14 Poemas de Macky Corbalán

“(…)y verdaderamente no tenemos

tiempo para convenciones, salvo utilizarlas

para prender el fuego”

Autorretrato en espejo convexo

John Ashbery

Aquel inmemorial y repetido

hasta el hartazgo por cada uno,

una. De tanto en tanto, alguien

intercambiable salta

del edificio mas alto de la ciudad,

inutilmente.

El cuerpo limpio el buen

vehículo el saludo la bruta

sonrisa a medias

el pensamiento la infamia

de todo nombre. Agitación

de infancia entre las hojas

del árbol, ¿repiten ellas

los mismos simulacros?

Hermanada soy, una con la prole. Nada

me distingue, acaso

por un instante el cobre del odio.

en ramalazo, su daga.

Entretanto, sálvanos ojo

de pájaro, boquita

codiciosa de hormiga, gorjeo,

.translucidez del brote.

Bonus  Track

V

Mis padres se amaron

un tiempo razonable. Luego, 

se dedicaron a criar a sus hijos,

a trabajar, a pasar los años.

Ahora, teme uno la falta del otro.

Como suelen decir:

lo sobrenatural es

lo más natural.

De : Inferno, Libros de Tierra Firme, 1999

Cutral Có 

Tuvo río solo por un día. Arrastró
casas, perros y
gente por kilómetros,
durante un marzo hecho
enteramente
de agua.

II

Un desierto lo rodea.
Por las noches, a un tiempo,
los pequeños animales que
lo pueblan,
abren sus ojos,
y otra luz se hace.

III 
La leche por la mañana, las tizas
de colores, las rodillas dolientes, los
árboles sacudidos violentamente
en una tarde marrón de arena
y cardos rusos.
Ben Hur en la tele.
Mi temor al ridículo, sobre
el mantel de una mesa rodeada
de sonrojadas amigas calladas.

Reposo

 Desde arriba, podría parecer que

 la cama es demasiado grande

 para ella, aunque su cuerpo se acomoda

 al espacio, ocupándolo con alguna gracia. 

La espalda mira al techo y, bajo el cuerpo,

 desde niña la misma posición de sueño: 

una mano protege el descanso 

de los senos, la otra, el desaliñado triángulo 

de la genitalidad. Un caso de texto 

para cualquier psicólogo, pero ella

sabe, en la epifánica lucidez 

del sueño, que debe cubrirse 

y también, que no bastará

De: Como mil flores (Hipólita Ediciones, 2007)

Traful

La piedra que arrojo al lago
arruina, por un momento, la quietud
áurea de la inconmovible pupila
azul fijada en el cielo. Lo mismo
que yo, otras, otros, ahora y desde
hace cientos de años. Yazgo
a su vera, bajo
el sol, enmascarada
en lo natural pero intrusa.
Piedras, musgo, arena
y agua permanecen
 
amalgamadas en el aire
amoroso de la taimada
erosión; giran  
                   —pareciera–
en un movimiento de
beso eterno.
 
Menguada por el
despliegue, me siento
humana, ese es mi veneno,
ese y pensar.

De: Como mil flores (Hipólita Ediciones, 2007

Voy a decirte lo que vi:
sobre la noche cayó el silencio
y cubrió los rostros dormidos,
mientras los perros aullaban
de clarividencia y frío, sumando
al sueño otro sueño.
Recorrí las calles y una luz blanca
desde el cielo lo alumbraba todo,
todo lo volvía visible: las delgadas siluetas
de los árboles tocándose en las sombras;
pasos apagándose de pronto en las esquinas; y
los duros hombros de las casas, unos contra
otros apoyados, dándose ánimo.
Sólo el miedo daba al sonido de mis pasos, eco.
El vacío del mundo.
Un grillo haciendo sonar sus alas.
Los brotes nuevos, bajo tierra, tocando
la música más maravillosa
que yo hubiera oído.

Fuera de esta habitación,
los perros inician su inacabable
perorata nocturna, los gatos se hacen
uno con el muro y crece, en el mundo,
una jerga animal que no me es extraña:
sube por tus ojos antes
de tocar mi cuerpo.

Algo clama por la atención del gato
que, desde su somnolencia, se yergue
y husmea el aire; como en el resto
de las cosas esenciales,
no hay nada allí que nosotros
podamos ver.

Apenas los ojos
humedecen su pábilo, los objetos
recuperan el orden
de su universo sin gentes.

La Llave

La miro con detenimiento,
con fruición. Es diferente: brilla
con luz y oscuridad, su forma
quiso parecer un corazón
pero quedó a la mitad.

Sonríe y mira.

“La llave de mi corazón” decís al
ponerla sobre mi mano,
y vuelvo a mirarla por si fuera cierto,
como si sólo debiera elegir
el momento, el modo de la entrada.

Creer en las palabras, en el
latir que las empuja hasta la dicción,
que lo que dicen es cierto,
de alguna manera.
Creer en lo que se ve, en lo que el cuerpo
recibe, agradecido, y que el sudor deja
más que sal piel adentro.

Antes que la religión, el amor
es materia de fe.

De: Como mil flores (Hipólita Ediciones, 2007.) 

“Somos la vieja guardia tortillera” de Macky Corbalán y Val Flores

“Somos la vieja guardia tortillera. Seremos viejas pero no domesticadas, no tenemos el pensamiento amansado ni nos arrebataron las palabras. Tortilleras es un nombre que no define nuestras vidas, sino que nos ubica políticamente. No describe con quién cogemos, nos posiciona en la escena pública para denunciar que nuestros cuerpos son un campo de batalla de las normas, las instituciones y las fuerzas represivas del estado, las iglesias, los medios y el mercado, que pretenden controlar nuestros deseos y nos dicen cómo debemos usar nuestros cuerpos para su beneficio”.

“Tenemos la ira encendida, si, somos pendencieras, tenemos la lengua afilada y la boca mordaz, la misma con la que besamos cuanta boca nos gusta, la misma con la que decimos no al silencio y a la lesbofobia. Porque a las lesbianas que levantan la voz y ponen el cuerpo públicamente se les teme, y ese miedo es nuestro poder”.

Valeria Flores y Macky Corbalán cuando presentaron su editorial La Mondonga Dark

3er mundo

El aroma de la carne asada

socava el mediodía de

los míseros,

enloquece sus glándulas

y, como los animales de Pavlov,

se agitan por más

cuando nada ha habido.

*

Las moscas,

inevitables en el verano,

como el calor que sofoca

al envolvernos en su membrana

sudorosa y anodina,

los frutos henchidos y rojos,

descomponiéndose en la acera,

y —enlazados por el talle—

las parejas de enamorados

que habrán de odiarse

el próximo invierno.

*

El ómnibus cruza el paisaje,

como una flecha incontrolable;

en su interior,

la pasajera de arena

culmina una nota de adiós

y abre la ventanilla.

Esa Mujer

Quisiera ver la nueva casa
llenarse de colores y que ella,
la que jamás supo de soledad
de gente, se sintiera acompañada.
Ahora sabe de esa soledad, pero no
de aquella que supo pegársele de
niña: con sombra, con juegos, con
amargos vientos en las piernas, se creía
acompañada, pero era nada
más la rojiza caricia
del sol en la siesta de la chacra.
Da pena el solo pensarlo. Ahora
anda por esos cuartos nuevos y
pone cosas aquí y allá, como si
esas cosas no fueran ella. Como si
fuéramos algo más allá de los objetos:
ese sillón arañado de gatos, las ropas
colgando desoladas en el aire
del patio, el balde de plástico abandono.

Se le llena la cabeza de las voces
del miedo, por eso apela a los juegos
con animales que le saltan y ensucian, ríe
fuerte, alto, piensa en comidas
que hará, en llamar a la radio por quejas
de todos, hace y rehace la cama
que ocupa sola.

Mientras pela redondas papas sucias
de tierra, piensa en cómo, de pronto, todo
se volvió cercano, accesible, incluso
la finitud. Más tarde, come a solas
lo que a solas concibió.

¿Será así? ¿desde ahora todo hacia abajo si
abajo es resignación y vacío y muerte?

Las luces de patios vecinos se han apagado,
ahora ellos, esposos, amantes, niños, duermen
acunados, vigilados por el insomnio
intermitente de quien teme.

Toda quien es madre espera
no estar sola un día, esto no desmiente
las noches en vela, la vida entregada,
el aturullamiento de los sueños.

Ahora,
las plantas son hijos.

De: Como mil flores (Hipólita Ediciones, 2007

FOTO: Cata Boccardo

Regalos

1

Te di una piedra, fantástica

combinación de brisa, sol 

marino, arena y tiempo.

Y creíste que te daba el corazón.

2

De apuro, con las ruedas de 

la bicicleta apenas detenidas, 

trajiste manzanas. Y seguiste,

rauda, el camino que no has

de cambiar. Pero, pequeña,

las manzanas eran rojas, brillantes,

abrían su corazón dulce al

mordisco, al ansia, a

la sed de mi urgencia.

De: Como mil flores, Hipólita Ediciones, 2007

Huaritaco

Huaritaco
soy
bailo con el instinto
del universo / del humas / de la perra
representante del dios huari
soy
fémina corrupta de
sexo rapaz y prejuicioso
despierto
encendidas polémicas sobre mi ambivalente lengua
se ponen de acuerdo en desviar sus miradas
escupen mi rostro
evitan el detergente de mis uñas
son duro / impiadosos
pero nada pueden
huraritaco
soy
pese a sus grotescos
esfuerzos por hacerme hijos
desprecio su semen desde mi útero fresco
vuelvo la cabeza
ante sus vacías cuencas frente al sol
soy
la representante en la tierra perversa
del dios huari
de sus huestes de vientre carcomido
voy
encendida / con muslos abiertos a la intriga
tocan mi ternura inhiesta
pretenden avanzar sobre mis muros
yo
dentro de mis tierras
mastico / baño el cuerpo en leches violentas
leo fulgurantes letras en la piedra
sus artilugios son tan ingénuos
como los ojos del niño escondidos en el piso
para mi dolor
– me se el rostro de todos los dolores –
huaritaco
soy
bailo
danzo por la panza de la noche
que sigue
en celo.

Una Danza

1
Una danza, el amor, en la que cambia
la coreografía a cada paso. No hay certezas
con los años, las figuras se aprenden en
la práctica, aunque nunca han variado.
No es preciso entender, sólo copiar
la regularidad de su dibujo, hacer
lo que todos: mantenerse en movimiento.

3
La apariencia de los títeres se mueve
en un escenario antiquísimo, vienen,
vamos del alimento al dormitorio
como el pájaro. Visten ropas normales,
hacen cosas de todos, sueñan/ mos.
Pero, los hilos, y el diseño de los guiones….

4
Y la música. Se escucha y no, como cuando
se dice sí con la cabeza y con furia se piensa
en otra cosa. Y sentimos el asesinato
escocer los dedos.

5
A veces, la danza se detiene. Puede
hacerlo un instante, o más, pero siempre
parecerá una vida.

6
Yo solía decirle que sus ojos
eran pájaros, sensibles a las
vibraciones, equilibrantes.
Hasta que un día, voló
y todo dejó de ser metáfora.

7
Cuando se detiene una para tomar
respiro, es que desaparece el escenario,
y lo que brillaba es una bruma donde
siluetas de a dos, cruzan velocísimas.
Todo pasa, apenas se retoma el ritmo.

8
El ritmo del amor no tiene notas ni signos ni escalas.
Sólo un apabullante silencio, átono, arcaico.

MÍNIMA, 

en el descanso de

la fe, tallé 

un dios justo 

a mi medida.

Macky Corbalán (Cutral Co, Neuquén, Argentina, 19 de junio de 1963-Neuquén, 14 de septiembre de 2014). Autodefinida como poeta, lesbiana y feminista. Periodista y licenciada en servicio social. Su voz poética ha sido reconocida como una de las más destacadas en la lírica producida en Patagonia (región en la que residió) y en Argentina.

Junto a la también poeta val flores crearon la boletina lésbica y feminista La sociedad de las extrañas que editaron mensualmente entre 2004 hasta el 2007 y en 2012 crearon la editorial La Mondonga Dark, con la que publicó su libro El acuerdo( 2012). 

Macky impartió durante muchos años talleres literarios junto a Raúl Mansilla, realizó versiones de poetas inglesas y norteamericanas.

Ha recibido reconocimientos en certámenes nacionales y provinciales de poesía, y también ha participado como invitada en diversos encuentros, como el Festival Internacional de Poesía de Rosario.

En la madrugada del 14 de septiembre de 2014 falleció Macky Corbalán. Macky tenía 51 años y murió de una enfermedad neurodegenerativa que progresó rápidamente. Fue cuidada amorosamente por val flores, su compañera de vida, activismo y poesía y por un gran numero de amigxs incondicionales.

  Una de las escaleras del imponente centro cultural Kirchner (CCK) en la ciudad de Buenos Aires lleva impreso el poema de Macky Corbalán, “La llave”.

Quizás no haya mejor homenaje para una poeta…

Macky Corbalán publicó los siguientes libros de poesía: La pasajera de arena (1992), Inferno (1999), Como mil flores (2007), El acuerdo (2012), Animal(i)s (2013). Estos cinco libros se reunieron en un volumen póstumo, Poesía (1992-2013) publicado en 2015. Y luego se editó Conversaciones en la noche del amor, en 2017.

Textos suyos figuran en las antologías: Poesía en la fisura (recopilación de Daniel Freidemberg, 1995); Antología de poetas de la Patagonia (2006); Poetas argentinas (1961-1980); Antología poesía del siglo XX en Argentina (2010).

Su poesía en España puede encontrarse en las dos antologías coordinadas por Concha Garcia,(poeta, cofundadora del Aula de Poesía de Barcelona y codirectora de la revista literaria Ficciones), Antología de poesía de la Patagonia (CEDMA, Málaga, 2006) y La frontera móvil (Carena, Barcelona, 2013).

En una entrevista para la revista digital “Confines” en el 2011 Macky Corbalán respondía asi a las siguientes preguntas :

¿Cómo fue evolucionando tu práctica de la poesía a lo largo del tiempo, y tu manera de vivir junto con eso?
• No hay ninguna decisión de mi vida que no pase por la poesía. Ella decide y, de alguna manera, me lo hace saber. Cuento una anécdota a manera de ejemplo. Tiempo atrás, estuve un par de años sin trabajo, pasándola muy mal –mi edad coincide con la generación que sufrió la flexibilización laboral de Menem, caí justo en esa época aciaga–. Trabajaba en diarios y me despidieron. Entonces, hice de todo: vendí libros por las calles, cobraba cuotas de los planes de autos, atendía en una panadería medio tiempo. Cuando estaba en esa panadería trabajando, empecé a escribir cartas de solicitud laboral con muchos destinos y me enteré de que había una posibilidad de rendir en el Poder Judicial. En Neuquén, los judiciales tienen sueldos mayores que el resto de la Administración pública. Tenía mi título de trabajadora social y me presenté junto a un centenar de personas. Rendí una serie de pruebas y me fue muy bien, aunque yo tenía mis dudas. Finalmente gané uno de los puestos concursados; recuerdo que después estuve todo un mes huyéndole al oficial de justicia que me iba a notificar del trabajo. En todo ese tiempo me empezó a acosar la idea de que si ingresaba en una estructura tan cerrada, eso iba a afectar mi poesía. Yo no tenía un trabajo fijo, no tenía obra social, no tenía nada, hasta que un día me mandaron con un policía la notificación, y me notifiqué que no, que no lo iba a aceptar. Hoy en día estaría ganando un sueldo muy bueno, pero estoy segura de que yo no sería la misma si hubiera aceptado ese trabajo. Y esa decisión la toma la poesía, no yo.

¿Todas las decisiones vitales de tu vida han estado marcadas de esa manera?
• Tengo la sensación de que la Poesía me guía a través de los textos. Como ciega, necia y sorda no me puede decir directamente: “ey, necesito de vos esto”, entonces te lo indica a través de los textos. Es en ese momento en que me doy cuenta, conscientemente, que llego a un límite, que necesito averiguar más sobre determinados temas. Esa búsqueda y reflexión me van cambiando, me van modelando, entonces, por ejemplo, me enloquezco hasta que leo todo Blanchot, o Celan, o Nelly Sachs. Después, puede suceder que creo sentir que la Poesía me pide escribir versos cortos, con mayor carga de imágenes… y así. Todo a través de la lectura, la poesía y la práctica.

Además de tu práctica de escritura como hecho vital y central en tu vida, ¿en qué otras militancias sentís que te has comprometido a fondo junto con la poesía?
• El mismo impulso me llevó a formar parte de un grupo de lesbianas feministas, como fue Fugitivas del desierto. En Fugitivas estaba fuertemente la poesía metida junto con la praxis política de acciones callejeras y de búsqueda de mayor libertad en la vida. Lo que hace poesía en mi vida en ese movimiento siempre indicando el camino de la liberación.
En general, mi idea de la poesía, que no predico ni enseño, es que es una marca de intensidad en el lenguaje; como el verde de la planta en el paisaje. Es una forma de transformar el mundo, pero no una forma cualquiera, para mí es la forma, porque se centra en la cuestión del lenguaje. El lenguaje no nos hace humanos, sino el afán por el lenguaje.
La Poesía es un centro irradiador de intensidad único, de intensidad expresiva. Hasta llego a pensar que por la Poesía podría prescindir del lenguaje tal como lo conocemo. Poesía, veo su historia y es siempre una historia alejada del poder, y no sólo eso sino sobre todo en contra, encarnizada contra el poder, contra el Orden instaurado por el lenguaje. Y sigo viendo con mucha fascinación y contento, que sigue siendo así. Me parece que todas y todos los poetas de alguna forma oscura y muy confusa entrevemos que nos sigue dirigiendo la vida, con visiones, con imágenes, con epifanías, con música, pero nos sigue impulsando hacia un abismo dichoso. Acaso el súmmun expresivo sea la iluminación, el tránsito de una cosa a otra.
La poesía, tal como la describís, irreductible a ser sólo un modo de escribir, un género o un mecanismo discursivo, encarna una pulsión vital que reafirma la diferencia entre el literato y el poeta, y complejiza el vínculo con el lenguaje. Pensar la poesía en estos términos te empuja a pensar adónde, desde dónde, hasta dónde llega. Cuáles son, si existen, sus fronteras.
• La diferencia entre el literato y el poeta está en vivir o no la pulsión vital. Si no te entregás sos un literato, no hay pulsión vital. Hay simulacro. Es como dice Meschonnic (Henri): para él la literatura es eso que asimila lenguaje y vida. Vibración vital es la poesía. Me interesa esto del antes y del después, no creo que existan en poesía estas categorías, pero si yo tuviera que inventar algo para acercarme a lo que pienso, sería decir que la Poesía opera en un exterior del lenguaje y desde ahí, como una guerrillera, una terrorista, ataca lo que tiene de hueco, de simulacro, de representación, una y otra vez. No soy yo la que habla a través de la poesía, soy hablada por ella. Decir que la Poesía me habla, es decir, la Poesía me vive.

¿Hay alguna significación real para la poesía de las fronteras, los límites geográficos?
Con respecto a las fronteras, no creo en ellas. No creo en los límites geográficos, no creo en ningún tipo de límites. Creo que hay límites que se respetan por una cuestión de supervivencia y sobre todo de costumbre pero no creo en las en-telequias del poder. La poesía va a usar todos los disfraces que necesite para seguir operando desde lo subterráneo para socavar el poder. Nelly Richard, teórica chilena, en un encuentro de feministas habla de «un conjunto de intensidades», me gusta esa expresión para la poesía, poesía como un conjunto de intensidades, de prácticas, pero una intensidad no para seguir con un estado de cosas sino para implosionarlo, para hacerlo estallar. Veintiún siglos y seguimos sin tener en claro que es poesía, no se la puede agarrar, es imposible atraparla, circunscribirla, cada cual tiene su opinión, su práctica, la vive o no. Lo único que sé es que a diario me despierto dichosa porque me siento bendecida de que la poesía esté en mi vida. ( ver entrevista completa aquí : https://drive.google.com/file/d/0BwhIfQse-ZpXOTExNGQ5MjctMThhMC00MGY1LTg4YjAtOGM0ZjU0N2NjMjFh/view?resourcekey=0-L3tcuy5Lqu6S_IW6xm6uow )

Enlaces de interés :

Libro : https://es.scribd.com/doc/105047845/Como-Mil-Flores

http://pasajeradearena.blogspot.com

https://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/trab_eventos/ev.9960/ev.9960.pdf
https://www.bibliotecafragmentada.org/wp-content/uploads/2014/11/interrupciones-libro-valeria-flores.pdf

http://potenciatortillera.blogspot.com/2014/09/macky-corbalan-1963-2014.html

https://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-9171-2014-09-19.html https://lacebolladevidrio.blogspot.com/2015/11/ensamblar-macky-corbalan_2.html

https://www.elextremosur.com/nota/39076-la-rama-el-libro-inedito-de-la-poeta-neuquina-macky-corbalan/

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