15 Poemas de Marian Raméntol

Una Mosca vuela lenta sobre el aliento

Vuelvo a la selva del dolor nativo

Luís Rosales.

Los poemas dicen muerte 
pero casi nunca llevan 
un pedazo de muerte verdadera en sus sílabas.

Una mosca vuela lenta sobre el aliento,
se suicida en la boca, resolutoria,
ha visado su vida en pro de hacerse adulta
antes del impacto final, antes de hundirse
como un proyectil en las viñas sarcásticas 
de mi trono particular.

La muerte la roza con su falo venenoso, 
la pálida oscuridad manoseando la carne, 
las alas tan blandas, ese baile caído 
que aprendió desde su nacimiento,
ahí, la rutina de irse a un cosmos 
desconocido y húmedo,
donde mi lengua se vestirá de negro 
para oficiar su réquiem.

Rodeo el frío antes de que lo haga ella,
este invierno ha sido tortuoso, 
pero no por el extenso hielo, 
sino por los días tan tremendamente pequeños,
almacenando versos en los cajones pueriles del ocio, 
escribiendo mentalmente los poemas del desierto,
y buscando las muletas necesarias 
antes de que los ancianos estiren sus manos.

Del poemario : Con mi nombre doblado sobre la cama, galardonado con el primer premio en el XVIII certamen nacional Acordes (Espiel- España).

La sangre que queda por enterrar

Vamos creciendo hacia los muertos.

Luís Rosales

El dolor es como el ácido 
lamiendo la tela estampada del corazón,
es esa cadena de nieve en mis pechos
cuando hago inventario de mis alcantarillas
y las palabras destetadas sienten frío
porque la verdad vive doliendo, y se nos cae
y se nos va.

La sangre que queda por enterrar
también tiene nombre, un par de epitafios, 
pestañas de invierno, lágrimas como
manchas en la pared, milagros 
encontrando el mundo y pronunciándolo
y un vacío que nunca ha visto el océano
aquietarse, torcido, 
sobre las faltas de ortografía
que nos encuentran, pronunciados
y definitivos bajo los años.

Del poemario : Con mi nombre doblado sobre la cama, galardonado con el primer premio en el XVIII certamen nacional Acordes (Espiel- España).

Mujer de Aceite

Hay que seguir naciendo todos los días

aunque la vida esté acabada.

Luís Rosales

Un armario labial, alimenticio, absoluto,
el cajón donde duermen las preguntas,
el temblor de una carta, un ojal derramado
sobre un secreto, una colección de sinónimos
convertidos en antónimos cuando se miran al espejo,
y unos ojos cráneos, perdurables, repetidos.

No tengo edades suficientes para traducir el agua,
pero tengo paisajes con hoyuelos en la cara
que no mienten, barcos de cristal
por donde espiar la ceniza de la infancia,
asistir al entierro de las hojas,
al sepelio de cicatrices amarillas,
y a pintar de azafrán las bocas de princesa.

Quiero volver a ser mujer de aceite,
relieve apuntalando las lamparillas
de un cielo huérfano pero satisfecho.

Del poemario : Con mi nombre doblado sobre la cama, galardonado con el primer premio en el XVIII certamen nacional Acordes (Espiel- España).

La fractura del Verso Prescindible


Desconvoco a la lámpara encendida, y las tijeras
que recortan esta nube lenta,
arrojando sobre mí
la fractura del verso prescindible.

Ese que pasa a hurtadillas por la madrugada,
y mide un milenio de descensos
por dos centímetros de perspicacia,
ése, destituido de labios, nidos y escaparates,
al que no le queda noche para ahogarse,
ni solsticio donde acostarse temprano,
ni la descortesía
del culo de un vaso que le haga de espejo.

Con la mesa puesta y sin saldo
con el que devolverme la llamada,
me interroga desde el rincón más triste
de mis libros subrayados,
apoyado en el alféizar del papel,
y antes del salto al vacío, se lleva la música
de los nombres ciegos y sin tamaño
que fueron dichos
en el último minuto de cada estrofa.

Desahuciado del poema,
el verso sabe siempre cómo detenerme.

Del poemario : No hubo apenas mar en el desnudo abierto de tus ojos, galardonado con el primer premio en el VIII certamen internacional Leonor de Córdoba (España)

Por qué es necesario evitar al náufrago

Con la piel arrodillada,

la respiración respeta el toque de queda

en esa zona de carga y descarga para besos decapitados,

una muleta urgente

arrepentida

hermana de la culpa que desborda puertas y ventanas,

sujeta a una mujer desnuda

que alarga los pasillos del deseo

y desparece entre azulejos repetidos.

Como en una cuerda floja

que cuelga a millones de kilómetros del suelo,

las calles reciclan los colmillos

a la espera de la humedad del desconcierto,

sus arterias viven de olvidos, mortajas

y la huida permanente de violines.

Las alcantarillas reprochan el pudor a las aceras,

secas, viejas, hondas,

no entienden por qué es necesario evitar al náufrago,

los vientres mojados de miserias

y el ahogo de todos los juguetes y lagartos

que siempre van de paso.

En este silencio que no es mío

hay lunes demasiado adultos

como para negar el dolor en los ojos ya ciegos.

Del poemario : No hubo apenas mar en el desnudo abierto de tus ojos, galardonado con el primer premio en el VIII certamen internacional Leonor de Córdoba (España)

Le queda poco tiempo

Ese Dios autócrata,

como un parche dramático

en nuestra condición de mileruistas,

(por aquello de que quién menos tiene

menos necesita)

se ríe

viéndonos abrochar la oscuridad de los portales,

que es el único lugar que nos queda para mentir.

La tristeza se va a comprar obleas,

blandas, lentas

y él nos mira desde arriba

siguiendo paso a paso

el manual didáctico

para ser un buen padre de cultivo biológico.

¿pero es que no le ha dicho nadie

que pintar versos sin emoción humana

es como respirar en diferido?

Le queda poco tiempo,

las ciudades de metacrilato

ya acuden al entierro del cielo

detrás del mundo,

y como en una exposición de pesadillas

que se meriendan a la luna en cada estornudo,

se cierran los ojos sucios, blandos, lentos.

Le queda poco tiempo,

unas cuantas plazas más repletas de sábados

mercados y delantales,

y la menopausia de la rosa

empezará a mancharnos las camisas.

Del poemario: Los muñecos diabólicos de mi caja de pájaros, galardonado con el IX premio de poesía Vicente Nuñez, convocado por la Diputación de Córdoba (España)

La asfixia escrita en el centro de los ojos

Llegaremos paseando,
como pasea nuestra lengua
por el genocidio del lenguaje
mientras los dientes
tiritan al oído los testamentos de las aceras.

Seremos lo de menos
en el punto muerto de las barricadas,
donde los gritos blancos como el papel
son un pantano seductor
que pierde su alarido en un par de manos
y nos abofetea después
con la piedad de un soldado abierto.

Seremos peatones
en esta avenida sin recompensa
con la ciudad sin abrir en la maleta,
y la luz reflejando la tráquea de la noche
en todas las alcantarillas que nos nombran.

Seremos lo que siempre hemos sido
el cero más perfecto de todos
con la asfixia escrita en el centro de los ojos.



Del poemario Los muñecos diabólicos de mi caja de pájaros, galardonado con el IX premio de poesía Vicente Nuñez, convocado por la Diputación de Córdoba (España)

Tan solo espero un milagro para arder

Me sobrepongo al azul incumplido,

paseo por la soberbia de su tumba

para dar el mayor salto

mortal sobre sus venas

pero en su regazo la orfandad

licuada me reconoce, me hierve

mientras asomo a la vida en el último

suspiro de la muerte

y un nuevo alfabeto

marino modula mis muñones.

Deambulo breve por el fondo sin salida,

con las brasas del invierno

hormigueando entre los dientes

me busco en la última lágrima transitable,

pero solo encuentro el abrazo

conmovido de la ausencia,

la geografía de unos ojos orillados

incorporada al coral, la heroicidad de madre

enredada a destiempo con las algas,

poseída por el peso proscrito de los sueños

que resuenan como golpes y huelen a consuelo

seco, a sangre náufraga, a trampantojo

en la memoria cárdena de la espuma.

Cuando despierto, me dejo florecer

por  un viento frío que me cruza,

no respiro, tan solo espero un milagro

para arder, simétrica y verbal,

sobre los muros con carácter de promesa.

Del poemario : Pancartas incendiarias en mi pecho, galardonado con un accésit en la XVII edición del Concurso de Poesía Ciudad de Zaragoza (España)

Con toda la vida detrás de la puerta

Hace falta mucho valor para decirle al mediodía

que tenemos el vientre maduro, que estamos bendecidos

por limosnas nacidas del estómago

o por ese sermón, demasiado largo,

que nunca acaba de aclararte

cómo puedes besar a  Dios

cuando da clases de ballet sobre las nubes.

La estrofa de terciopelo

grita que se acabaron los bautizos,

que nos urgen los pies

y que tenemos troceadas las mejillas.

Proclama, por fin,

cuán hinchados estamos,

subraya con las mandíbulas altas

nuestro derecho ardiente, nuestra condición

privilegiada de almas indignas en las poeterías,

bajo los puentes, allí donde la muerte

clava sus coquetos ojos.

Hace falta mucho valor

para rezarle a los órganos vitales del horizonte

y recorrer el mundo

con toda la vida detrás de la puerta.

Así, mordidos por las sombras

y el abrazo de las alas en los sótanos.

Del poemario : “En el soliloquio de mi cuerpo” editado por LN Ediciones en formato de libre descarga.

Un poema eternamente inacabado

Cuando la sangre achica las flores

escapadas de los bordillos,

se convierte en la cinta correctora perfecta

para una máquina de escribir secretos.

Lástima que en este mundo

de texturas digitales y palabras famélicas,

resulte tan inútil como un bastón

colgado del abdomen, cuya única tarea fuese

perseguir las dentaduras postizas

que pudieran acudir al baile de fin de curso.

La magia siempre ha sido ficción para algunos

y creo que el horizonte está cansado de tanto tembleque,

de tanto labio en cuclillas, de los prototipos de muñeca virtual

donde se esconden nuevas armas

con las que desenlutar los cielos,

provocar borrascas y llorar en los barrancos

sin que nadie plagie las acrobacias de la cobardía.

Pero yo prefiero seguir escuchando a la rosa

cuando regresa del profundo paseo por mis manos,

dibujar con tiza el latido entoldado

de un corazón sudoroso,

tumbarme sobre un suspiro,

estudiar la arquitectura de mis alucinaciones

y esperar, átona, a que las tónicas me cubran.

Yo prefiero tender mis palabras al sol

y fijar mi boca mojada sobre la hierba adherida a unos ojos,

medir los centímetros que median entre dos besos,

y desbordarme, amnésica, por entre las fibras

de un poema eternamente inacabado.

Del poemario : “En el soliloquio de mi cuerpo” editado por LN Ediciones en formato de libre descarga.

Las palabras que acuden siempre al funeral de mis escombros

Muere el tiempo en esta orilla,

cuando el dolor pare relámpagos

como deserciones musicales

en una boca apretada y diligente.

Se precipitan los matices

en las encías hastiadas de belleza,

deshabitados de horizontes

descienden por los márgenes lunares.

Vacíos de toda marca angelical,

de toda promesa volcánica,

estacionan su heroísmo en la renuncia.

Fenecen mis pómulos.

Mientras las uñas dibujan semillas en la pared,

la piel de esta noche

muere conmigo, con los colores

y con el delirio dulce del horror

ciñendo mi vientre.

Esa es mi prerrogativa,

la clandestinidad de cuanto escribo

al borde del declive, el amor iluminado

en la frontera, vigilante de palabras

que me viven, que me rompen,

y que acuden siempre

al funeral de mis escombros.

Del poemario : “En el soliloquio de mi cuerpo” editado por LN Ediciones en formato de libre descarga.

La última pista azul de tu escondite

El mar tiene las manos largas

cuando me orquestra la vida,

la llena de conchas, la pudre cuando

intenta atarme el pecho y subastar

los peligros que me definen orgánica.

Lo veo venir, con toda la exactitud

mojada en los labios,

llovido sobre mí, sobre los restos

de esta orfandad que me llaga,

supurante de instintos yermos,

de ojos como eslabones marítimos

que me encadenan

al último día, a la última

pista azul de tu escondite.

Me deslizo entonces

por todas sus capas de agua, por el tacto suspendido

en la sal del mayor de los desastres.

Abandono el aire, me disuelvo,

y te abrazo nuevamente muerta.

Del poemario : “El insomnio de los verbos cansados” editado por LN Ediciones en formato de libre descarga

Un poema no suele decir la verdad de nadie

¿De qué sirve remendar un verbo apático

si el poema nos engañará hasta la muerte?

Alto voltaje en una toalla húmeda,

su pulso rítmico

nos marca el paréntesis idóneo entre axiomas

cuando resume el color de los nombres,

la acentuación fónica de los océanos,

o cualquier otra nadería.

Siempre es así,

con la credibilidad hinchada y redonda

sobrevuela todos los paisajes

que huelen a tragedia, todos los suicidios

menores de edad

y cuantas calles sin salida

devore con su marcha fúnebre.

Un poema no suele decir la verdad de nadie,

tan solo hinca sus dientes en el charco,

nos retuerce y proclama a voz en grito

su  potestad literaria y nuestra muerte poética.

Del poemario : “El insomnio de los verbos cansados” editado por LN Ediciones en formato de libre descarga

La taquigrafía de la muerte

No acabo de entender la mirada de esta tarde,

el aroma a sandía que huye de los verdes,

ni ese azul con las puntas mordidas por el viento.

Todo está inmóvil, tanto, que la acústica

de las flores es melodía fúnebre para las hadas.

Esta luz aduanera acalla las piedras,

las moscas bailan en el zaguán,

y una muñeca rota

me muestra su pubis huérfano

que refleja tormenta y amenaza

con subir el precio de los relámpagos.

El silencio escucha la discusión de las mareas,

las tumbas lo imitan, encerrando el futuro

entre los dientes, enrojecen las fugas,

los labios se anuncian flojos

mientras la mañana

se vive, apenas, entre líneas.

Esta tarde me golpea,

pone barricadas urgentes

y disimula el difuso amor insensible

que crece entre tirabuzones, escollos,

descampados bisiestos, y ese enigma  

que duerme bajo el felpudo,

presto a escalar calendarios, besos delictivos,

y terapias exiliadas de las poeterías.

Me pregunto si será ésta

la taquigrafía de la muerte.

Del poemario : “El insomnio de los verbos cansados” editado por LN Ediciones en formato de libre descarga

Infinita, perfecta y con la sangre cansada

A ese ser que ya siempre será de agua

Con mi cara en la póstuma curva del aire

atravieso los huesos de la vigilia,

los ojos desasidos,

para no perderme ninguno de los secretos

que guardan las vísceras de los buitres.

Así te acompañan mis venas de cáñamo

con el perfume más triste amarrado a la ventana

y los días sujetando diez dedos de goma,

como un chiste de mermelada rancia.

Te me fundes

en la arena de un piano de cola muy negro

reventada de amor y agua,

y entre las piernas

un millón de acordes de tu fuga

sueñan con morir en el próximo parto.

Cuando los dioses bajan demasiado la voz

yo sigo manteniendo el equilibrio

sobre los nombres.

Asumo el riesgo de las comas

en los límites atroces de tu huida,

porque contigo

la respiración es mucho más asequible,

mientras las nubes se encargan de ubicarte

en el mapa empapado de mis ojos.

Cada pliegue, cada mota

de esta ceniza extranjera en el pecho,

te recuerda infinita,

perfecta y con la sangre cansada.

Del poemario : “Primaria, decisiva e inaprensible”. LN Ediciones en formato de libre descarga

Marian Raméntol Serratosa (Barcelona, España, 27 de febrero de 1966). Poeta, traductora y directora de la revista cultural La Náusea.

Miembro del grupo musical O.D.I con el que ha editado vídeo-libros y diversos álbumes además de bandas sonoras de cortometrajes. Ha trabajado con músicos experimentales en múltiples recitales y performances. Ha guionizado y dirigido cortos y mediometrajes de corte experimental así como documentales, es también co-conductora del Podcast de arte y literatura Sintagma (de la plataforma cultural  La Náusea).

Ha traducido a poetas contemporáneos al catalán, castellano e italiano. Ha publicado dieciocho poemarios  y ha sido incluida en dieciséis antologías.

Ha sido premiada en diversos concursos nacionales e internacionales tales como XVIII Premio Nacional de Poesía ACORDES con el poemario Mi nombre doblado sobre la cama; IX Certamen de poesía Vicente Nuñez con el poemario Los muñecos diabólicos de mi caja de pájaros; VIII certamen de poesía Internacional “LEONOR DE CÓRDOBA” con el poemario No hubo apenas mar en el desnudo abierto de tus ojos entre otros.

Su obra ha sido ampliamente difundida en revistas especializadas donde ha publicado poesía, ensayo y artículos de opinión.

Ha sido traducida al inglés, alemán, italiano, rumano, armenio, portugués, búlgaro y estonio.

Su actividad en el ámbito artístico y poético le ha llevado a formar parte de festivales (tanto poéticos como de cinematografía), exposiciones, recitales y diferentes actos patrocinados por ayuntamientos, editoriales y otras entidades culturales.

Enlaces de interés:

Blog personal: https://marianramentolserratosa.blogspot.com

Blog antiguo: http://marianramentol.blogspot.com

Youtube

Archive.org

Plataforma cultural La Náusea: https://lanausea2000.blogspot.com

Nota : Todo el contenido poético así como la bio y fotografías compartidas ha sido seleccionado y cedido por la autora para su publicación en esta página.  Poiesis https://poetryalquimia.org/

¡Gracias a Marian Raméntol  por su generosidad, atención y confianza!

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