X
Mujeres que vais de luto porque el odio os trajo la
muerte a vuestro regazo, ¡negaos a concebir hijos
mientras los hombres no borren la guerra del mundo!
¡Negaos a parir al hombre que mañana matará al
hombre hijo de tu hermana, a la mujer que parirá
otro hombre para que mate a tu hermano!
De : Mientras los hombres duermen.( cap. A los niños muertos por la guerra)Ed. Cuadernos del Vigía.
XIX
QUIERO TU HIJO, aviador enemigo; quiero tu hijo para
enseñarle el cuerpo destrozado del mío, para que te
oiga volar, con tus bombas y tus balas, sobre nuestras
cabezas.
Dame tu hijo, hombre que guardas en impunidad
los tuyos. Dámelo rubio y luminoso como era el mío;
quiero ver que sus labios suspiran junto a mi hijo,
que en sus ojos está el llanto de terror por ti. Porque
soy madre del que tu has deshecho y quiero que tú
me des el tuyo intacto.
No te lo heriré. No le diré mal.Mi voz sera pura
y ardida para llamarlo. ¡Solo quiero que te oiga, que
sepa de tu vuelo junto a la muerte de mi hijo!
Dame tu hijo aviador enemigo. yo te lo guardaré
cantándole junto a la tumba del mío, muerto por tí.
De : Mientras los hombres duermen.( cap. A los niños muertos por la guerra).Ed. Cuadernos del Vigía.
Suma transida
Encerrarte en palabras…
¡Que tú, tú, quepas en verbos, nombres,
y adjetivos intactos!
Que yo lo pueda decir todo:
lo nuestro, esto que hacemos
y estaremos haciendo siempre,
eternísimamente:
hablar, callar, ser tú y yo
siéndonos nuestros.
Darte una dimensión humana,
representación de ti en la tierra:
estatua, color, arrebatado paso,
y sereno mirar con esos ojos tuyos
y míos: nuestra mirada del mundo.
Que un día, los mortales sin remedio sepan
cómo tuviste sangre,
y abierta pasión por todo;
y te diste cantando, sufriendo,
a mis brazos locos, y lentos, y débiles,
y fuertes, y fríos, y pobres de luz,
pero enamorados tuyos.
Para saber que has sido verdad,
que has sido, ¡pero no eres entonces!
Buscar las palabras de cuando no vivas,
para que vivas mientras se hable.
Dios de dolor, nunca decir podré
cómo eres tú, mi amor, amor mío,
criatura de glorificación que hallo
derramada en océanos,
cielos, campos, ríos y árboles;
y hasta en palomas tristes que en la aurora
¡te despiertan a mi amor por ti!
Infinito
Tú vives en el alba.
Los pájaros te aclaman.
De túnicas de aves te viste la alegría.
¡Qué aurora la que exaltas!
¡Qué noble luz la tuya!
Te escuchan las mañanas y las noches
porque eres como un cirio,
porque eres como un corzo.
Sentirte a ti que pasas
rozándome las rosas y los ayes…
Doler en tus rodillas, estrujada
por riscos y malezas.
Y que un céfiro de alondras venga dulce,
que tú llegues aventando mis heridas…
Ser mujer y tuya, ¡qué inefable
fundirse la conciencia entre tus brazos!
Dominio
Necesito tener el alma mansa
como una triste fiera dominada,
complacerle con púas la tersura
de su piel deslumbrada en mansedumbre.
Es preciso domarla, que su fiebre
no me tiemble en la sangre ni un minuto.
Que la aneguen los fuegos del aceite
más espeso de horror, y que resista.
¡Oh, mi alma suave y sometida,
dulce fiera encerrándose en mi cuerpo!
Rayos, gritos, helor, y hasta personas
acuciándola a salir. Y ella, oscura.
Yo te pido, amor, que me permitas
acabar con mi tigre encarcelado.
Para darte (y librarme de esta furia),
una quieta fragancia inmarchitable.
El universo tiene ojos
Nos miran;
nos ven, nos están viendo, nos miran
múltiples ojos invisibles que conocemos de antiguo,
desde todos los rincones del mundo. Los sentimos
fijos, movedizos, esclavos y esclavizantes.
Y, a veces, nos asfixian.
Querríamos gritar, gritamos cuando los clavos
de las interminables vigías acosan y extenúan.
Cumplen su misión de mirarnos y de vemos;
pero quisiéramos meter los dedos entre sus párpados.
Para que vieran,
para que viéramos frente a frente,
pestañas contra pestañas, soslayando el aliento
denso de inquietudes, de temores y de ansias,
la absoluta visión que todos perseguimos.
¡Ah, si los sorprendiéramos, concretos,
coincidiendo en la fluida superficie del espejo!
Nos mirarán eternamente,
lo sabemos.
Y andaremos reunidos, sin hallarnos como mortales
en tomo a la misma criatura intacta
que rechaza a los ojos que ha creado.
¿Para qué, si no vamos a verla, aunque nos ciegue,
hizo aquellos y estos innumerables ojos?
Madre
1. Recuperada
Sí. Eres el hueso de mi madre,
pero tu voz ya no es su voz tampoco.
La memoria de ella te rodea…
¡Su joven estatura, su alegría,
aquel ímpetu que me dio la vida!
su palabra fue marcando mi camino.
Y aquella voz tan alta y vibradora
llega muerta dentro de tu voz.
¿Y tus cabellos…; dónde tus ojos?
¿Dónde el brillo de la luz que me alumbrara?
Están secos como frutos sin estío.
No los veo ni me guían ya tus ojos.
¿Estos son los pechos que yo tuve
en mis labios sin la voz con que los nombro?
¿Es el cuerpo que me hizo, esta traza
de carne ya dormida…?
¡Pesas poco, madre!
En mis duras piernas yo te mezo,
en mis brazos te recuesto como a hija.
Te responden maternales
las entrañas que me diste.
¡Cuánto dueles! Cual un parto
me desgarra tu vejez inesperada.
A tu lado hay una sombra de mi sangre…
El amor con que me hicisteis
aún resuena en mis arterias.
Fue tu tronco el más caliente a mi contacto.
Siempre anduve yo cubierta con tu apoyo.
La conciencia, la lealtad, la fortaleza
ante la vida son las tuyas.
¡Y ahora vienes como un niño ante mis ojos:
no sonríes ni esperas nada!
2. Apagada
Los senos flotan cual hojas secas en el agua.
Senos arrugados, vergonzantes, casi huidizos…
¡Oh senos de las madres viejas,
ayer henchidos de vida, rezumándonos
la vida blanca, espesa y dulce, de la leche!
Con besos los cerraban nuestros padres.
Con suspiros velaron cuando novios
los pequeños volcanes de los senos.
Grandes flores tersas, bienolientes,
emergían en las nupcias, con su cándido
iniciarse en el amor.
Son palomas, les dijeron. Estos senos son palomas.
Las manos se ahuecaban por su espuma,
desnudándolos…
Y debajo del amor estaba el hijo:
otra boca que prendía su contacto vacilante
a los picos, a las alas de los senos.
3. Mi llama
¿Es que sabe mi madre de dónde trajo mi vida?
Se encontró conmigo un día como con una tormenta.
No sabría tampoco qué hay que hacer con el rayo.
Ni si a la lluvia frenética es posible oponerle
una orilla inflamada de llamas.
He buscado en torno mío hasta saberme sola.
Antes de mí, en mi raza, no conozco a otros seres.
¿Quiénes fueron los míos, dentro ya de mi sangre?
¿A qué otros mi cuerpo, a qué otros mi alma
continúa en la tierra?
Si se lo dijera a ella no sabría contestarme.
Tan ajena es mi lengua como le son mis ojos.
Madre, ¿sabes tú por ventura
por qué soy así yo, de quién es la nostalgia
de tantos paraísos?
La poblaría el silencio buscándole en su entraña
la raíz de las mías, y el hontanar violento
que manó mi corriente como un corcel de espuma.
Entonces se podría escuchar la distancia
que entre nosotras hay, siendo ella mi origen.
Una madre es la cueva de donde arranca el río.
Una madre es la tierra por donde corre el agua.
Pero el río…, ¡va tan lejos a buscarse océanos!
Y la tierra: en lo hondo, silenciosa, ignorante,
encima de otra tierra que también desconoce.
Canto al hombre
Cuando eres, como ahora, hermoso y fuerte,
yo te amo.
Cuando el viento se doblega para ti,
cuando a la tierra tú la rindes, yo te amo.
Yo te amo por osado,
y te amo por heroico, por audaz y porque ofreces
tu hermosura y tu valor. Por derramado.
Firme tú sobre las nubes, navegando los espacios.
Duro tú sobre las aguas, descollante tu estatura
en lo azul del océano… Hombre joven que lo afrontas
cual un elemento más, siendo tú el lazo
de elementos de creación. Yo así te amo.
Desde lejos y despacio, torpemente en el comienzo,
tu andadura cada siglo acelerando…
así has llegado.
Y ya domas a los mares y a los cielos; los cabalgas
como potros tan salvajes como fuiste. A los astros
los asedias sin temor. Igual que un astro, que otro astro
participas del secreto compartido, constelando
como ellos mi cenit. Hombre, te amo.
Yo te amo y te contemplo, yo te admiro y yo te exalto.
E ignorando cómo cantan los arcángeles, te canto.
Mientras seas como eres, una luz entre las sombras,
una luz sobre los bosques, un clamor desde los labios;
mientras cantes y sonrías, esperanza de otro tú
ya menos agrio,
hombre joven, hombre fuerte, hombre hermoso,
yo te amo.
Aunque guardas en tus ojos viejas piedras del basalto
que formaba las murallas de Proverbios y del Cántico,
ya despierta tu mirada a la ternura
enajenados resplandores fugitivos de piedad por lo creado.
Como un hacha cortas tú, y eres tan blando
que te rayan las plegarias y el amor.
Eres compacto
y flexible, quebradizo, vulnerable…
¿De qué rayo fulminose lo divino contra ti?
No te ha abrasado ni la cólera de Dios, ni su contacto.
Sobrepasas a tu propia lava impura, en sobresalto
de promesas y derrotas… Ajeno y amplio
como tierra y como el mar, como el espacio.
Pero, hermoso; pero, audaz. Loco de siembras
que, no estrellas sino mundos, vas hincando.
Empujaste las cavernas, destrozaste las pirámides,
desecaste los diluvios, apagaste los volcanes,
arrancan dando del planeta a los bienaventurados.
¡No volvías la cabeza de oro puro a lo pasado!
Por cruel y por ardiente, yo te amo.
¿Quién no aleja para ti lo que has huido;
quién no llora por tu amor lo que has matado?
Nunca yo que te contemplo; nunca yo
que me he entregado
a la sangre y al gemir de tantos duelos
como pueblan tu yacer y tus contactos.
Ahora, no. Que te liberas y me llevas por el aire,
confiando
en tu propia inteligencia, en tu arrebato.
¡Ah, los vuelos que gobiernas con sonrisa
y dócil mundo
de instrumentos que tú mismo has inventado!
Y te sirven, como sirven los esclavos.
No desciendas, no me abatas. Hombre amado,
te sostengo y me sostiene un interminable rapto.
No eres rojo ni eres negro. Eres blanco,
el fúlgido centellear de intactos arcos.
¡Atrévete con el Bien, sujétalo con tus brazos!
Hermoso varón que tanto presentía
y que he soñado.
Porque eres mi mejor yo, he ahí por qué te amo.
No te quiero cuando débil, sometido, acobardado.
Aunque torvo si acometes, más te busco despiadado
que humillando la cerviz como un toro sin sus mandos.
Que eres viejo, bien lo sé. Sé que debajo
de esta túnica de piel que te envuelve,
estás cansado de los siglos de rodar
para ver de Dios el brazo
que fulmina y que fulmina… Y, ¿no es cansancio
contemplar cómo te hundes en mi vientre,
deslizando tu niñez y tu vigor entre mis flancos
para luego desgajármelos despacio…?
¡Ah, si halláramos la brisa, si encontráramos el látigo
que flagela y que consuma a los más enamorados!
¡Por todo lo que venciste van tus piernas
de cobre forjando ajorcas para sujetar tu paso,
criatura que apretaría eternamente entre mis brazos!
Más allá de la vida y de la muerte,
Hombre, te amo.
Entrega
Guardaré mi voz en un pozo de lumbre
y será crepúsculo toda la vida.
Ya girarán más leves los cuchillos
porque no encontrarán dónde herirme.
Erguida de rocíos negros,
para ti cantaré.
¡Que no me busquen los sin vista,
que no me llamen los ahogados,
que no me sientan los que huyo!
A mi soledad de reflejos,
amor,
sólo tú.
Hallazgo
Desnuda y adherida a tu desnudez.
Mis pechos como hielos recién cortados,
en el agua plana de tu pecho.
Mis hombros abiertos bajo tus hombros.
Y tú, flotante en mi desnudez.
Alzaré los brazos y sostendré tu aire.
Podrás desceñir mi sueño
porque el cielo descansará en mi frente.
Afluentes de tus ríos serán mis ríos.
Navegaremos juntos, tú serás mi vela,
y yo te llevaré por mares escondidos.
¡Qué suprema efusión de geografías!
Tus manos sobre mis manos.
Tus ojos, aves de mi árbol,
en la yerba de mi cabeza.
Voy ausentándome de mi
Voy ausentándome de mí.
Poco a poco, el lastre de ensueño cede
su sitio a la realidad doble
que es mi vida en transcurso.
¡otro ser dentro de mi carne
fragua su carne, su piel,
su corazón diminuto, mi estrella!
Asisto a la escisión silenciosa
con pasmo anhelante, con gozo
nuevo de verme en otros ojos míos,
de mis ojos hechos,
de mi sangre coloreados,
¡ay!, de toda cuanta soy.
Día por día el latido
es golpe que me recuerda, urgente,
valor que no tengo,
heroísmo que nunca soñé.
Y temo por el que estoy creando
en convenido misterio
dentro de mi soledad sin orillas
cerca de mi corazón, su estrella.
Todo Pasa, nada espera
Todo pasa. Nada espera.
Vacila y afirma, la Duda
avanza, se esconde su rostro mortal
de la angustia.
Apenas se oprime una fruta,
entrega su pulpa y su zumo,
sin dudas. Nosotros
vivimos con ellas.
La Tierra nos dice que sí
a cuanto pedimos. El mundo
no afirma nunca. Se niega.
¿Cómo reunir la esperanza
con su logro perfecto? La fruta
se brinda a los dientes;
nos riega garganta, entregando
su olor y su carne a la boca,
en tanto los miedos y dudas
triste amenaza barruntan.
La fruta es del cuerpo avariento;
la duda, ardiente carcoma.
¡Si la duda abrasante se hiciera
con la fruta salvada, Unidad!
De : Cráter (985)
Carmen Conde Abellán (Cartagena, España, 15 de agosto de 1907 – Majadahonda, España, 8 de enero de 1996). Poeta, prosista, periodista, dramaturga, ensayista , maestra y la primera mujer Académica de número de la Real Academia de la Lengua española, considerada una de las voces más significativas de la generación poética del 27.
En 1915, tras la quiebra del negocio paterno, la familia se ve obligada a trasladarse a Melilla. En 1920 la familia regresa a Cartagena. Tres años después, con el fin de ayudar , se ve obligada a buscar empleo. Se presenta a las pruebas de acceso convocadas por la Sociedad Española de Construcción Naval y empieza a trabajar como calquista de planos. A los 16 años publica su primer trabajo en un diario cartagenero.
En 1926, en la Sesión de la Comisión Permanente del Ayuntamiento de Cartagena, se acuerda costear los gastos de matrícula y libros de texto a Carmen para que pueda cursar los estudios de Bachillerato; superados estos, inicia la carrera de Magisterio en la Escuela Normal de Maestras de Murcia. En esta época, compagina su trabajo en el Arsenal (que abandonará antes de finalizar 1928), los estudios como alumna libre de Magisterio y su labor literaria.
En 1927 se publica una colaboración suya en El Diario Español de Buenos Aires. Ese año, conoce a Antonio Oliver Belmás, poeta relacionado con la Generación del 27, que influye en la hasta entonces escritora autodidacta aconsejándole lecturas e introduciéndola en la nueva literatura: Juan Ramón Jiménez, Gabriel Miró, Antonio Machado,… También ejerce de crítico sobre su obra poética, desde septiembre del veintisiete comienzan a admitir sus composiciones en revistas literarias como la lorquina Colores, o en Verso y Prosa.
En 1929 se publica su primer libro , Brocal, algunos de cuyos poemas ya había publicado Juan Ramón Jiménez( figura clave en la vida de Carmen) en sus revistas Ley: (entregas de capricho) (1927), y Obra en marcha: diario poético (1928).
En 1930 comienza a trabajar como maestra y se casa con Antonio Oliver y fundan en 1931 la primera Universidad Popular de Cartagena, algunos de sus invitados son : Miguel Hernández, (que se convierte en su amigo), María de Maeztu, Elena Fortún, Ramón Sijé, Margarita Nelken, Mariano Ruiz-Funes, Guillermo de Torre( entre otros).
En 1933 colaboran en las Misiones Pedagógicas dirigidas en Cartagena por María Moliner; y en octubre de ese año nace muerta la única hija del matrimonio.
En 1934 se publica Júbilos (poemas de niños, rosas, animales, máquinas y vientos), prologado por Gabriela Mistral y que será incluido como libro de lectura en las Escuelas Nacionales en el año 36 .
En septiembre del 36 su marido se une al ejército republicano al frente de la Emisora Radio Frente Popular y en marzo de 1937 ella toma posesión como maestra interina de la Escuela Nacional de niñas nº 3 de Murcia e imparte clases a adultas analfabetas en la Casa de la Mujer de la Agrupación de Mujeres Antifascistas.
La Guerra Civil marca profundamente a Carmen Conde, llevándole a escribir varias obras en prosa poética que no se publican hasta mucho después: Sostenido ensueño(1938) -permanece inédita hasta que se incluye en Obra poética (1929-1966)-, Mientras los hombres mueren y A los niños muertos por la guerra (1938-1939), que agrupadas bajo el primer título se editarían en Italia en 1953. Como la propia Carmen declaró, la redacción de Mientras los hombres mueren se dio durante su estancia en Valencia entre 1937 y 1939.
A diferencia de otros intelectuales afines al bando republicano, cuando acaba la Guerra deciden no marchar al exilio; Oliver vive recluido inicialmente en Murcia en casa de su hermana; Carmen se instala en el domicilio de la familia Junquera, en la madrileña Calle de Alcalá, familia a la que le une su gran amistad con Amanda Junquera ,mujer imprescindible en la vida de Carmen, la que mas la apoyó tanto en su vida literaria como personal , inspiradora de varias obras de la autora como “ Ansia de Gracia “ y “Mujer sin Edén” Allí, durante el año que permanece escondida, escribe el poema en prosa El Arcángel, inédito hasta que se incluye en la citada Obra poética.
Carmen es juzgada por su apoyo a la República aunque su causa quedará sobreseida en 1944; en esa época publicará con seudónimos como Eva Montes, Magdalena Noguera, Florentina del Mar, Asunción Parreño y otros, en la Editorial Alhambra, para la que trabajó hasta 1946 como asesora literaria y lectora.
Desde 1946 colabora en Radio Nacional, realizando emisiones infantiles hasta 1951 y continuará con otros programas literarios hasta enero de 1976. 1947 es un año fecundo: publica Sea la luz en la Colección Mensajes, Mujer sin Edén -considerada por la crítica su obra cumbre- y Mi fin en el viento ( Adonais). En 1953 recibe el Premio Elisenda de Montcada por su novela Las oscuras raíces y en 1954 se le concede el Premio Internacional de poesía Simón Bolívar de Siena (Italia) por Vivientes de los siglos y viaja a varios países europeos dando recitales y conferencias.
En 1961, el matrimonio gana el Premio Doncel de Teatro Juvenil, por su obra conjunta A la estrella por la cometa. En 1963, realizan un largo viaje por Centroamérica, invitado Oliver por Nicaragua para pronunciar conferencias con motivo de los días grandes anuales de Rubén Darío. En aquellos países alcanza importantes distinciones por su obra dariana. También ella da conferencias y lecturas de sus obras en Puerto Rico, Panamá y Nicaragua. Fruto de este viaje es su libro de poemas Jaguar puro inmarchito. En 1967, recibe el Premio Nacional de Literatura José Antonio Primo de Rivera de Poesía, por Obra poética(1929-1966) y publica una antología de poetas Hispanoamericanas Once grandes poetisas americohispanas y se convierte en administradora de las obras de Rubén Darío, y en lectora-asesora y guionista para Televisión Española.
El veintiocho de Julio de 1968 fallece su esposo Antonio Oliver Belmás y eso la deja sumida en profunda tristeza ,un año después todavía no había vuelto a escribir ni un solo verso. Se dedica a ordenar y preparar los escritos de su marido. El trabajo le va ayudando a rehacer lentamente su vida. Desde el año 1949 trabaja en el Departamento de Publicaciones del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, estará allí hasta 1972. También trabaja como profesora de Poesía Actual Española en el Instituto de Estudios Europeos de Madrid y en la “Cátedra Mediterráneo” de la Universidad de Valencia en Alicante.
En 1974 es galardonada con el Laurel de las Bellas Artes por la Asociación de la Prensa de Murcia
En 1978, año en el que cumpliría los 71 , Carmen Conde es elegida Académica de Número de la Real Academia Española, ocupa el sillón K, que había dejado vacante Miguel Mihura ,convirtiéndose en la primera mujer que logra este honor.
En 1979 se le otorga el Premio Benito Pérez Galdós de Periodismo, el nombramiento de Honorary Citizen of the Great State of Nebraska, y el Premio Adelaide Ristori del Centro Culturale Italiano y es nombrada Académica Correspondiente de la Academia de Artes y Ciencias de Puerto Rico.
Tabien en 1979 recibe el Título de Miembro Honorario de la Society of Spanish and Spanish-American Studies, Socio Honorario de la Sociedad Nacional Hispánica.
En 1980, le entregan las llaves de la ciudad de Miami y obtiene el puesto de Asesora del Ministro de Cultura y le otorgan el Premio Ateneo de Sevilla por su novela Soy la madre. Durante toda esta década, continúa con su importante labor creadora: La noche oscura del cuerpo (1980), Desde nunca (1982); la editorial Torremozas publica en 1983 un poemario fruto del dolor por la pérdida de su hija, inédito durante cincuenta años, Derramen su sangre las sombras. El año siguiente, se publica Del obligado dolor, y en 1985 los títulos Cráter y Hermosos días en China. En 1986 se publican sus memorias Por el camino, viendo sus orillas y en 1987 recibe el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, por Canciones de nana y desvelo, publicado dos años antes.
Desde 1992, estuvo viviendo en una residencia geriátrica de Majadahonda, en septiembre de ese año, redacta su testamento donando al Ayuntamiento de Cartagena, su ciudad natal, un importante legado cultural.
El 8 de enero de 1996, fallece Carmen Conde .
“Nunca una palabra condensa el sentido total de una poesía, pero si quisiéramos definir la de Carmen Conde “pasión” seria lo primero que se nos vendría a la boca.”
Dámaso Alonso
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¿Como es posible que una mujer que escribió treinta y cinco libros de poesía, en verso y en prosa, ademas de artículos, ensayos,etc y que fué la primera mujer en ser nombrada Académica de la Real Academia de la Lengua Española no haya aparecido durante tantos años en los libros de texto?
Buena pregunta…
https://patronatocondeoliver.cartagena.es/carmenconde-cronologia-primeros-años.asp
Obra publicada
Poesía
- Brocal: (poemas) (1927-1928), Madrid, La Lectura, 1929 (Cuadernos literarios).
- Júbilos: (poemas de niños, rosas, animales, máquinas y vientos), pról. de Gabriela Mistral, dibujos de Norah Borges de Torre, Murcia, Sudeste, 1934 (Varietas).
- Mientras los hombres mueren (1938-1939), Ibíd., págs. 185-215.
- El Arcángel (1939), Ibíd., págs. 217-226.
- Ansia de la Gracia, Madrid, Editorial Hispánica, 1945 (Adonais).
- Mi fin en el viento, Madrid, 1947 (Adonais).
- Mujer sin Edén, viñeta de Molina Sánchez, Madrid, Jura, 1947.
- Derribado Arcángel: poemas, Madrid, Revista de Occidente, 1960.
- Cita con la vida, Madrid, Biblioteca Nueva, 1976 (Poesía actual).
- Derramen su sangre las sombras, Madrid, Torremozas, 1983.
Narrativa
- Soplo que va y no vuelve: relatos, firmado por Florentina del Mar, Madrid, Alhambra, 1944.
- Vidas contra su espejo: novela, firmado por Florentina del Mar, portada e il. de Alconte, Madrid, Alhambra, 1944 (Europa).
- En manos del silencio, Barcelona, José Janés editor, 1950 (Los escritores de ahora).
- Las oscuras raíces: novela completa, Madrid, 1957 (Revista literaria Novelas y cuentos).
- La rambla, pról. Milagros Sánchez Arnosi, Madrid, EMESA, 1977 (Novelas y cuentos).
- Soy la madre: novela, Barcelona, Planeta, 1980 (Autores españoles e hispanoamericanos).
Ensayos, memorias y otros
- Por la escuela renovada, Valencia, Cuadernos de Cultura, 1931 (Cuadernos de Cultura. Sección Educación).
- La composición literaria infantil: (Escuela Primaria), [Barcelona, Publicaciones Mujeres Libres], 1937.
- La encendida palabra: (San Antonio de Padua), firmado por Magdalena Noguera, Madrid, Alhambra, 1943 (Colección Milagro).
- La amistad en la Literatura española, firmado por Florentina del Mar, Madrid, Alhambra, 1944 (Dulcinea).
- Cartas a Katherine Mansfield, Zaragoza, Doncel, 1948.
- Por el camino, viendo sus orillas. Esplugues de Llobregat (Barcelona), Plaza & Janés, 1986, 3 vols. (Biografías y memorias).
- Empezando la vida: memorias de una infancia en Melilla: (1914-1920), Melilla, UNED, 1991.
Literatura infantil y juvenil
- Don Álvaro de Luna: una vida luminosa y una muerte sombría en la Edad Media, firmado por Florentina del Mar, il. de Francisco Reyes, Madrid, Hesperia, [1943] (Cuentos históricos).
- Los enredos de Chismecita, firmado por Florentina del Mar, Madrid, Alhambra, 1943.
- El caballito y la luna, firmado por Florentina del Mar, il. Marisa Salmeán, sonido: guión, música y letra, Claudina y Alberto Gambino, Madrid, CVS Audiolibro, 1974 (La ardilla inquieta: audiolibros infantiles y juveniles).
- Cuentos del Romancero, il., Joaquín Castañer, Barcelona, Ediciones 29, 1978.
Epistolarios
- Ernestina de Champourcín y Carmen Conde, Epistolario: (1927-1995), ed. e intr. de R. Fernández Urtasun, Madrid, Castalia-Patronato Carmen Conde-Antonio Oliver, 2007.
- Epistolario Carmen Conde – Amanda Junquera (1936-1978), Madrid, Torremozas, 2021.
Enlaces de interés :
https://up.cartagena.es/museoConde40.asp
Historia de Carmen Conde y Amanda Junquera https://www.laverdad.es/murcia/20071024/cultura/historia-amor-carmen-conde-20071024.html?ref=https%3A%2F%2Fwww.google.com
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