En silencio
Adoro tu silencio.
Cuando calla tu voz.
Después de haberme dicho
todas las cosas bellas
que se pueden decir.
Cuando quedas callado,
tu silencio tiene algo de sagrado:
Yo me veo en un altar,
y pienso que en silencio
tú te has puesto a rezar.
.
Y me miras … me miras . . .
Y te miro . . . te miro . . .
Y en silencio te admiro,
como a algo más que un hombre.
Y te estrecho las manos . . .
y no sabes decir más que mi nombre!
¡Y vuelves a callar. . .
y siento que te adoro
al sentirme adorar!
De La almohada de los sueños (1925)

En la última página, noticia sobre la aparición del poemario «La almohada de los sueños » de la poeta uruguaya Raquel Saenz
Sus ojos
He mirado sus ojos tan cerca,
que aún estoy mareada.
¿Qué influjo maléfico
tiene su mirada?…
.
Sus ojos de abismo,
¡me arrastran… me arrastran
a donde ellos quieren!
Voy siguiendo dócil,
por todas las sendas
que me sugieren.
.
Yo sigo con ellos,
como si se hubieran
fundido en los míos
y por los senderos
de sus desvaríos
voy inquieta y loca.
¡Hoy sentí sus ojos
como ascua en mi boca!
.
Hoy sentí en mi boca
su mirada, abismo
de los embelesos…
¡Y la blanca torre
de mi misticismo,
se volvió un incendio
quemada en los besos
con que me envolvieron
sus ojos traviesos!
De La almohada de los sueños (1925)

Ensueño
El prado irradiaba
bajo el sol radiante.
Yo me saturaba
de luz y color.
En brusca bandada
volaron mis penas.
Mi loca alegría
se desparramaba
como un surtidor.
.
Y todas las rosas
parecían mirarme.
Y a todas las rosas
yo les sonreía.
Y así les decía:
¿Bajo de este palio
no estuvo mi Amado?..
¿No pisa su huella
la sandalia mía?…
.
¿No pasó mi Amado
y os dejó un mensaje?…
¡Decídmelo rosas!…
Porque esta alegría,
debe ser presagio
de cosas hermosas
.
Es que está aquí acaso?…
¿ Lo ocultáis traviesas
tras vuestro follaje? . . .
¿O es que se ha quedado
todo diluido
dentro del paisaje? . . .
.
¡Lo escucho, lo siento.
Lo miran mis ojos!…
¡Está aquí, a mi lado
postrado de hinojos. . .
(Un golpe de viento
deshizo una rosa.
Que me cubrió toda
de pétalos rosa).
.
Y quedé en ensueño.
Hasta que el crepúsculo
me vino a llamar…
¡ Y dejé en el prado
la esencia del alma
para que mi Amado
la vaya a aspirar!
De : La almohada de los sueños(1925)

Raquel Sáenz
Canto al Amor
Amor:
¡Toma mis labios y bésalos
aunque después
pongas acíbar en ellos!
Entra a mi alma por mis ojos
aunque me ciegues
con tus destellos!
¡Pon espinas en mi senda!
Mi planta las pisará,
y en pos de tí seguirá.
Amor:
¡Qué importa que seas Dolor!
Quiero quemarme en tu fuego
y en holocausto me entrego.
¡Quiero ser llama en tu hoguera!
¡Llévame como bandera
arrancada al enemigo!
¡Mátame Amor!
si me mata
¡Te bendigo!
De : La almohada de los sueños(1925)

¿Es la vida la que pesa
o es que pesa el corazón?
¿Está en mí, o está en la vida
lo amargo de mi canción?
¿Es que vivo razonando
o es que perdí la razón?
Marcho buscando… buscando
algo que será ficción
o realidad, ¡no lo sé,
pero tengo la certeza
de que nunca lo hallaré!

Nocturno de Carnaval
I
¡ Carnaval!… ¡ Carnaval!…
¡Quiero una careta para el corazón!
Mi espíritu escéptico,
siente el acicate de la Tentación!
¡ Carnaval!… ¡ Carnaval!…
¡Dame una careta para el corazón!
De esa turbamulta,
que grita estridente
bajo mi balcón,
¡Róbame alegría
y en su algarabía,
¡apaga las luces de mi reflexión!
¡Dame una careta para el corazón!
Mi alma nunca supo
ponerse antifaz
¡Hoy quiere ser máscara!
¡ Préstale un disfraz!
¡Haz porque abandone su eterno dolor!
¡Porque eche en olvido a quien fue traidor!
(¡Máscara fue Amor!)
Y si Amor fue máscara,
¿por qué yo he de estar
con los ojos ciegos
de tanto llorar?…
¿Por qué si Alegría
me viene a llamar
no la he de gustar?…
¡Siento el acicate de la tentación!
¡Carnaval: presta una careta a mi corazón!
II
¡ Carnaval! – . . ¡ Carnaval!.. .
En tu algarabía salvaje, brutal,
se agranda mi mal!
Calle tu estridencia!
¡no la quiero oír!…
¡Alma mía: es inútil!
¡no sabes fingir!
De : La almohada de los sueños(1925)

El poema de tu ventana
Como el enamorado
ronda a su amada.
Mi imaginación ronda
tu ventana cerrada.
.
Tu ventana cerrada,
se me quedó en el fondo
de la mirada.
¿No oyes en sus cristales
mi alma aletear,
como una mariposa
que la luz de tu lámpara
fuese a buscar?…
.
¡Tu ventana cerrada!
detrás de ella mi espíritu
está atisbando.
¿No sientes que mis ojos
en todos los instantes
te están mirando?
.
¡Levanta las cortinas
para que así yo sueñe
que me adivinas!
Que me percibes
como un velo en las frases
de «Bajo el hechizo» (1931) Premio Ministerio de Instrucción Publica año 1931

Dulce condena
Te llevo en el misterio
de mi silencio trágico.
En mi llanto en suspenso.. .
en mi honda palidez.
Vas oculto en mi pecho
como amuleto mágico
que engaña mi esperanza
como un loco «talvez».
.
Te llevo en la tristeza
de mi mirada en sombra.
Cerrado a cal y canto
el labio no te nombra,
y cuanto más te callo
más me inundo de ti.
Y me aparto de todos
para mejor soñarte.
¡Oh, el placer de llevarte
bien adentro de mí!
.
¡0h el placer de sentirte
prisionero en mi alma,
y hacerte con mis venas
una cadena azul!
Y ver todo lo triste,
y ver todo lo bello
a través de ti mismo
que me nublas los ojos
como venda de tul.
.
Y te llevo en secreto
envuelto en mi mutismo
y te niego a la gente
fingiendo escepticismo,
y oigo decir tu nombre
sin mostrar mi emoción,
y así… trágicamente
muero sin un gemido,
bajo la dulce pena
de llevarte escondido
dentro del corazón.
de «Bajo el hechizo» (1931) Premio Ministerio de Instrucción Publica año 1931

Milagro de sol
Después de la lluvia
el sol me parece
que sale de fiesta.
Es dorado y loco
como un cascabel.
Baja hasta mi mesa,
las manos me besa,
juega en el papel,
me envuelve en un manto
y humilde, después,
en caliente alfombra
se me echa a los pies.
.
Ya la lluvia helada
no arrastra su llanto
sobre los cristales
de los ventanales.
La pared gastada,
que el tiempo inflexible
cubrió de señales,
está transformada
por el sol travieso
que la ha vuelto joven
con su ardiente beso.
,
¡Sol arlequinesco!
si te derramaras
en mi corazón!
¡Si me barnizaras
las grietas del alma
e hicieras de fuego
la helada ilusión! …
Vuélcate en mi vida
sol abrasador!
Yo así temblorosa,
soy como una flor
que se da a tus rayos:
¡Mágico esplendor,
seca este rocío,
que desde la noche
de mis ojos tristes
sobre las mejillas
me vuelca el dolor!
de «Bajo el hechizo» (1931) Premio Ministerio de Instrucción Publica año 1931

Raquel Sáenz (28 de diciembre de 1887, Montevideo, Uruguay- 1955).Poeta. Utilizó el seudónimo Aspasia.
Hija de Teresa Lede de Sáenz, poeta reconocida que utilizó los seudónimos de «Alondra» y «Flora de la estancia grande» en las composiciones poéticas de estilo criollo publicadas en varias revistas del Río de la Plata y de Félix Sáenz, periodista y dramaturgo.
Con tan solo 18 años ya se hablaba de ella en los diarios, se dijo que era «el Bécquer femenino».También se refirieron a ella como «la embajadora celeste» y «la estrella naciente».
Mantuvo correspondencia con Gabriela Mistral, y la premio Nobel la animaba a seguir escribiendo. Algunos llegaron a insinuar que era la reencarnación de la poeta modernista Delmira Agustini, que había sido asesinada once años atrás.
Bajo el seudónimo Aspasia, Sáenz había publicado algunos poemas en la publicación mensual «Vida femenina«, la cual fue fundada por su madre, y después de unos años pasó a dirigir esa revista hasta 1933, año en que dejó de aparecer. Pero el éxito y el reconocimiento llegaron cuando publicó su primer poemario La almohada de los sueños ( Montevideo, 1925). Posteriormente publicó «Bajo el hechizo» en 1931. Este último libro fue premiado por el Ministerio de Instrucción Pública de Uruguay como la mejor producción literaria y artística y le siguió «Voz y silencio; el libro de mi madre María Teresa L. de Sáenz» en 1936.
Sáenz consiguió el favor del público y la crítica, hasta que dos obstáculos terminaron por eclipsar su obra: era joven y era una mujer. Con veintiséis años fueron capaces de insertarla en el tópico de la mujer-niña, sin prestarle el respeto que se tenía a los autores jóvenes, genios prematuros. La mayoría de los comentarios que le dedicaban en los espacios literarios siguieron esa línea: estaban cargados de referencias a la juvenil belleza de Sáenz. Como cualidades personales de un personaje de novela, se obcecaron en destacar la inocencia y la virtud de una mujer divorciada y camino de la treintena.
Raquel Sáenz quedó atrapada en el papel niña prodigio, pero se hizo hincapié en el aniñamiento y se ignoró el prodigio. Su éxito relativamente temprano supuso una lacra para su carrera. Como ha sucedido en el mundo del cine, el «fenómeno Sáenz» llegó a su fin con el final de su juventud. Se la excluyó deliberadamente de las antologías, y sus textos no pasaron a la historia.
En 1952, Raquel Sáenz hizo una última publicación: una antología poética. En la nota introductoria a Estos versos míos, se despoja de toda falsa humildad y expone los motivos que la llevan a recoger personalmente una selección de su obra en este libro:
«Doy esta antología, ya que algunos colegas compatriotas —a pesar de manifestarse mis amigos y admiradores— han excluido mis versos de sus florilegios publicados. Es un olvido sin razón de ser. Y no es un ¿por qué? sin respuesta esa exclusión. Conozco la causa de ese olvido. Y si los que así han procedido con un egoísmo que les desfavorece escrutan en el fondo de sus conciencias, hallarían una respuesta y se turbarían al haber desechado de sus antologías bien nutridas de poetas —consagrados algunos y otros desconocidos— un nombre imposible de olvidar por ser tan repetido en loas por la crítica […]».
Enlaces de interés :
http://letras-uruguay.espaciolatino.com/marquez_selva/comentario_de_la_obra_de_raquel_saenz.htm
https://bambaeditorial.com/raquel-saenz-o-la-poeta-uruguaya-de-la-que-nada-se-sabe/
https://archive.org/details/RaquelSaenz1947LaAlmohadaDeLosSuenos/page/n31/mode/2up
https://www.lamañana.uy/cultura/raquel-saenz-las-suertes-del-poeta/
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