Una Mosca vuela lenta sobre el aliento
Vuelvo a la selva del dolor nativo
Luís Rosales.
Los poemas dicen muerte
pero casi nunca llevan
un pedazo de muerte verdadera en sus sílabas.
Una mosca vuela lenta sobre el aliento,
se suicida en la boca, resolutoria,
ha visado su vida en pro de hacerse adulta
antes del impacto final, antes de hundirse
como un proyectil en las viñas sarcásticas
de mi trono particular.
La muerte la roza con su falo venenoso,
la pálida oscuridad manoseando la carne,
las alas tan blandas, ese baile caído
que aprendió desde su nacimiento,
ahí, la rutina de irse a un cosmos
desconocido y húmedo,
donde mi lengua se vestirá de negro
para oficiar su réquiem.
Rodeo el frío antes de que lo haga ella,
este invierno ha sido tortuoso,
pero no por el extenso hielo,
sino por los días tan tremendamente pequeños,
almacenando versos en los cajones pueriles del ocio,
escribiendo mentalmente los poemas del desierto,
y buscando las muletas necesarias
antes de que los ancianos estiren sus manos.
Del poemario : Con mi nombre doblado sobre la cama, galardonado con el primer premio en el XVIII certamen nacional Acordes (Espiel- España).
La sangre que queda por enterrar
Vamos creciendo hacia los muertos.
Luís Rosales
El dolor es como el ácido
lamiendo la tela estampada del corazón,
es esa cadena de nieve en mis pechos
cuando hago inventario de mis alcantarillas
y las palabras destetadas sienten frío
porque la verdad vive doliendo, y se nos cae
y se nos va.
La sangre que queda por enterrar
también tiene nombre, un par de epitafios,
pestañas de invierno, lágrimas como
manchas en la pared, milagros
encontrando el mundo y pronunciándolo
y un vacío que nunca ha visto el océano
aquietarse, torcido,
sobre las faltas de ortografía
que nos encuentran, pronunciados
y definitivos bajo los años.
Del poemario : Con mi nombre doblado sobre la cama, galardonado con el primer premio en el XVIII certamen nacional Acordes (Espiel- España).
Mujer de Aceite
Hay que seguir naciendo todos los días
aunque la vida esté acabada.
Luís Rosales
Un armario labial, alimenticio, absoluto,
el cajón donde duermen las preguntas,
el temblor de una carta, un ojal derramado
sobre un secreto, una colección de sinónimos
convertidos en antónimos cuando se miran al espejo,
y unos ojos cráneos, perdurables, repetidos.
No tengo edades suficientes para traducir el agua,
pero tengo paisajes con hoyuelos en la cara
que no mienten, barcos de cristal
por donde espiar la ceniza de la infancia,
asistir al entierro de las hojas,
al sepelio de cicatrices amarillas,
y a pintar de azafrán las bocas de princesa.
Quiero volver a ser mujer de aceite,
relieve apuntalando las lamparillas
de un cielo huérfano pero satisfecho.
Del poemario : Con mi nombre doblado sobre la cama, galardonado con el primer premio en el XVIII certamen nacional Acordes (Espiel- España).
La fractura del Verso Prescindible
Desconvoco a la lámpara encendida, y las tijeras
que recortan esta nube lenta,
arrojando sobre mí
la fractura del verso prescindible.
Ese que pasa a hurtadillas por la madrugada,
y mide un milenio de descensos
por dos centímetros de perspicacia,
ése, destituido de labios, nidos y escaparates,
al que no le queda noche para ahogarse,
ni solsticio donde acostarse temprano,
ni la descortesía
del culo de un vaso que le haga de espejo.
Con la mesa puesta y sin saldo
con el que devolverme la llamada,
me interroga desde el rincón más triste
de mis libros subrayados,
apoyado en el alféizar del papel,
y antes del salto al vacío, se lleva la música
de los nombres ciegos y sin tamaño
que fueron dichos
en el último minuto de cada estrofa.
Desahuciado del poema,
el verso sabe siempre cómo detenerme.
Del poemario : No hubo apenas mar en el desnudo abierto de tus ojos, galardonado con el primer premio en el VIII certamen internacional Leonor de Córdoba (España)
Por qué es necesario evitar al náufrago
Con la piel arrodillada,
la respiración respeta el toque de queda
en esa zona de carga y descarga para besos decapitados,
una muleta urgente
arrepentida
hermana de la culpa que desborda puertas y ventanas,
sujeta a una mujer desnuda
que alarga los pasillos del deseo
y desparece entre azulejos repetidos.
Como en una cuerda floja
que cuelga a millones de kilómetros del suelo,
las calles reciclan los colmillos
a la espera de la humedad del desconcierto,
sus arterias viven de olvidos, mortajas
y la huida permanente de violines.
Las alcantarillas reprochan el pudor a las aceras,
secas, viejas, hondas,
no entienden por qué es necesario evitar al náufrago,
los vientres mojados de miserias
y el ahogo de todos los juguetes y lagartos
que siempre van de paso.
En este silencio que no es mío
hay lunes demasiado adultos
como para negar el dolor en los ojos ya ciegos.
Del poemario : No hubo apenas mar en el desnudo abierto de tus ojos, galardonado con el primer premio en el VIII certamen internacional Leonor de Córdoba (España)
Le queda poco tiempo
Ese Dios autócrata,
como un parche dramático
en nuestra condición de mileruistas,
(por aquello de que quién menos tiene
menos necesita)
se ríe
viéndonos abrochar la oscuridad de los portales,
que es el único lugar que nos queda para mentir.
La tristeza se va a comprar obleas,
blandas, lentas
y él nos mira desde arriba
siguiendo paso a paso
el manual didáctico
para ser un buen padre de cultivo biológico.
¿pero es que no le ha dicho nadie
que pintar versos sin emoción humana
es como respirar en diferido?
Le queda poco tiempo,
las ciudades de metacrilato
ya acuden al entierro del cielo
detrás del mundo,
y como en una exposición de pesadillas
que se meriendan a la luna en cada estornudo,
se cierran los ojos sucios, blandos, lentos.
Le queda poco tiempo,
unas cuantas plazas más repletas de sábados
mercados y delantales,
y la menopausia de la rosa
empezará a mancharnos las camisas.
Del poemario: Los muñecos diabólicos de mi caja de pájaros, galardonado con el IX premio de poesía Vicente Nuñez, convocado por la Diputación de Córdoba (España)
La asfixia escrita en el centro de los ojos
Llegaremos paseando,
como pasea nuestra lengua
por el genocidio del lenguaje
mientras los dientes
tiritan al oído los testamentos de las aceras.
Seremos lo de menos
en el punto muerto de las barricadas,
donde los gritos blancos como el papel
son un pantano seductor
que pierde su alarido en un par de manos
y nos abofetea después
con la piedad de un soldado abierto.
Seremos peatones
en esta avenida sin recompensa
con la ciudad sin abrir en la maleta,
y la luz reflejando la tráquea de la noche
en todas las alcantarillas que nos nombran.
Seremos lo que siempre hemos sido
el cero más perfecto de todos
con la asfixia escrita en el centro de los ojos.
Del poemario Los muñecos diabólicos de mi caja de pájaros, galardonado con el IX premio de poesía Vicente Nuñez, convocado por la Diputación de Córdoba (España)
Tan solo espero un milagro para arder
Me sobrepongo al azul incumplido,
paseo por la soberbia de su tumba
para dar el mayor salto
mortal sobre sus venas
pero en su regazo la orfandad
licuada me reconoce, me hierve
mientras asomo a la vida en el último
suspiro de la muerte
y un nuevo alfabeto
marino modula mis muñones.
Deambulo breve por el fondo sin salida,
con las brasas del invierno
hormigueando entre los dientes
me busco en la última lágrima transitable,
pero solo encuentro el abrazo
conmovido de la ausencia,
la geografía de unos ojos orillados
incorporada al coral, la heroicidad de madre
enredada a destiempo con las algas,
poseída por el peso proscrito de los sueños
que resuenan como golpes y huelen a consuelo
seco, a sangre náufraga, a trampantojo
en la memoria cárdena de la espuma.
Cuando despierto, me dejo florecer
por un viento frío que me cruza,
no respiro, tan solo espero un milagro
para arder, simétrica y verbal,
sobre los muros con carácter de promesa.
Del poemario : Pancartas incendiarias en mi pecho, galardonado con un accésit en la XVII edición del Concurso de Poesía Ciudad de Zaragoza (España)
Con toda la vida detrás de la puerta
Hace falta mucho valor para decirle al mediodía
que tenemos el vientre maduro, que estamos bendecidos
por limosnas nacidas del estómago
o por ese sermón, demasiado largo,
que nunca acaba de aclararte
cómo puedes besar a Dios
cuando da clases de ballet sobre las nubes.
La estrofa de terciopelo
grita que se acabaron los bautizos,
que nos urgen los pies
y que tenemos troceadas las mejillas.
Proclama, por fin,
cuán hinchados estamos,
subraya con las mandíbulas altas
nuestro derecho ardiente, nuestra condición
privilegiada de almas indignas en las poeterías,
bajo los puentes, allí donde la muerte
clava sus coquetos ojos.
Hace falta mucho valor
para rezarle a los órganos vitales del horizonte
y recorrer el mundo
con toda la vida detrás de la puerta.
Así, mordidos por las sombras
y el abrazo de las alas en los sótanos.
Del poemario : “En el soliloquio de mi cuerpo” editado por LN Ediciones en formato de libre descarga.
Un poema eternamente inacabado
Cuando la sangre achica las flores
escapadas de los bordillos,
se convierte en la cinta correctora perfecta
para una máquina de escribir secretos.
Lástima que en este mundo
de texturas digitales y palabras famélicas,
resulte tan inútil como un bastón
colgado del abdomen, cuya única tarea fuese
perseguir las dentaduras postizas
que pudieran acudir al baile de fin de curso.
La magia siempre ha sido ficción para algunos
y creo que el horizonte está cansado de tanto tembleque,
de tanto labio en cuclillas, de los prototipos de muñeca virtual
donde se esconden nuevas armas
con las que desenlutar los cielos,
provocar borrascas y llorar en los barrancos
sin que nadie plagie las acrobacias de la cobardía.
Pero yo prefiero seguir escuchando a la rosa
cuando regresa del profundo paseo por mis manos,
dibujar con tiza el latido entoldado
de un corazón sudoroso,
tumbarme sobre un suspiro,
estudiar la arquitectura de mis alucinaciones
y esperar, átona, a que las tónicas me cubran.
Yo prefiero tender mis palabras al sol
y fijar mi boca mojada sobre la hierba adherida a unos ojos,
medir los centímetros que median entre dos besos,
y desbordarme, amnésica, por entre las fibras
de un poema eternamente inacabado.
Del poemario : “En el soliloquio de mi cuerpo” editado por LN Ediciones en formato de libre descarga.
Las palabras que acuden siempre al funeral de mis escombros
Muere el tiempo en esta orilla,
cuando el dolor pare relámpagos
como deserciones musicales
en una boca apretada y diligente.
Se precipitan los matices
en las encías hastiadas de belleza,
deshabitados de horizontes
descienden por los márgenes lunares.
Vacíos de toda marca angelical,
de toda promesa volcánica,
estacionan su heroísmo en la renuncia.
Fenecen mis pómulos.
Mientras las uñas dibujan semillas en la pared,
la piel de esta noche
muere conmigo, con los colores
y con el delirio dulce del horror
ciñendo mi vientre.
Esa es mi prerrogativa,
la clandestinidad de cuanto escribo
al borde del declive, el amor iluminado
en la frontera, vigilante de palabras
que me viven, que me rompen,
y que acuden siempre
al funeral de mis escombros.
Del poemario : “En el soliloquio de mi cuerpo” editado por LN Ediciones en formato de libre descarga.
La última pista azul de tu escondite
El mar tiene las manos largas
cuando me orquestra la vida,
la llena de conchas, la pudre cuando
intenta atarme el pecho y subastar
los peligros que me definen orgánica.
Lo veo venir, con toda la exactitud
mojada en los labios,
llovido sobre mí, sobre los restos
de esta orfandad que me llaga,
supurante de instintos yermos,
de ojos como eslabones marítimos
que me encadenan
al último día, a la última
pista azul de tu escondite.
Me deslizo entonces
por todas sus capas de agua, por el tacto suspendido
en la sal del mayor de los desastres.
Abandono el aire, me disuelvo,
y te abrazo nuevamente muerta.
Del poemario : “El insomnio de los verbos cansados” editado por LN Ediciones en formato de libre descarga
Un poema no suele decir la verdad de nadie
¿De qué sirve remendar un verbo apático
si el poema nos engañará hasta la muerte?
Alto voltaje en una toalla húmeda,
su pulso rítmico
nos marca el paréntesis idóneo entre axiomas
cuando resume el color de los nombres,
la acentuación fónica de los océanos,
o cualquier otra nadería.
Siempre es así,
con la credibilidad hinchada y redonda
sobrevuela todos los paisajes
que huelen a tragedia, todos los suicidios
menores de edad
y cuantas calles sin salida
devore con su marcha fúnebre.
Un poema no suele decir la verdad de nadie,
tan solo hinca sus dientes en el charco,
nos retuerce y proclama a voz en grito
su potestad literaria y nuestra muerte poética.
Del poemario : “El insomnio de los verbos cansados” editado por LN Ediciones en formato de libre descarga
La taquigrafía de la muerte
No acabo de entender la mirada de esta tarde,
el aroma a sandía que huye de los verdes,
ni ese azul con las puntas mordidas por el viento.
Todo está inmóvil, tanto, que la acústica
de las flores es melodía fúnebre para las hadas.
Esta luz aduanera acalla las piedras,
las moscas bailan en el zaguán,
y una muñeca rota
me muestra su pubis huérfano
que refleja tormenta y amenaza
con subir el precio de los relámpagos.
El silencio escucha la discusión de las mareas,
las tumbas lo imitan, encerrando el futuro
entre los dientes, enrojecen las fugas,
los labios se anuncian flojos
mientras la mañana
se vive, apenas, entre líneas.
Esta tarde me golpea,
pone barricadas urgentes
y disimula el difuso amor insensible
que crece entre tirabuzones, escollos,
descampados bisiestos, y ese enigma
que duerme bajo el felpudo,
presto a escalar calendarios, besos delictivos,
y terapias exiliadas de las poeterías.
Me pregunto si será ésta
la taquigrafía de la muerte.
Del poemario : “El insomnio de los verbos cansados” editado por LN Ediciones en formato de libre descarga
Infinita, perfecta y con la sangre cansada
A ese ser que ya siempre será de agua
Con mi cara en la póstuma curva del aire
atravieso los huesos de la vigilia,
los ojos desasidos,
para no perderme ninguno de los secretos
que guardan las vísceras de los buitres.
Así te acompañan mis venas de cáñamo
con el perfume más triste amarrado a la ventana
y los días sujetando diez dedos de goma,
como un chiste de mermelada rancia.
Te me fundes
en la arena de un piano de cola muy negro
reventada de amor y agua,
y entre las piernas
un millón de acordes de tu fuga
sueñan con morir en el próximo parto.
Cuando los dioses bajan demasiado la voz
yo sigo manteniendo el equilibrio
sobre los nombres.
Asumo el riesgo de las comas
en los límites atroces de tu huida,
porque contigo
la respiración es mucho más asequible,
mientras las nubes se encargan de ubicarte
en el mapa empapado de mis ojos.
Cada pliegue, cada mota
de esta ceniza extranjera en el pecho,
te recuerda infinita,
perfecta y con la sangre cansada.
Del poemario : “Primaria, decisiva e inaprensible”. LN Ediciones en formato de libre descarga
Marian Raméntol Serratosa (Barcelona, España, 27 de febrero de 1966). Poeta, traductora y directora de la revista cultural La Náusea.
Miembro del grupo musical O.D.I con el que ha editado vídeo-libros y diversos álbumes además de bandas sonoras de cortometrajes. Ha trabajado con músicos experimentales en múltiples recitales y performances. Ha guionizado y dirigido cortos y mediometrajes de corte experimental así como documentales, es también co-conductora del Podcast de arte y literatura Sintagma (de la plataforma cultural La Náusea).
Ha traducido a poetas contemporáneos al catalán, castellano e italiano. Ha publicado dieciocho poemarios y ha sido incluida en dieciséis antologías.
Ha sido premiada en diversos concursos nacionales e internacionales tales como XVIII Premio Nacional de Poesía ACORDES con el poemario «Mi nombre doblado sobre la cama«; IX Certamen de poesía Vicente Nuñez con el poemario «Los muñecos diabólicos de mi caja de pájaros«; VIII certamen de poesía Internacional «LEONOR DE CÓRDOBA» con el poemario «No hubo apenas mar en el desnudo abierto de tus ojos« entre otros.
Su obra ha sido ampliamente difundida en revistas especializadas donde ha publicado poesía, ensayo y artículos de opinión.
Ha sido traducida al inglés, alemán, italiano, rumano, armenio, portugués, búlgaro y estonio.
Su actividad en el ámbito artístico y poético le ha llevado a formar parte de festivales (tanto poéticos como de cinematografía), exposiciones, recitales y diferentes actos patrocinados por ayuntamientos, editoriales y otras entidades culturales.
Enlaces de interés:
Blog personal: https://marianramentolserratosa.blogspot.com
Blog antiguo: http://marianramentol.blogspot.com
Plataforma cultural La Náusea: https://lanausea2000.blogspot.com
Nota : Todo el contenido poético así como la bio y fotografías compartidas ha sido seleccionado y cedido por la autora para su publicación en esta página. Poiesis https://poetryalquimia.org/
¡Gracias a Marian Raméntol por su generosidad, atención y confianza!
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