«Mi poesía es un intento a que el verso se palpe como manifiesto”
C.Palma
La única película que no hemos visto
Y aquí estamos entumidos
como a la salida del cine
en invierno
entumidos y tan solos
dando manotazos al mundo
pálidos y ojerosos
arropados en sábanas deslucidas.
Así nos encuentran los días y
noches
incapaces de decir basta
entregados a la disciplina
diaria
al cotidiano devenir de la
muerte
asidos al rebaño a regañadientes
disconformes
frustrados
desolados
soldados de plástico barato
envueltos en pilchas de liquidación.
Amargados
¡reconoced!
no somos más que marionetas
agujereadas por balines
aburguesados
actuando una mala obra
para la eterna taquilla de siempre.
Lluvia tras la piel
A pasos breves me
entrego a su boca
a su aliento de bruja envenenada
el viento rasga los
muros
alucina lluvia ácida
cierro los ojos que me duelen
porque con ellos
hiero a la muerte
la soledad atrapa el conjuro
y encierra el vértigo del
invierno, ese
que juzga a la sangre
a la montaña de rocas encantadas.
El agua arremete en mi contra
baña a la historia y a mis entrañas
salva al cuento
al paso que doy entre charcos
a la boca que bebe de su poción
y la seduce.
No es cierto que la lluvia sana
hay que volar más alto
arriba de los cirros amoratados
allí donde habita la que
cose el alma a los cuerpos
la que sabe qué fue
de aquellos que
cargo a mis espaldas.
La lluvia siente mi sueño
indaga a mis demonios
hay un pecho abierto en
la esquina
soy libre de volverme
la piel.
Vuelvo de Siberia esta tarde
(En el país de las maravillas, la pobre Alicia
no tuvo ocasión de experimentar su lógica.
Enrique Lihn)
I
Vuelvo de Siberia esta
tarde
llego al centro de la ciudad
y su bullicio
el perro como siempre
en la esquina de casa
sueña su sueño de perro.
Es un hecho;
la soledad sigue acuñando
juicios y en las paredes
continúan multiplicándose
sombras de guiñoles huérfanos.
II
La conciencia es un espectro
que rinde culto
la expectación del encuentro
invade el ejercicio y
su condena
la obsesiva visión de un
poeta extraviado
de un símbolo que pierde
sensatez
e involuntario
atraviesa el puente con
luz roja.
VI
El muelle nos sujeta
como a pilotes
y las olas se abruman
bajo la noche
nos quedamos quietos
colgando
péndulos indefensos
sujetos a la orden de
los vientos
con irrefrenables deseos de saltar
y escabullirnos
desaparecernos asidos
a la espuma
o al hilo de un
volantín extraviado.
IX
Entre calles de luces
multicolores
Rimbaud hubiese cantado
un blues en algún bar céntrico,
el sonido de Miles
contendría la esencia de una
nota silvestre
mientras las flores agonizaran
conmigo arrimada a sus pétalos.
Él no hubiese regresado
siendo el mismo
al amanecer de su sentencia.
La ruta de la poesía sostendría
el mismo dictamen.
XII
A qué se viene sino a
confirmar que la existencia es un
duelo entre la vida y la muerte
con un solo vencedor
la leve constancia de
lo absoluto
la definitiva perversidad de
ese conocimiento
incrustado como un diamante en
una joya invaluable
que no puedes tocar ni comprar
está fuera de tu alcance
cambiar el destino de las cosas
así la maldición de los pasos contados
de las horas respiradas
de una lengua húmeda y un
sistema perfecto en función
al toque final la campana detendrá su
devaneo y la música será
historia.
XVI
Salir cada mañana
cerrar la tras de sí
esa puerta que esconde tus
respiros
y enfrentarte sin otro que tú
tú y tus demonios
tú y tus cuellos circundados por
camisas limpias
salirte y esconderte
escabullirte de tu propia frontera
porque la mascarada terminó por dominarte
eres el inconsciente que circula sin
pupila
el gángster de una charada de algún director
de turno
te vienes a las calles
corbata limpia
mientras el agua conciudadana se vendió
como puta de un barrio infecto
a la segunda arremetida del
conquistador
y no te importa
cierras la puerta dejando
como si fuese una pecera
al ente que te habita
al que sueña con saber dónde
está el que eres.
XVII
A qué se viene sino a romper al
tiempo
dejar mordisqueando al silencio
en una foto infantil
y atreverse a
enfrentar al que está
en el espejo
a soportar las bolsas bajo los ojos
y a sabernos carne y sexo
y células que se mueren a cada segundo
porque en cuanto la madre
expulsa al hijo pródigo del vientre
se está solo
solo en un mundo ajeno
sin el arrebozo necesario
nunca
y así se sigue andando
aprendiendo las lecciones
y muriendo
muriendo de a poco cada día
se viene
a conocer lo inasible
a saberse huérfano y a aceptarse
dejar que cada cuita haga su surco
a ver si florece el entendimiento
y nos arregla el panizo
¿ Será que un día se llegue de Siberia
conociendo la sentencia de
tu estirpe?
XIX
La carretera está en la piel
volver no es fácil
el asfalto parece voltear el destino
cada imagen se descuelga de los
árboles torrentosos y
el pasado cruje a mis espaldas
Una estrella muerta vigila el
camino
No es fácil regresar
y no puedo aún recoger todas
las pupilas que he escondido en los
zapatos
El fango silencia a la noche
la apabulla como si
la experiencia pusiese ciego al puente
Nada de lo que haga cambiará el
destino
Soy apenas un cuerpo insomne
Resistencia
Los neones dispersan el paisaje
y son tus ojos los que cruzan ese desierto
un sol maléfico musita la
balada del androide
y todo nombre es una paradoja
alrededor de si mismo
Despedida
Un mar de arena templada
tras la música de tu frontera
nada importa
pero estás precipitado
en mi línea de fuga
en el macabro cuello de los cisnes
en el vuelo rasante
de una imaginación asesina.
Kamikase
De quién sabe cuántas vidas o muertes
obcecada entre tus hemisferios
la poesía te señala
tras al espejo
te persigue con la invención
de un sueño a la carta
de un sueño dispuesto
a volverte la cabeza
Persistencia de Usted
Te vi desde otro insomnio
y en la realidad del sueño reflejo
tu espejo sometía a mis íntimas
no pude tocarte
no pude alcanzar la penumbra de tu velador
la lengua de esa pasión
su desnuda lectura
ese temblor perdido
al despertar.
Bar Asteroide
Los neones dispersan el paisaje
y son tus ojos los que cruzan ese desierto
un sol maléfico musita la
balada del androide
y todo nombre es una paradoja
alrededor de si mismo
¡Ah, ese grito!
“ese grito que desgarra y
somete
que arrincona a los sentidos en un
vértice
amortajados tal vez
en sigilo
ellos permitiendo la oscuridad
o la luz
roce de donde habita
el coraje
de aquello que ha estado
prisionero bajo la piel
es el momento del derroche
del disolverme amarrada
al sonido que expulsa la
campana
deste
único templo
lo cierto
lo exquisitamente mero
es el momento
de sangrar y desangrar el
torrente aferrado en
el tajamar
en el túnel, en el conducto
vital
desarraigar lo que
somete y sujeta
lo que ahoga día con
día
momento a momento”
Anunciación
Testamento
Cecilia Palma Jara (Santiago de Chile, 1962) Poeta y editora, autoadscrita a lo que en Chile se llama generación NN, la generación de los sobrevivientes en el período de la dictadura militar de Pinochet. Poeta metafísica, tal como la encuadra la crítica de su país; ex vicepresidenta de la Sociedad de Escritores de Chile.
Libros publicados:
-A pesar del azul 1992. Autoedición. (Poesía)
-Asirme de tus hombros 2002. (Colección La Estocada Sorpresiva) Editorial Mosquito. (Poesía)
-Piano Bar. (2007) Subway Ediciones. (Beca Fondo Bicentenario, Municipalidad de Maipú). (Poesía)
-Central Los Molles. Ediciones privadas, Endesa Chile (2009). (Cuento)
-Amanecer en Cipreses. Ediciones privadas, Endesa Chile (2010) (Cuento)
-Baldomero Lillo. Obra Reunida, Editorial RIL, Beca Fondo del Libro 2009; editora y compiladora.
– Vuelvo de Siberia esta tarde. Ediciones El Juglar, Estados Unidos, 2011. (Poesía)
– Un viaje especial. Ediciones especiales Copec Mejillones, 2011. (Cuento infantil)
–Grito, Ediciones Eutopía, 2018
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