre ellos. Me las imaginé en un

sueño. La llanura del desierto de Atacama que se

interrumpía de golpe, luego el abismo y al

fondo el mar. Años después morí. Eran millones

y millones de hombres y mujeres arrojándose,

muchedumbres inacabables que se detenían por

un instante en el borde de los paredones y luego

se lanzaban. Algunos lo hacían tomados de la

mano, se miraban a los ojos y daban el último

paso, otros sostenían niños en sus brazos y

lloraban quedamente mientras el viento del

desierto hacía flamear sus ropas. Sentí un brazo

posarse en mi hombro ¿eras tú, papá? y el vacío

se abrió bajo mis pies sin estruendo, igual que

una boca muda y dulce. Al frente, el azul del

inmenso amanecer se iba fundiendo con el

Pacífico y las frases de amor, de locura y de

muerte, se me pegaron en los labios también sin

estruendo, suavemente, como un último silencio.

Raúl Armando Zurita Canessa ( Santiago de Chile, 10 de enero de 1950) Poeta y activista.

Hijo de Ana Canessa Pessolo, Italiana y de Raúl Armando Zurita Inostroza. Se quedo huérfano de padre cuando solo tenia dos años. Vivió una infancia difícil de carencia económica, su madre se puso a trabajar y fue su abuela Josefina quien se ocupaba de él y de su hermana pequeña. Gracias a las lecturas de la abuela conoció la Divina Comedia de Dante, lo que le marcaría profundamente y ha dejado una gran huella en su poesía .

Empieza a crear sus primeros poemas durante sus estudios en el Liceo José Victorino Lastarria. No obstante, más tarde, se inclina por los estudios de Ingeniería Civil en la Universidad Técnica Federico Santa María. 

En 1974, sin finalizar Ingeniería, se traslada a la Universidad de Chile para comenzar estudios humanísticos. Participa en una organización de arte llamada Tentativa Artaud, y publica “Áreas verdes” en la revista Manuscritos.

Vivió el encarcelamiento y la tortura durante la dictadura de Pinochet por sus ideas comunistas ,lo cual acentuó aún más su sentido de la justicia y su activismo de resistencia frente a la dictadura militar. Ejemplo de ello fué una acción poética en la cual mediante palas mecánicas, excavó en el desierto de Atacama para escribir, con letras de tamaño enorme, el verso “Ni pena ni miedo”, como gesto de esperanza al pueblo chileno.

Según sus propias palabras “ yo empecé a leer poesía porque un amigo de barrio que tenía once o doce años, que era un malvado desgarrador, un pésimo estudiante, que se trenzaba a puñetes todos los días, leía poesía y recitaba a Rubén Darío de memoria.” ( entrevista realizada por Ezequiel Zaidenwerg) https://d3atisfamukwh6.cloudfront.net/sites/default/files/files6/files/zaidenwerg-m.pdf

Zurita se casó a los 20 años con la artista visual Miriam Martínez Holger, hermana de su amigo poeta Juan Luis Martínez. La pareja tuvo tres hijos: Iván (n. 1971, arquitecto), Sileba (1973, artista visual) y Gaspar (1974, cineasta que vive en París). Poco después del nacimiento de este último, el matrimonio se rompió.

En 1974 conoció a la artista  Diamela Eltit con quien formó una relación que duró 10 años y tuvo un hijo, Felipe (músico).

En 1979 publica su primer libro, Purgatorio, poemario basado en su experiencia en la cárcel y las consecuencias sociales de la dictadura de Pinochet.

Entre 1982 y 1987, Raúl Zurita pudo publicar cinco de sus obras: Anteparaíso (1982), Literatura, lenguaje y sociedad (1983), El paraíso está vacío (1989), Canto a su amor desaparecido (1985) y El amor de Chile (1987). Durante esa época, viaja a Estados Unidos para participar en charlas y conferencias de destacadas universidades como las de Harvard, Columbia y Stanford. 

En 1990, siendo presidente de Chile Patricio Aylwin es nombrado agregado cultural en Roma.

En 2001 se separó de quien fuera su tercera pareja, Amparo Mardones Viviani, tras una relación de 15 años. A su regreso de Berlín, en 2002, conoció a Paulina Wendt, Doctora en Literatura y una colega de la universidad en la que impartía clases, con quien se casó en 2009 y a quien están dedicados todos sus libros publicados después del 2000. La dedicatoria de Zurita dice: «A Paulina Wendt con quien moriré».

En 2000 recibió el Premio Nacional de Literatura de Chile, el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda en 2016 y el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2020.

Algunas de sus publicación son : Purgatorio (1979), Anteparaíso (1982), Canto a su amor desaparecido(1985), El amor de Chile (1987), La vida nueva (1994), Poemas militantes (2003), INRI (2004),Los países muertos (2006), Poemas de amor (2007), Las ciudades del agua (2007) y Zurita (2011); También es autor del ensayo Literatura, lenguaje y sociedad (1973-1983)

Su obra ha sido traducida al inglés, francés, alemán, ruso, sueco, árabe, hindi, esloveno, ruso, noruego, chino…

Enlaces de interés :

http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/el-amor-de-chile-de-la-vida-nueva-seleccion-de-poemas/html/dca8717c-2dc6-11e2-b417-000475f5bda5_2.html

https://cuadernoshispanoamericanos.com/raul-zurita/

https://www.poemas-del-alma.com/raul-zurita.htm

https://es.wikipedia.org/wiki/Raúl_Zurita

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