Etty Hillesum

“A cada nueva exacción, a cada nueva crueldad, deberemos oponer un pequeño suplemento de amor y de bondad que hemos de conquistar en nosotros mismos”

Etty Hillesum

Este blog es de poesía pero también queremos dar presencia a algunas mujeres que, aunque no escribieron poesía, y/o no destacaron por ser poetas, su voz como mujeres, pioneras, pensadoras y/o escritoras es tan importante en la historia que creemos deben ser incluidas.

Este es el caso de una mujer audaz y valiente, que vivió el holocausto judío. La no tan conocida y extraordinaria Etty Hillesum.

Una de nuestras Imprescindibles .

Esther Etty” Hillesum (Middelburg, Holanda, 15 de enero de 1914 – Auschwitz, Polonia, 30 de noviembre de 1943). Etty escribió un diario entre los años 1941 y 1943, que testimonia su propio fin en un campo de concentración de Auschwitz.

Era hija de  Rebeca Bernstein, una mujer judía rusa quien luego de una persecución en su país se vio obligada a emigrar a Amsterdam en 1907 y de Louis Hillesum, un erudito profesor judío de lenguas clásicas. Esther tenía dos hermanos varones, Mischa (nacido en 1920) y Jaap (nacido en 1916).

Vivió su juventud en Middelburg, Hilversum, Tiel y Winschoten, lugares donde su padre fue trasladado debido a su trabajo. A partir de 1924, vivió en Deventer. Era una muchacha brillante, intensa, que tenía la pasión de la lectura y del estudio de la filosofía. Su hermano Mischa era un gran músico que a los 6 años tocaba a Beethoven en público. Para muchos era considerado uno de los pianistas más prometedores de Europa. El más joven de la casa, Jaap, era estudiante de medicina.

Después de finalizar la escuela estudió hebreo y decidió estudiar Derecho.  Etty obtuvo su primer diploma en Derecho en la Universidad de Ámsterdam; después se matriculó en la facultad de Letras para el estudio de las lenguas eslavas. Más tarde, cuando comenzó a estudiar la carrera de psicología, estalló la guerra.
En 1937 se fue a vivir a una residencia cuyo dueño era Han Wegerif, un hombre mayor, viudo con quien tuvo una relación sentimental. Mientras vivió en casa de Han, dio clases de ruso en la universidad y también clases privadas.

En la vida de Etty hay un encuentro que le va a conducir hacia la unificación interna y señala el inicio de una gran maduración humana y espiritual. Se trata de un personaje especial y fascinante: el “quirólogo” berlinés Julius Ph. Spier. Era un judío, antiguo comerciante, que se retiró de los negocios atraído por la psicología y concretamente por su aptitud para el diagnóstico psicológico a través del examen de las manos (quirología). Había trabajado dos años con C. G. Jung que le había animado a seguir su carrera como quirólogo. Vuelto a Berlín abrió una consulta terapéutica con gran éxito, e incluso llegó a tener entre sus pacientes a algunos altos funcionarios nazis. Emigró a Amsterdam, donde tenía una hermana, huyendo del nazismo y previo pago de una fuerte cantidad de dinero.

Spier abrió una consulta en Amsterdam y no tardó en tener un círculo de íntimos. Su “personalidad mágica” atraía especialmente a las mujeres y también a Etty. Será en adelante el “señor S.” de su Diario. Las visitas casi diarias al apartamento de J. Spier a partir de febrero de 1941 hacen milagros en poco tiempo.

Como Etty dice en su diario, “de repente, tenía una vida diferente, más libre, más fluida. Se borraba la sensación de bloqueo, se instalaba dentro de mí un poco de paz y de orden” (9 de marzo de 1941).

Etty había comenzado a aprender de J. Spier toda una serie de orientaciones para ordenar la vida, desde recogerse diez minutos al terminar el día para ver todo lo bueno y malo de la jornada, hasta abrirse al “conocimiento original” que se revela en el corazón del hombre. También le aconsejó que comenzara un diario para reflejar su itinerario espiritual.

Etty comienza a colaborar con Spier como secretaria y redactora de informes. Etty llamará a Spier “el gran amigo, el partero de su alma”, una suerte de director psicológico y espiritual que le va ayudando a reunificar la vida. Spier le da a conocer a Etty la Biblia, especialmente el Nuevo Testamento, y a testigos de la tradición cristiana como S. Agustin, S. Francisco de Asís, Tomás de Kempis,…Pero el verano de 1942 Julius Spier cae enfermo y muere el 15 de septiembre antes de ser deportado.

En julio de 1942, el campo de Westerbork, creado por las autoridades holandesas, pasa a manos alemanas, convirtiéndose en un lugar de colección y detención de los judíos para su posterior traslado a Auschwitz.

En ese tiempo Etty es aceptada por el Consejo Judío de Ámsterdam como mecanógrafa, pero ella desea estar cerca de su pueblo y, para ello, solicita el traslado a Westerbork.

Desde agosto de 1942 hasta el fin de septiembre de 1943, Etty Hillesum se ofreció voluntaria para trabajar como asistenta y enfermera en el campo de concentración de Westerbork, como enviada del Consejo Hebraico. Gracias a un permiso especial de viaje, pudo volver una docena de veces a Amsterdam. Actuó como correo de la resistencia y llevaba consigo cartas y mensajes de los prisioneros, además de recoger medicinas para llevar al campo.

El 22 de febrero de 1942 escribió :

Estoy enormemente agradecida por esta vida. Me siento crecer. Cada día me doy cuenta de mis faltas y de mis mezquindades, pero conozco asimismo mis posibilidades. Y , además, amo, amo a los buenos amigos; pero este afecto no me aísla de los demás seres humanos. Amo… incluso a aquellas personas por las que no experimento espontáneamente ninguna simpatía.

Etty se sentía muy afectada por la persecución sufrida por los demás judíos. Es la época en la que comienza un camino de interiorización personal que expresa con gran profundidad en sus diarios:

«Viernes (…) Y ahora parece que los judíos no podrán más entrar en los negocios de fruta y verdura, que deberán entregar sus bicicletas, que no podrán subir más a los tranvías ni salir de la casa después de las 8 de la noche. Sí, me siento deprimida por estas disposiciones; esta mañana, por un momento, he percibido estas normas como una amenaza plomiza, que buscaba sofocarme, pero no es por la disposición en sí. Me siento simplemente muy triste, y entonces esta tristeza busca confirmación. No son nunca las circunstancias exteriores, es siempre el sentimiento interior –depresión, inseguridad, etc.– que da a estas circunstancias una apariencia triste o amenazante. En mi caso, funciona siempre del interior al exterior, nunca viceversa. A menudo las disposiciones más amenazadoras –y son muchas actualmente- van a quebrarse contra mi seguridad y confianza interior, y una vez resuelta dentro de mí, perdono mucho de su carga temerosa.» (Diario, 12 de junio de 1942).

Sigue escribiendo en su diario…

“11 de Julio de 1942, Sábado por la mañana…
Me pregunto qué haría realmente si tuviera en mi bolsillo la carta con el llamamiento para ir a Alemania y tuviera que partir dentro de una semana. Imagínate que la carta llegara mañana, ¿qué harías? En un primer instante no diría nada a nadie. Me retiraría al rincón más silencioso de la casa y reuniría todas mis fuerzas físicas y espirituales. Me cortaría el pelo y tiraría mi pintalabios. Intentaría leer esa misma semana las cartas de Rilke (—). Claro que intentaría visitar a mis padres y les contaría muchas cosas sobre mí, muchas cosas reconfortantes (…). Intentaría conseguir una mochila y llevarme conmigo sólo lo estrictamente necesario, pero tendría que ser todo de buena calidad. Me llevaría la Biblia, y espero que los dos pequeños volúmenes, Cartas a un joven poeta y el Libro de las horas, también pueden encontrar sitio en un rincón de la mochila. No me llevaría fotos de mis seres queridos, sino que guardaría las imágenes de sus caras y de sus gestos en los rincones más secretos de mi interior, para que así siempre estén conmigo. (…) Mi corazón ya está practicando para seguir adelante incluso cuando me hayan separado de todas aquellas personas sin cuya presencia estaba convencida de no ser capaz de vivir. (…)
Los caminos reales de unión, de persa a persona, existen, en este muno salvajemente desordenado, sólo interiormente. Exteriormente uno está fragmentado, y los caminos que van del uno al otro están sepultados bajo escombros, por lo que a mundo no se encuentra el camino del uno hacia el otro. Sólo en el interior es posible todavía un contacto ininterrumpido y una pervivencia conjunta, y ¿no queda siempre la esperanza de reencontrares alguna vez, a pesar de todo, en esta tierra?”

  Etty se define a sí misma como «una buscadora de Dios». No está dispuesta a renunciar a la alegría por la expectativa de una muerte injusta e indigna.

La noche del 2 de octubre de 1942 experimenta una poderosa intuición:

«Estoy sola con Dios, nadie más está para ayudarme. […] Y si Dios no sigue ayudándome, entonces tendré yo que ayudar a Dios». Dios quizá no es omnipotente. Dios quizás está en los barracones y en las cámaras de gas.

«Mi corazón es una esclusa a la que llega, una y otra vez, una nueva riada de sufrimiento». «Mi vida es en realidad un continuo escucharme a mí misma, un escuchar a los demás y a Dios. […] ¡Qué grande es la necesidad interior de tus criaturas en esta tierra, Dios mío! Te agradezco que me acerques a tanta gente con necesidades interiores».

Mientras, seguía aumentando el número de deportaciones de civiles judíos.

En junio de 1943 sus padres y Misha, uno de sus hermanos, son deportados a Westerbork.

En el año 1943, Etty  eligió formar parte de la “masa” de los judíos que no tenían escapatoria y se negó a aceptar los escondites que se le ofrecieron para no ser capturada por la Gestapo. Después de meditarlo, Etty se entregó a las SS el día 6 de junio de 1943, y fué encarcelada en Westerbork, junto a sus padres y hermanos.

La última parte del diario fue escrita después del primer mes en prisión en el campo de Westerbork. Algunas de las últimas frases dicen:

«Quisiera vivir muchos años, para poder explicarlo posteriormente. Mas si no se me concede este deseo, otro lo hará, otro continuará viviendo mi vida, desde donde terminó» (…) «Si llegase a sobrevivir esta etapa, surgiré como un ser más sabio y profundo. Más si sucumbo, moriré como un ser más sabio y profundo».

Etty dejó sus diarios a su amiga María Tuinzing, pidiéndole que se los entregase al escritor Klaas Smelik al final de la guerra para que los publicara.

Etty también mantuvo una larga correspondencia con sus amigos durante su encarcelamiento en Westerbork.

En una de las cartas afirma:

«Jopie, Klaas, mis queridos amigos: desde mi litera, que es la tercera hacia lo alto, quiero desencadenar sin demora una verdadera catarata de cartas. Dentro de pocos días tendremos un límite a toda nuestra correspondencia; yo me volveré oficialmente “residente en el campo” y podré mandar sólo una carta cada dos semanas y deberé entregarla abierta. Y hay todavía algunas cosas de las cuales quiero hablar con vosotros. ¿Es cierto que he escrito una carta tan desalentadora? Casi no llego a creerlo. Es cierto que hay momentos en que uno cree verdaderamente no poder seguir más adelante. Pero después siempre se va adelante, también esto se aprende con el tiempo; pero el paisaje que tenemos alrededor aparece de improviso mutado, el cielo se vuelve bajo y negro, nuestro modo de sentir la vida sufre grandes mutaciones y nuestro corazón se vuelve completamente gris y milenario. Pero no es siempre así. Un ser humano es una cosa bien singular. La miseria que reina aquí es verdaderamente indescriptible. En las grandes barracas se vive como topos en una cloaca.» (Carta de 3 de julio de 1943)

En una carta del 6 de septiembre de 1943, dice:

“Dios mío, Tú que me has enriquecido tanto, permíteme también dar a manos llenas. Mi vida se ha convertido en un diálogo ininterrumpido contigo, Dios mío, un largo diálogo. Cuando me encuentro en un rincón del campo, con los pies plantados en tu tierra y los ojos elevados hacia tu cielo, el rostro se me inunda a menudo de lágrimas de gratitud… Pero la primera palabra que me viene a la mente, siempre la misma, “Dios”, que lo contiene todo y hace inútil todo lo demás. Toda mi energía creadora se convierte en diálogos interiores contigo. El oleaje de mi corazón se ha vuelto más ancho desde que estoy aquí, más animado y más apacible a la vez, y tengo la impresión de que mi riqueza interior se incrementa sin cesar”.

Este intercambio epistolar terminó con una tarjeta postal con fecha 7 de septiembre de 1943, arrojada desde un camión de ganado. Describe la repentina inclusión de ella y su familia en un transporte hacia Auschwitz que salió con 987 reclusos, incluidos 170 niños.

La tarjeta fue encontrada en las vías y se considera su último escrito. Iba dirigida a Christine van Nooten y decía:

“Christine, abro la Biblia y encuentro esto: «El Señor es mi baluarte». Estoy sentada sobre mi mochila en medio de un vagón de mercancías lleno. Papá, mamá y Misha están unos vagones más adelante. (…) Hemos dejado el campo cantando, papá y mamá muy fuertes y tranquilos, y también Misha. Viajaremos por tres días. (…) Adiós de parte de nosotros cuatro”.

La postal se despide con estas palabras:

«Me esperaréis, ¿verdad?».

Se conoce el testimonio de ocho personas que sobrevivieron a este transporte hacia la muerte en Auschwitz. Todos coinciden en que los padres de Etty fueron gaseados a su llegada, el 10 de septiembre de 1943.

La muerte de Etty está registrada en un informe de la Cruz Roja el 30 de noviembre de 1943, y la de su hermano Mischa el 31 de marzo de 1944. Jaap, que había sobrevivido al holocausto, falleció el 17 de abril de 1945 en Lubben, mientras retornaba a Holanda.

Después de la violenta muerte de Etty Hillesum se editaron diversas ediciones de sus escritos, en especial de sus diarios. En castellano existen diversas traducciones, por lo general parciales y que han permitido llevar su pensamiento y su espiritualidad al público de habla hispana.

Uno de los autores que más han contribuido a la difusión de sus escritos  es el teólogo José Ignacio González Faus quien publicó una amplia recensión en la revista “Actualidad Bibliográfica”, de la edición completa de sus diarios [“The letters and diaries of Etty Hillesum. Completed and unabridged”. Novalis, St. Paul University, Ottawa 2002.

Fuera de la primera edición holandesa, donde sus escritos tuvieron gran resonancia, -según Faus – no existe otra edición íntegra del diario de Etty, salvo ésta que merece mil parabienes por su buena factura y la cantidad de notas (un total de 671). Estas notas sitúan e identifican a casi todos los personajes, parajes y citas que aparecen en el diario. Se supone que estas notas están transcritas de la edición holandesa, porque alguna de ellas la cita también P. Lebeau en su libro sobre Etty.

La edición habitual -y oficial- que circula en más de 20 lenguas (“Una vida conmocionada”) sólo representa la mitad del diario completo. La necesidad de reducir su extensión era comprensible porque se trata de un texto larguísimo, lleno de inevitables repeticiones. Por otra parte, puede ser discutible que la selección de textos para la edición “oficial” sea la más acertada.

En opinión de Faus, el texto íntegro aporta informaciones importantes sobre la figura y la vida de Etty. Sobre todo en lo que afecta a su relación con el psicólogo Julius Spier (al que llama simplemente “S” para ocultar su identidad) y a la primera parte del diario, que es la que ha sido más recortada, en la que el problema no es sólo su relación con Spier, sino ella misma. Se percibe mejor cuán complicada era aquella muchacha, así como también el enorme influjo positivo de Rilke, sobre todo en la primera parte de su proceso.

El diario de Etty Hillesum se asemeja al de Anna Frank, pero escrito por una joven de 27 años. Su sentido de la libertad fluía paralelamente a una refinada espiritualidad, un profundo sentido de búsqueda y un misticismo que la acompañó toda su vida hasta el campo de concentración de Auschwitz.

 “Una quisiera ser un  bálsamo derramado sobre tantas heridas”

Etty Hillesum

En el año 2009 se estrenó la película El convoy, dirigida por André Bossuroy , una road-movie (‘película de carretera’) que sigue a Alexandra y Florian, dos estudiantes Erasmus neerlandeses que viajan por las carreteras de Europa en busca de las discriminaciones que aún asuelan las sociedades europeas, sintiéndose inspiradas por la lectura del diario íntimo de Etty Hillesum.

Enlaces de interés :

https://blogs.comillas.edu/FronterasCTR/?p=6317

https://ettyproject.org

https://ehoc.nl

Etty Hillesum: la vida es bella… a pesar de todo

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