Adan y Eva
Un jardín perfecto es también una jaula.
Observen como la luz se posa sobre el rocío
y como el rocío ilumina la arboleda.
Observen como la sombra es manantial para el descanso
y como fluyen en melodía los riachuelos.
Observen como deambulan sin rumbo esos seres
y como al alcance de la mano recogen el alimento.
Escuchen
escuchen el trino celestial de los alados
y el suave ronroneo de las grandes bestias.
Escuchen
palpen el siseo de la serpiente
y observen su caminar seguro por los senderos.
Bestia y hombre uno solo.
Los ojos lánguidos y desenfocados
las colas arrastrándose por el suelo
la boca caída
las manos inertes
el sexo entero a la vista desinteresada.
El tiempo no existe
no corre
no corroe.
El espacio no existe
está encantado
inmóvil
esclavo de su perfección.
Veamos.
Hay una manzana
mas no es la que yo conocí.
Está herida de muerte
y sangra perlas de sudor.
Debo saber su corazón
tocar su piel reluciente con mis palmas.
Quiero
quiero mojar mi boca con su jugo
y bañar mis labios con su aroma enloquecedor.
Cierro los ojos.
El goce es perfecto.
Abro los ojos.
El pudor me envuelve.
Siento un leve cosquilleo
un sube y baja por mi vientre
la mirada de él viéndome
recorriendo mi torso
y esa bicha que mira
como anotándolo todo
como diciendo algo.
-Gozo-
-sé que gozo-
-sé-
qué palabra
-conozco.
Tengo miedo- digo
qué hemos hecho.
Sabemos- dijo
-sabemos-
y calló.
Caminemos – dijo.
-Seamos el mundo-.
De : ENTRE LAGARTAS, editorial LOM, Stgo., 1999

Boqueo
Aire
aire para vivir
dijo
y dio palmadas
e inhaló mierda
y sollozó
lamió su primer vagido
y luego otro
y otro más
hasta que la vida le movió el piso de los ojos
los pies
las uñas y
bailó
bailó boqueando por aire
hasta que ay –
yay-yay
la Violeta no quiso más
vino y se negó
al aire se negó
porque sin cariño
dijo
no hay aire que valga
y
un agujero en su cuerpo se plantó
un querer queriendo se hizo
quiso
no más respirar en la vida
y el águila abandonóle el alma
hasta posar sus dos garras en el aire
aire de cielo rojo y plateado
avión de carne y hueso
arrebujado en celeste vaina
con su gracia Violeta entre las alas
y luego ay –
yay-yay
el suspiro
la negación del aire
aire
aire con veneno para respirar
y el sueño en jaula de oro
y el firmamento azulado tan sólo a veces
pero es más
es peor
porque gris el aire nutre hospitales
invade niños que ni llorar pueden
puro Chile en el tinglado
boqueando como peces botados por la ola
congrios calcinados sobre la playa caliente
público ávido y tibio en las butacas
ávido en el teatro
resuello de trompetas
de trombones/flautas/saxos/traversas
sentado, mullido en el aplauso entusiasta
atento
platea alta y baja
igualado por el oxígeno tan democrático
sorben
sorben un aire expulsado hasta sus tan rosadas orejas
ay –
suspiran ternuras
recuerdos
emociones temblorosas
y el gas gotea
gotea de oreja en nariz
de nariz en pulmón
hasta que atroz y tronante
un silencio invade la grieta
y en pleno Moscú
en el invernal y hermoso del Kremlin
boquean
boquean otra vez los cuerpos
bregan
bregan por restos de aire
vida
mi vida amada
mi amada vida
porque aún no acabo de mascar la marraqueta
e irme
y desertar no quiero
bajarme no del tren no puedo
mas el aire se tiñe con intereses
y el yo no vale
no sirve
es número más o número menos
y cuántos
cuántos hay que son tú
que son yo
y esos otros tan ellos
tan humanos
tan despojo de sí mismos
desnudos en la cámara
aullantes en la cámara de gas
desnudos
vergonzados
desnudos
desnudos y vivos
patalean
se apisonan unos a otros
boquean
boquean elegidos los congrios
blancos/negros/colorados
unos sobre otros en pilas
abajo los viejos sin aire
los niños encima sin aire
sin aire las mujeres más arriba
y sobre
sobre toda la humana carroña anfibia
esos
los más fuertes, musculosos y en salud
boquean
boquean sin aire
buscan
gritan
susurran por aire
aire
aire
aire que ya no veo
qué
qué
que me muero
dónde
dónde si no respiro entre el humo
no huelo
no huelo el desecho que somos
la basura hasta el cogote no siento
aire había
aire de peces había
aire de aves
aire para ser de carne
dónde
dónde para bailar
para enamorar dónde
y el clamor de las manitas
el clamor por el espejo
por un último respiro en la imagen
por saber la muerte cierta
antes
antes de a…….ban…….do…….nar.
De : POR GRACIA DE HOMBRE, Editorial LOM, Stgo. 2008

El signo de la serpiente
«Yo soy la serpiente, casi invisible en su celda de vidrio/ en el rincón más sombrío del parque,
/ajena a la curiosidad que apenas despierta,/ajena a los intereses de la tierra, su madrastra;/
yo soy ese insensibleamante de sí mismo/que duerme con astucia, mientras todo despierta.
Enrique Lihn
Mi ojo monta tu ojo desde la nada y un signo.
Cuerpos del engaño ambos:
y tú
un constante remiendo.
Una marca se hunde en lepras.
El horizonte es una línea implacable.
No es fácil ir tras tu rastro y agarrar por el hilo la cometa.
Eres un verso escrito de día con cantos de medianoche.
Una noche de barcos que palpa la carne.
Una mirada bajo un cielo negro de cuervos.
Un rapaz vigilante cuando la arbolada.
Eres un verso que habla desde un pulso en el pantano.
Una jornada que brilla y atestigua.
Una búsqueda entrampada en sus celos.
Hay un conjuro de pájara y una atracción sobre la muerte primera
y es lenta y sostenida
esta
el ala con que acosas al diente ciudadano.
Hay un pie en la cuenca del otro.
Hay un espejo anudado a tu rasgo facial
y otro más en los anversos de tu testa medalla
y en tu conciencia de bestia sentada y cierta entre esas tapas de libro
y en el cómo de tu mano que atrapa un pétalo carnoso al vuelo.
Hay
Lihn Enrique
un tú
harto cerca del hastío edénico.
De : POR GRACIA DE HOMBRE, Editorial LOM, Stgo. 2008

Retraso del exterminio
Ahora
que con imágenes armo un pasado
es que inenarrable
se me yergue un callado de voces.
Esta peona mía decisión
coloca en jaque un amanecer
y se huele oliendo un cuidado
una mucha cautela al abrir la boca
y lanzar el ojo hacia atrás.
Cómo construir entonces un cuerpo
con qué carne y qué manos
cuando sucia es jabón la caricia
y ocupa el tiempo en lavar sangre de otros
con un dedo en el verdor
y otro
embadurnado en el carmesí de la carne.
Ya absueltos
dicen del trueno áfono y la mentira del ojo ciego en el suyo abierto
que inmerso en la música enmarchada que con afán avanza
ataca y lude a los carne de cañón
esa rama carniza de Celán el poeta
que en intento gestual por salvar un habla
traba su vida y se encarama por el umlaut
hasta dictarle al verso la ardicia
y enquistársele la joroba tan pesada bajo el hombro
y los silencios peso muerto de túmulos en boca
para excomunicado restarle el deseo
con ese modo tartamudo con que el dolor se le adhiere
con aire
con aliento todavía y a pesar suyo.
Ya gotea el sudor de las lágrimas con las que no puede
y gatea entre los restos perplejos de la destrucción.
Qué le dan
con qué vive dices
dónde
ahora
ahora que todo es rojo
rojo
rojo y albo
y el habla no aprovecha
y el ahora es solo ayer para él y para mí
digo y vuelvo a decir
y escarbo entre las fotos
y pataleo en aguas que se me vienen
e inundo el plano que me afirma
porque así no sé
ni puedo saber.
Hurgo
hurgo y monto
instalo este algo que me derrumba ahora
en un uno a uno de ladrillos faraónicos
en cada lágrima que abrazo
que éste
este es el silencio
y retrasa el exterminio.
De : POR GRACIA DE HOMBRE, Editorial LOM, Stgo. 2008

Verónica Zondek, Eliana Ortega y Olga Grau, 1988
Abuela
No erguí mis pies más allá del fantasma de tu cuerpo.
Una carne blanca sobre una blanca cama de colchón inclinado.
Baila la presencia de tu aura sobre un almohadón ajado.
Tu esqueleto es esplendoroso
y tu sonrisa o boca aplastada esconde un castañeteo constante.
Hueso antiguo con hueso antiguo pegados en la articulación.
Pendo
pendes
penderás para siempre de un deseo entero mío
y carne serás en ellos que por fuerza vendrán
en el fragor ay de estas vidas que vuelven a ser aquí y ahora
después de los despueses hambrientos de la lombriz
que huye y sin salida por el angosto túnel que le deparó el destino.
Qué ángel comunicante puedo encontrar
qué saldo a crédito para mí
abuela
abuela tan abuela de carne en mi regazo tibio
tenida por propia en ese cuarto ahora sólo blanco
y las sábanas estiradísimas para evitar la llaga
y la comida mascada mil veces en boca de pajarillo para entrar a la tuya
y la encía roja que impone cautela obligada
en el desierto sin sombras que es el silencio de tu boca
porque aunque las palabras se te escondieron para siempre
sé que gritas
y porque también el ojo te huye como un criminal a la justicia
es que no hay tropiezo que valga ante esa luz que escapa a los otros
y tus oídos dormidos escuchan, por qué no, el zumbido de las moscas
y las palabras solícitas e inútiles con las que te envuelven el día
porque intocable princesa
al fin habitas tu isla querida
y eres
la más importante.
Carcasa y capullo vacío
a la deriva sobre un tablón que te sostiene el aire
que aquí en tu cuerpo ya no estás ni volverás,
ni tus hombros serán bajo la mañanita vaporosa y tejida
y aunque ausente y capitana en desuso
veo en tu puño derecho y apretado
la rabia latiendo por derrumbar al primer impertinente
y nada en el aire
y nada en la nada
y locuras de pequeñas vueltas
porque bien viviste desencajada
en otro lado
con el pie en el silencio y presto en el vano de tu puerta
por si imperioso fuese armar una maleta.
Y escucho tu palabra silente:
aunque me nieguen las veces que me nieguen
hablo la lengua
soy la lengua
y me orgullo del culto
porque hice a una que hizo a dos que hicieron a siete
y a todos conocí.
De : POR GRACIA DE HOMBRE, Editorial LOM, Stgo. 2008

Registro De Santiago
Merodea.
Ronda el ojo en Valle Santiago.
Siente la tibieza casera.
Bajo una nube y sobre la nieve
gravita un fantasma.
Su palabra no resta cielo donde apelar.
En este valle
la preñez es una circunstancia.
La vida es inusitada
y se prolonga en estadísticas.
La muerte se esconde tras paredes gruesas
en bolsa negra y desechable.
Los números funcionan.
El progreso mata todo intento de recuerdo
y sepulta hondo el grito de pertenencia.
La memoria no es deseo.
Crecen los parques domesticados.
Aletea un tren por un valle subterráneo.
Se puebla el campo con casas de cartón reciclado.
Se desafía la lógica.
Se talan los bosques de las riberas.
Se siembran hormonas.
Se muestra.
Se alardea.
Se encumbra alta la seguridad.
Se prevé el avance del desastre.
Se vota la impunidad.
Se estimula el consenso.
Se fumiga con mal de ojo
al contaminado
al que no viste de gris o azul marino
al que mira para otro lado.
Se encierra al animal por salvaje.
Se entona alto la canción nacional.
De : El libro de los valles, 2003

Camélido
Pesa.
Pesa la certeza y pesa el camino.
Pesa la duda y pesa la tierra.
Pesa el silencio y pesa el ansia
y pesa
pesa todo.
Pesa el peso de la letra
y pesa la lana del cobijo
y pesa la búsqueda del puerto
y lo hallado en la neblina.
Pesa el pujo del cuerpo
y el calor del nido bravo
y lo rabioso del fuste enemigo
y la sobria pataleta del acomodado.
Todo pesa.
Pesa y re-pesa el cansancio
y la búsqueda eterna del deseo.
Pesa caminar
pesa dormir
y el sueño justo y la tregua.
Lo esencial se entrevera en las ramas
y el bosque esconde la sombra fría.
El sol sólo brilla en los ojos del ciego
y el vidente silencia su lengua ante el pavor.
Pesa el tiempo que atora las bocas
y la historia
la maldita historia que me abre al temor.
Pesa la nostalgia de la cueva segura
y el sueño de mi pecho antiguo.
Pesa el vuelo
y pesa el paso
y pesa el ala
y pesa el pie
y el poema brota
y brota la sangre
y pesa
pesa el derrame
y los hijos
y el presente
y el mañana.
Pesa
pesa la solución de hoy
y pesa “la solución final”
y pesa el arte de soñar con fugas.
Pesa
pesa todo.
Pesa la página
y el aire
y el blanco
y la nada pesa
y renueva el peso
y borra el paso
y pasa
y no deja huella
y destruye el habla.
De Por gracia de hombre, (2008)

Zorzal
Me agrada este árbol árbol árbol.
Me agrada su rama temblorosa
su cante despojado y frágil.
Me agrada la memoria del verdor.
Me agrada cuando el viento su temblor
y me agradan sus perladas gotas pasmadas.
Me agrada el entramado fino
y su calado presumido.
Me agrada el pelón de la rama encumbrada
que está ahí y en sol sostenido y firme
aguanta a ese extraño pico dorado
tan agarrado
tan zorzal de cualquier lado
tan gris
tan como el día por mí amado.
Ese pajarillo que veo
sueña con ojos fijos en la lejanía
abajo muy en lo hondo
donde duerme su pulso exaltado
y no respira y no nunca toca fondo.
Me agrada ese zorzal que sólo mira.
Me agrada ese punto amarillo y fijo
ese punto que es ofrenda al azulino.
Me agrada
porque sólo es manto y recuerdo agua y duelo.
Me agrada ese pico desmedido y áureo
y el leve temblor que le veo.
Me agrada la sonrisa que aflora en mis labios
cuando viene la vida y fresca
se yergue escueta
cabecea un poco
encuentra su punto y atenta
abre la escucha al pulso.
Me agrada el desafío fosforescente del pico cerrado
su comentario incisivo cogote adentro
su brillo detenido en su muy opaco velo.
Me agrada su distinción inmisericorde.
Me agrada la lluvia que cae por sus plumas.
Me agrada la mirada adherida al plateado.
Me agrada el canto que ejecuta de vez en vez.
Y para terminar:
digo que cuando el pico dorado de ese zorzal
viene y se planta de cuerpo entero y sin bozal
sobre mi rama desnuda frente al ventanal
no puedo sino
observarlo/ ampararlo/ festejarlo
por ser un loco embrujado/ un loco del cielo abajado
por ser guardián por romper las aguas encendidas y cetrinas por habitar este jardín con presencia de río
por ser el recién llegado/ el más común de entre todos los alados
por ser el que me protege/ el que me arropa el corazón
y el que sin titubear me habla/me tararea /me dice
con un canto hondo y un esplendor
– oye tú- niña vieja
-ven, no lo dudes- plántate aquí
en el entero mero medio
de este muy añoso y misterio.
junio 2021 agosto 2022

Verónica Zondek Darmstädter (Santiago de Chile, 17 de diciembre de 1953). Poeta, escritora, traductora y gestora cultural. Licenciada en Historia del Arte en la Universidad Hebrea de Jerusalén.
Es descendiente de inmigrantes judíos-alemanes-polacos que llegaron a Chile.
Su primer libro Entrecielo y entrelínea fue publicado en 1984 y, posteriormente, ha creado una extensa obra poética siendo llevada a otros formatos como radioteatros, cantatas, canciones, audiovisuales, danza y otros.
Ha dirigido y coordinado talleres de lectura en la Corporación Municipal de Valdivia, la Biblioteca Municipal y en Centros Culturales. Ha obtenido las becas que otorga el Fondo del Libro para escribir, investigar y/o publicar, así como la beca Fondart para proyectos poéticos interdisciplinarios, el fondo CONARTE de la Municipalidad de Valdivia, Ventanillas Abierta para difundir su obra en el país y fuera de él y la beca de traducción y residencia en Banff, Canadá el 2015.
Es miembro correspondiente de la Academia Chilena de la Lengua por Valdivia; miembro integrante del CCPV (Centro Cultural de Promoción Cinematográfica de Valdivia); miembro Comité Editorial LOM Ediciones; integrante Comité de Colaboradores Colección Caballo de Proa, Ediciones UACh; Premio Espíritu Sur Mujer, Valdivia, Chile; Premio a la Trayectoria Poética, Casa Neruda, Premio Medalla Colibrí, Ibby Chile, categoría traducción, por la traducción de El mundo es redondo de Gertrude Stein, Premio Ibby Honour List (por la calidad de su traducción), categoría traductora, El Mundo es Redondo de Gertrude Stein; Premio Municipal 2022 a la Trayectoria, Municipalidad de Valdivia, Valdivia.
Sus libros publicados a la fecha son: Entrecielo y entrelínea (Santiago de Chile, Ediciones Minga, 1984 y Ediciones Aparte, Arica, 2019), La sombra tras el muro (Santiago de Chile, Ediciones Manieristas, 1985), El hueso de la memoria (Buenos Aires, Editorial Ultimo Reino, 1988 y 1995, y Santiago de Chile, Editorial Cuneta, 2011), Vagido (Museo Rayo, Roldadillo, Colombia, Ediciones Embalaje, 1990 y Buenos Aires, Editorial Ultimo Reino, 1991 y Editorial Alquimia, Stgo. 2014), Peregrina de mí (Santiago de Chile, Editorial Cuarto Propio, 1993), Membranza (reunión de sus 5 primeros libros- co-editado por Editorial Cordillera (Ottawa, Canadá) y Editorial Cuarto Propio Stgo., Chile, 1995), Entre lagartas (Santiago de Chile, LOM Ediciones, 1999), El libro de los valles (Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2003), Por gracia de hombre (Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2008), La raíz del viento (fotografía de Abel Lagos, Valdivia, Editorial Kultrún, 2008), Memoria sensible de la sinagoga de calle Serrano(fotografía de Pilar Cruz; Santiago, Chile, Ograma Impresores, 2009). La ciudad que habito(Valdivia, Editorial Kultrún, Valdivia, Chile, 2012; Ediciones Aparte, Arica, 2021). Instalaciones de la memoria (Fotografía Patricio Luco; Santiago, Chile, Alquimia Ediciones, 2013), Nomeolvides: Flores para nombrar la ignominia (poesía y radio-poesía, LOM Ediciones, 2014). Sedimentos (reunión de los libros El hueso de la memoria y Vagido en un sólo volumen, Madrid, Amargord Ediciones, 2015). Fuego Frío (poesía, LOM Ediciones, 2016). Una Pequeña Historia (Poesía, Cuadro de Tiza Ediciones, 2018), De a dos (poesía-fanzine), Nueva York, Colectiva Qué Foerte (colectiva+microeditorial Feminista), 2019; Ojo de Agua (Antología poética, Lumen, 2019). Manto Azul (2023).
Realizó la muestra de poesía chilena Cartas al azar (en colaboración con María Teresa Adriasola; Santiago de Chile, Ediciones Ergo Sum, 1989).
Sus trabajos e investigaciones incluyen: El ojo atravesado – correspondencia entre Gabriela Mistral y los escritores uruguayos (epistolario), edición, selección, notas y comentarios de Verónica Zondek y Silvia Guerra (Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2005) y El ojo atravesado II – Gabriela Mistral entre los uruguayos, edición, selección, notas y comentarios Verónica Zondek y Silvia Guerra (Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2007). Gabriela Mistral. Obra Reunida, Mi culpa fue la palabra, idea, edición e introducción Verónica Zondek (Santiago de Chile, LOM Ediciones, 2015).
Ha publicado los cuentos infantiles La misión de Katalia (Santiago de Chile, Editorial Faro de Luz, 2002) y Hola Ratón con Cola (poesía infantil), ilustraciones de Galo Arroyo, Ediciones del Cardo, Valparaíso, 2022.
Ha incursionado junto a artistas de otras áreas en la plástica, la música, el teatro y la danza.
Sus libros Fuego Frío, La ciudad que habito, Por gracia de hombre, La sombra tras el muro han sido traducidos.
Como traductora ha publicado Poemas de Derek Walkott (Santiago de Chile, Ediciones Bajo el Volcán, 1994), Poema sobre mis derechos, de June Jordan (Santiago de Chile, Cuadro de Tiza Ediciones, 2010), La Morgue y otros poemas, de Gotfried Benn en la revista electrónica No retornable, Vol. 12., y en UACh Ediciones, 2021) El bebé de la muerte y otros poema de Anne Sexton, Santiago de Chile, Ediciones Calabaza del Diablo, 2014; La muerte de los padres, de Anne Sexton, Zindo &Gafuri, Buenos Aires, 2018; Red Doc> de Anne Carson (D.F. México, Ediciones Trilce, 2017; LOM Ediciones, Stgo. de Chile, 2018; Bajo La Luna, Buenos Aires, Argentina, 2018; Ediciones Uniandes, Bogotá, Colombia, 2019), Zumbido poemas de Emily Dickinson (Editorial Universidad de Valparaíso, Valparaíso, Chile, 2018) con Rodrigo Olavarría y Enrique Winter y El mundo es redondo, novela infantil de Gertrude Stein (Editorial Bisturí 10, Stgo., 2020).
Ha organizado y participado en múltiples coloquios y congresos de poesía, literatura y traducción, así como en ciclos de lecturas tanto en Chile como en el extranjero.
Enlaces de interés :
Fuente de la bio: https://pueblonuevo.cl/bios/veronica-zondek/
https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Revista/ultimas_ediciones/86_87/zondek.html
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