Ondine
On rire est clair, ta caresse est profonde,
tes froids baisers aiment le mal qu’ils font ;
Tes yeux sont bleus comme un lotus sur l’onde,
et les lys d’eau sont moins purs que ton front.
Ta forme fuit, ta démarche est fluide,
et tes cheveux sont de légers réseaux ;
Ta voix ruisselle ainsi qu’un flot perfide ;
Tes souples bras sont pareils aux roseaux
aux longs roseaux des fleuves, dont l’étreinte
enlace, étouffe, étrangle savamment,
au fond des flots, une agonie éteinte
dans un nocturne évanouissement.
Ondina
Tu risa es clara, tu caricia profunda,
tus fríos besos disfrutan el mal que hacen;
Tus ojos son azules como lotos sobre el agua,
y los lirios impuros comparados con tu frente.
Tu forma huye, tu andar flota,
y tus cabellos son finas enredaderas;
Tu voz se derrama como una pérfida corriente;
Tus flexibles brazos asemejan juncos,
largos juncos de río, la abrazan,
estrechan, ahogan, ahorcan con delicadeza,
en el fondo de las olas, una agonía apagada
en un nocturno desvanecimiento.
El tacto
Los árboles conservan algo del sol que persiste en las ramas,
velado como una mujer, que evoca otra época,
pasa el atardecer, sollozando. Mis dedos trepan,
temblorosos, provocativos, por la línea de tus muslos.
Mis dedos perspicaces se detienen al encontrar
la carne de pétalo bajo el vestido que abren
qué curioso, complejo, el tacto, -este arte sutil –
como el sueño de la fragancia, el milagro del sonido.
Sigo despacio los gráciles contornos de tus caderas,
la curva de tus hombros, tu cuello, tus pechos apaciguados
en tu voluptuosidad blanca reposa mi deseo,
desmayado, negándose a sí mismo los besos de tus labios.
Locusta
Nadie enjugó sus lágrimas al calor de mi aliento
ni empañó con sollozos la embriaguez de mi lecho:
preservo a mis amantes del agraz del amor.
Destierro de su frente la quemazón del día
y ahuyento de sus párpados cerrados la alborada.
Sus ojos no verán marchitarse las rosas.
Sólo yo abro la puerta a noches sin mañana.
Conozco estrofas de oro de sáficas cadencias
y arrobo con miradas turbias y acordes lánguidos
a quienes a la sombra de mis manos se duermen.
Destilo lentos cantos, turbadoras caricias
y murmuro palabras prohibidas en lo oscuro.
Templo la luz del sol, los aromas y ruidos.
Yo soy la compasiva y solícita Amante.
Conozco los secretos de divinos venenos
suavemente insinuantes, dulces como traiciones,
voluptuosos como un engaño elocuente.
Y cuando, en la honda noche, un estertor se alarga
y enlaza con la coda sublime de una pieza,
deshojo una corona y sonrío a la Muerte,
que, sumisa como una esclava enamorada,
mansamente me sigue, impenetrable y grave.
Yo sé cómo mezclarla con esencias de flores
y escanciarla en las copas de oro de las Bacantes.
Desvanezco el recuerdo importuno del sol
en los ojos cansados que temen despertar
bajo la cruel mirada de una pérfida amante.
Ofrezco entre las palmas de mis manos el sueño…
sólo yo abro la puerta a las noches sin mañana.
Lloro por ti…
A la señora LDM…
La noche se ha vuelto a cerrar, como una oscura puerta,
sobre mis arrebatos, sobre mis impulsos de ayer…
Te recuerdo, oh hermosa, oh hija del mar,
y te lloro como se llora a una muerta.
.
El aire de los azules horizontes no hinchará más tus pechos,
y tus dedos sin fuerza se doblan bajo los anillos.
¿No has cabalgado sobre la cresta de las ondas,
tú que hoy duermes a la sombra de los cojines?
.
La tormenta y el infinito que una vez te encantaron,
¿acaso no eran perfectos y no valían más que
la tranquilidad conyugal del hogar y de la comida,
más que la cercana seguridad de un marido vulgar?
.
Tus ojos han aprendido el arte de la cálida y suave mirada
y la sumisión de los párpados bajados.
Te veo lánguida en el fondo del gineceo,
las pestañas pintadas, las ojeras agrandadas por khol.
Tus perezas y tus actitudes heridas
han encantado el pesado sueño y el ocio
de quien te ha enseñado un placer estúpido,
¡oh tú, que ayer fuiste hermana de las Valkirias!
.
El marido muestra hoy tus ojos, tan despectivos
antaño, tus manos, tu cuello de cisne indiferente,
como muestra su maíz, su jardín y su viñedo
para la admiración de complacientes amigos.
.
Abdica de tu reino y sé la débil esposa
sin voluntad ante el deseo del marido…
Entrega tu fluido cuerpo a sus múltiples agitaciones,
sé más dócil aún ante su ardor celoso.
.
Guarda este pobre amor, que no sabe desengañar
a tu espíritu, poseído otra vez por los sueños…
Pero no tomes de nuevo el áspero camino de las guijas,
donde las algas tienen los lentos ritmos del incensario.
No escuches más la voz del mar, que se percibe
como un sueño a través de la noche con velos de oro…
Pues la noche y el mar te hablarán aún
de tu gloriosa y perdida virginidad.
Poème d’amour
O toi qui savamment jettes un beau regard,
bleu comme les minuits, à travers les fenêtres,
je te vis sur la route où j’errais au hasard
des parfums et de l’heure et des rires champêtres.
Le soleil blondissait tes cheveux d’un long rai,
tes prunelles sur moi dardaient leur double flamme ;
Tu m’apparus, ô nymphe ! et je considérai
ton visage de vierge et tes hanches de femmes.
Je te vis sur la route où j’errais au hasard
des ombres et de l’heure et des rires champêtres,
o toi qui longuement jettes un beau regard,
bleu comme les minuits, à travers les fenêtres.
Poema de amor
Oh tu que sabiamente lanzas hermosas miradas,
bellas como la medianoche a través de la ventana
te vi sobre la carretera por donde erraba al azar
entre los perfumes, el tiempo y las risas campestres
El sol alumbraba tus cabellos con un largo rayo
tus pupilas lanzaban sobre mis su doble llama
tu te me apareciste, oh ninfa! Y yo consideré
tu rostro de virgen y tus caderas de mujer
Te vi sobre la carretera por donde erraba al azar
entre los perfumes, el tiempo y las risas campestres
oh tu que sabiamente lanzas hermosas miradas,
bellas como la medianoche a través de la ventana
A la bien amada
Tú eres mi palacio, mi noche y mi otoño,
y mi vela de seda y mi jardín de lirios,
mi pebetero de oro y mi blanca columna,
mi parque y mi estanque de cañas e iris.
Tú eres mi perfume de ámbar y miel, mi palma,
mis frondas, mi canto de cigarras en el aire,
mi nieve que se muere de tan altiva y calma,
y mis algas y mis paisajes marinos.
Y eres mi campana de monótono sollozo,
mi isla fresca y mi oasis compasivo…
Tú eres mi palacio, mi noche y mi otoño,
y mi vela de seda y mi jardín de lirios.
À la sorcière
Le réveil vient troubler la paix de tes paupières.
La luciole au loin a fleuri de lumières
les prés, et l’asphodèle a des souffles d’amour.
La nuit vient : hâte-toi, mon étrange compagne,
car la lune a verdi le bleu de la montagne,
car la nuit est à nous comme à d’autres le jour.
Je n’entends, au milieu des forêts taciturnes,
que le bruit de ta robe et des ailes nocturnes,
et la fleur d’aconit déclose sous tes pas.
Exhale ses parfums de poison et d’ivresse.
Tes cheveux dénoués te font, ô ma Maîtresse !
Une pourpre de sang que les reines n’ont pas.
Et puisque mon Désir te guette et veut sa proie,
que ton sanglot réponde à mes larmes de joie !
Les yeux d’or des hiboux sont pareils à tes yeux
qui sondent les esprits, qui scrutent les ténèbres,
qui voient dans l’avenir les aurores funèbres,
et l’ombre de la mort sur la couche des Dieux.
A la hechicera
El despertar perturba la paz de tus párpados
lejos ha florecido la luciérnaga con luces
la pradera, y los asfódelos con suspiros de amor.
La noche llega: Corre, mi extraña compañera,
la luna ha reverdecido el azul de la montaña,
la noche es para nosotros lo que para otros el día.
Yo no entiendo, en medio de los bosques taciturnos,
nada sino el ruido de tú túnica y de las alas nocturnas,
el acónito abre bajo tus pasos.
Exhala sus perfumes de venenos y ebriedad.
Tus cabellos desanudados hacen para ti, ¡oh matriarca mía!,
un purpura sanguíneo que las reinas no poseen.
Pues mi deseo te acecha y reclama su presa,
¡que tu sollozo responda a mis lágrimas de alegría!
Los áureos ojos de los búhos se parecen a tus ojos
que sondean los espíritus, que escrutan las tinieblas,
que ven el destino de las fúnebres auroras
y las sombra de la muerte sobre el lecho de los dioses.
Profesión de fé
Abril y el agua, la luna y el arcoiris:
amo todo lo que cambia, engaña y huye.
Mi risa es inconstante como el hado,
y miente pues que soy hija de la noche.
Y la noche ve en mí a su dulce hija,
me hace venir a los dormidos bosques
y me otorga el oído con que escucho,
como en sueño hondo, pasos enemigos.
Siempre fue para mí magna y clemente,
de ella aprendí las sendas de la huida,
ella amortigua el ruido de mis pasos
por las sombras, como un recuerdo, dulces.
De ella adquirí el desprecio por la prisa,
el ojo esquivo, el santo horror al ruido…
Dedicatoria
Cuando viniste, con pasos sigilosos, el cielo
mezclaba en la bruma, los oros con el cristal y el bronce,
tu cuerpo ondulación incierta, se adivinaba
más ligero que las olas, más fresco que la espuma.
El atardecer de verano parecía un sueño oriental
de sándalo y de rosa.
Yo temblaba. largos lirios religiosos y pálidos
se morían en tus manos, como cirios fríos.
Sus agotados perfumes escapaban de tus dedos
en la inmóvil respiración de las angustias supremas.
Tus claros vestidos exhalaban, una tras otra
la agonía y el amor.
Sentí estremecerse sobre mis labios mudos
la dulzura y el espanto de tu primer beso.
Bajo tus pasos, oí quebrarse lirios
que gritaban al cielo el orgulloso hastío de los poetas.
Entre olas de sonido lánguidamente decrecientes
rubia, te me apareciste.
Pequeño poema erótico
Y echo de menos a Safo y la busco.
… Y echo de menos y busco tu dulce beso.
¿Qué mujer sabría complacerme y apaciguarme?
¿La que trajera las voluptuosidades antiguas
sobre los labios sin maquillaje e iguales a los tuyos?
.
Lo sé, mentías, tu risa sonaba hueca,
pero tu beso fue lento, estrecho y sabroso,
se demoraba, y ese beso alcanzaba el alma,
pues fuiste a la vez la serpiente y la mujer.
.
Pero acuérdate de la forma que te amé…
Yo, ¿ya no soy nada en tu carne? si jamás
lloraste mi nombre en el instante sin defensa,
acuérdate de ese grito seguido de un gran silencio.
.
Ya no sé amar los bellos cantos ni los lirios
Y mi casa se parece a las grandes necrópolis.
Yo que querría cantar, permanezco muda.
Yo deseo y busco y sobre todo echo de menos…
Canción para mi sombra
Recta y alargada como un ciprés,
mi sombra sigue, con paso de loba,
mis pasos, que el amanecer desaprueba.
Mi sombra camina con paso de loba,
recta y alargada como un ciprés.
Me sigue, como un reproche,
con la luz de la mañana.
Veo en ella mi destino
que me estrecha y se acerca.
A través de los campos, por la mañana,
mi sombra me sigue, como un reproche.
Mi sombra sigue, tal que un remordimiento,
la huella de mis pasos en la hierba
cuando voy con mi carga
hacia la alameda donde se pasean los muertos.
Mi sombra sigue mis pasos sobre la hierba,
implacable como un remordimiento.
Les yeux gris
Le charme de tes yeux sans couleur ni lumière
me prend étrangement ; il se fait triste et tard,
et, perdu sous le pli de ta pâle paupière,
dans l’ombre de tes cils sommeille ton regard.
J’interroge longtemps tes stagnantes prunelles.
Elles ont le néant du soir et de l’hiver
et des tombeaux : j’y vois les limbes éternelles,
l’infini lamentable et terne de la mer.
Rien ne survit en toi, pas même un rêve tendre.
Tout s’éteint dans tes yeux sans âme et sans reflet,
comme dans un foyer de silence et de cendre…
Et l’heure est monotone ainsi qu’un chapelet.
Parmi l’accablement du morne paysage,
un froid mépris me prend des vivants et des forts…
J’ai trouvé dans tes yeux la paix sinistre et sage
et la mort qu’on respire à rêver près des morts.
Soneto a la muerte
Espero, ¡oh Bienamada!, oh jovial virgen
que alumbras con tu frente nuestra noche,
tu himen con blanquez de una eterna ternura,
tu abrazo de amor, hondo y sutil.
Llenarán nuestro lecho flores trémulas
y clamará la nupcial ebriedad
el órgano, y como un lirio infecundo
tú palidecerás entre las sombras.
La paz de los altares arderá;
lágrimas e incienso, epitalamios
y oración se alzarán hasta nosotras.
Aunque sea de día dormiremos
con un sueño letárgico de esposos,
y no temerá al alba nuestra noche.
Pauline Mary Tarn, Renée Vivien (Londres, Inglaterra, 11 de junio de 1877 – París, Francia, 18 de noviembre? de 1909). Poeta y novelista.
Nació en Londres y era hija de padre escocés y madre nativa americana; creció en Londres, N.York y París. Su padre murió cuando contaba tan sólo 9 años de edad, tras lo cual su madre la envió a un internado y luchó por hacerse con una parte de su fortuna. Intentó más tarde hacerla pasar por loca con el fin de que la encerrasen en un manicomio, pero la justicia tomó cartas en el asunto y le asignaron un tío suyo como tutor legal.
A los 21 años heredó una fortuna de su padre lo que la permitió vivir lujosamente y marchar a París a hacerse un sitio entre los poetas. Instalada en un piso de la Avenida del Bois de Boulogne (número 23), Pauline Mary pasa a ser Renée Vivien; vive rodeada de muebles y obras de arte del Lejano Oriente, se declara lesbiana, viste de forma extravagante, tiene un romance con la heredera y escritora estadounidense Natalie Clifford y se entrega a los excesos de la noche parisina; amaba las flores frescas, en especial las violetas por lo que le era conocida como “la musa de las violetas”. Parece que su obsesión con las violetas (como también con el color violeta) era un recuerdo de su amiga de la infancia y amor platónico, Violet Shillito, quien sufrió una muerte repentina tras unas fiebres tifoideas.
En 1902 Vivien se involucró sentimentalmente con la inmensamente rica baronesa Hélène van Zuylen , una de los Rothschild París, lesbiana, casada y madre de dos hijos y aunque la posición social de Zuylen no permitía una relación pública, solían viajar juntas y continuaron una relación discreta durante varios años.
En 1901 Vivien publica su primer libro de poemas: Études et préludes. Un año después publica Cendres et poussières y La Vénus des aveugles en 1903. En 1904 publica Évocations y le siguen A l’heure des mains jointes (1906), Flambeaux éteints (1907), Sillages (1908), Poèmes en Prose (1909) , Dans un coin de violettes (1909) y Haillons publicado póstumamente en (1910). En 1904, Vivien publicó o A Woman Appeared to Me (en francés), una novela autobiográfica.
Tras ser abandonada por la baronesa Zulyen y por su ultima amante, la princesa turca Kérime Turkham Pasha con apenas un año de diferencia, y después de su último viaje a Japón y Hawái, Vivien se encuentra sola, desgastada, enferma. La poca cordura que había conseguido mantener desaparece, maltratando su cuerpo y abusando de alcohol y drogas hasta el extremo.
En 1908 en un viaje que Vivien realiza a Londres intenta suicidarse con láudano, la encuentran en un sofá con un ramo de violetas sobre su corazón y esa vez la muerte pasa de largo pero se enferma de pleuresía y regresa a París débil y necesitando un bastón para caminar. Muere el 18 de noviembre de 1909, a la edad de 32 años y es enterrada en el cementerio de Passy en París.
La poesía de Vivien se destaca por continuar con las poéticas francesas del siglo XIX, el simbolismo y el parnasianismo. Gran admiradora de Safo, a quien ella misma tradujo, sus poemas amorosos pasaron a ser exponente del lesbianismo literario de ese final de siglo y es considera la primera poeta, después de Safo, que describe y proclama en su obra sus inclinaciones sexuales.
Enlaces de interés :
https://www.elmundo.es/cultura/2015/04/12/55294d54ca474177468b4572.html
No la conocía ?
Gracias por tu comentario Maria Constanza.Me alegro de que hayas conocido a esta fascinante mujer, Renee Vivien, a través de esta pagina. ¡Saludos!
Hay muchas mujeres que han sido pioneras en diversas disciplinas y no tenemos ninguna o casi ninguna referencia sobre ellas y sus obras. Desde este espacio intentamos dar voz a todas ellas.
¡Gracias Maria Constanza!
Saludo afectuoso