neotango con rosario roto en el pecho
(aguatinta embroncada)
I
la cuenta del rosario está pavota.
la piedra del querube en moco llora
en la quietud. lo feretral marmola.
verberación del reverbero. gloria
del bailarín fantasma. regia bota.
la perla del rosario flaca y rota.
II
(colorinche del circo,
baja alondra
de la nube su carpa picotona.
él besumbra la testa de su hermosa:
la calavera que lo rapta ahora.)
III
hubo una vez una mañana loca.
un carromato. un león. hubo una rosa.
hubo un jazmín en celo. no tremola
en el velorio su esternón:
oh loba.
hubo un malambo de alabastro. ignota
hubo una zamba de diamante. ahora
en lo mortal oliente lo destrozan.
IV
y se me encama en mi tangón la boba.
la irremediable naifa bata roja.
la muerte con su vulva regalona.
la felatriz feroz toda musgosa.
la yegua con lunar en nalga pronta.

Opus tristilus
hoy salí de mi caverna mi amor y llovía polen quiero decir una
cosa rara primero yo no sabía pues me sorprendí muy turbado caía
del cielo grisónico algo sobre mi espalda incrédula sobre mis
hombros cuaternarios sobre mi pecho con lagartos sobre mi miembro
de piel violeta yo como un perro absurdo me acerqué al rostro
de esas briznas ignotas y eran amarillosas y muy intensas y me
hacían temblar y erizar me hacían la soledad ello fue antes de
la lluvia de agua porque primero llovió polen mi amor porque
era polen lo que llovió esta tarde al empezar a oscurecer cuando
crecía la unción en el apilamiento de la noche y era de un
alto árbol cósmico llovió polen mi amor llovió polen y en la
casa de hananólida también el polen caía y ella pensó en su
vientre y en la casa de nurma también y ella pensó en su vientre
y en la casa de ascuala también y ella pensó en su vientre
y en la casa de salila también y ella pensó en su vientre y en
la casa de chilona también el polen llovía y ella pensó en su
vientre entonces supe que era verdad después llovió agua mi a
mor y no creí

Tan huesolita que te ibas
tan envidiada de qué sombras la tierra ardía huesolita
la siesta ardía melodiosa tan como ibas tu sonrisa era
una piedra arrobadora y era otra piedra mi costilla
dulcequeamarga solasola cuajada de alta pedrería eran
tus voces tan palomas eran tus manos piedras finas
guitarra tan azuladiosa eras la piedra que acaricia pie-
dra te ibas quién te roba última brisa de la brisa o
flauta mía o leja y rota tan huesolita que te ibas tan
de la gracia mucha y poca si cuando vuelvas ves mis
días oh piedra llena llaga
hermosa!
de Elegías de la piedra que canta(1969)

V
Te regalé unas cuentas indias
y había un color de aroma hereje tan sobre mí caía el cielo amarilleaba su piel verde yo sé que labro joya oscura sólo por vos que me la entiendes porque a vos te hablo en esta piedra enrumorada de caldenes quién sino vos me la naciste y en quién sin vos ellas se mece te di en la tierra qué colores sonorositos magamente remotas gemas de collares ascuas de piedras de otras gentes besos de piedras recobradas entre tus manos vieja fiebre alegría vieja o amoríos de aquella aquel que están sin frente te regalé gualicheríos piedras de dulces
redondeles
de Elegías de la piedra que canta(1969)

Cancion Rupestre
llovía Dios en la noche resplandosa granazón de los tiempos llovían salmor y la piedra al galope de la una eras vos y era yo dos cerros blancos espinazo del cielo enentreabrido eras barro alumbrante llovían sapos oh amasijo de labios y de fiebres la caverna cantada por los pájaros el altar de la vida llovían ojos llovía luz y temblor llovían pantanos llovía azul corazones ruiseñores llovían almas y cuerpos dibujados llovía un ser como tigre llovían cuernos llovían músicas grandes hachas cántaros llovían manos de piedras con hollines manos rojas y amor color sagrado nos tornamos en piedra en lo llovido en abrazo de piedra nos tallamos en rayón de la piedra que sabía nos hallaron divinos imantados!
de Canción rupestre (1972)

Balada Arcaica
ya te vas vegetal tornasolada no me prendas la flor del exterminio fulgimiento del agua de los ojos no me prendas la flor del exterminio hinchamiento del cielo qué potencias no me prendas la flor del exterminio qué hinchadura del mundo taza turbia no me prendas la flor del exterminio con el hijo salido de tu entraña no me prendas la flor del exterminio con el ala punteada de tu ángel no me prendas la flor del exterminio con arcillas que vuelan soberanas no me prendas la flor del exterminio en olor de adiós que me espeluza no me prendas la flor del exterminio con tu boca antañera tras tu boca no me prendas la flor del exterminio en amor de tu sombra sonadora no me prendas la flor del exterminio!
de Canción rupestre (1972)

Facsímil de manuscrito de Bustriazo Ortiz
agonial dos
esperas que baje el ángel de los alerones sarmentosos el santo de
cáscaras de los montes overos el ángel de maderas voladoras el santo
pájaro de lomos endoloridos punzados por el sol de cogote azafrano
esperas que se te acurruque en el oído y te envihuele y te envihuele
con tréboles amarillos esperas que baje el ser de rodillas imantadas
el roedor de las bayas desmoronadas esperas que venga entre zumbidos
verdes el rumoroso comedor de la leña-de-vaca la ganosa hembra del
pecho colorado el ángel de pies comidos las muchachas que ríen en las
tripas a esperas al santo de los ponientes el achicharrado pájaro del
corazón esperas al ser que mengua el que cordoneará tristes viudos
vidalitas partidas al ángel violeta para hechizarte la guacha boca
al santo pájaro de bullonas chauchas el ser que va sembrando como un
oculto matrero ceremonioso solitario los hijos de los caldenes mori-
bundos ajenados la delación del cuerudo el pistoletazo fragoroso el
aullador ensartamiento la despedida de la vicenta a dónde irás con es-
te sol más allá de las bendiciones más acá de los juramentos más afuera
del veladito más adentro de las lloronas el ángel con el color de otro aire?
de Caja amarilla (1973-74)

Cuadragésima Tercera Palabra
Adónde vas, poeta nochernícola,
de austera sal, de halo melancólico?
Y el primo amor, o bien, el tu penúltimo?
Y el vaso azul? Erótico y arqueólogo,
te sientes bien, mi vate, muy católico?
Eres o no el juglar, el archimítico,
el facedor maniático, elegíaco
de tu canción? O estrilas de neurótico
talante, o vas de túnica, de báculo
por la vastura de la noche eólica?
Ay semoviente, austral humano mágico,
nómade Juan, desnudo en lo fonético!
(Ruta 5, divagando bajo el pánfilo viento).
de El libro del Ghenpín (1977)

Cuadragésima Sexta Palabra
renacido pasaba con su gaita era él era él la noche ondeaba
ondulaba el gentío y él pasaba con su rostro rosillo lampagueaba
su pupila terrible celta en llamas su laringe animal ay insuflada
por la vida y la muerte que sonaban como el viento de dios con la garganta
el cogote animal que regresaba dylan thomas bermejo con su gaita
dylan rojo gemido dylan lágrima dylan odre el alcol balido panza
loca lengua caliente bofe entraña de los clanes remotos se asomaba
me rozó su quemor porque él se lanzaba del hervor de vivir soplo soplaba
poderoso viviente de su gaita yo temblé de un temblado yo temblaba
de profundo temblor dylan rojeaba salvajoso de amor se calcinaba!
de El libro del Ghenpín (1977)

Juan Carlos Bustriazo Ortiz ( Santa Rosa, provincia de La Pampa, Argentina, 3 de diciembre de 1929-Santa Rosa, 1 de junio del 2010). Poeta considerado uno de los más grandes poetas de culto en Argentina .
Su padre era oficial de policía al cual destinaban con frecuencia a distintos pueblos, la familia entera se trasladaba y vivía en variopintos lugares de la región.
Empezó a leer poesía en la escuela y a los 12 años de edad comenzó a escribir sus primeros versos.
A los diecinueve años, trabaja como radiotelegrafista de la policía provincial y lo hace durante once años, al término de los cuales renuncia. Debido a esto, realizó varios viajes por el oeste de la provincia, tierras de silencios profundos e inmensidades que se convirtieron en semillas para su poesía, intensa, árida y conmovedora como el desierto.
Cuando regresó a su ciudad natal, comenzó a trabajar de corrector y linotipista en el diario La Arena y más tarde corrector de pruebas, en ese mismo diario y en el diario Río Negro. Fue también minero e integró grupos de trabajo en campamentos durante labores topográficas. Por esa misma época abrazó la vocación arqueológica y recorría los médanos de Santa Rosa buscando restos indígenas, piedras y elementos de alfarería utilizados por los nativos en otros tiempos. Entre tanto escribe poemas, va a peñas y conoce artistas, muchos de los cuales musicalizan varias de sus composiciones. Él mismo lo dice así: «Recuerdo que andaba yo por la noche, recorriendo las peñas. Y después me iba solo por ahí a buscar inspiración. Y ahí nacían los libros… La inspiración bajaba del cielo… Era algo que me venía de arriba, como si Dios me la mandara. Yo sentía que me dictaba los poemas. Venía todo en orden perfecto: título del libro y los poemas.» (De «Bustriazo Ortiz en primera persona» por Andrés Cursaro, «Herejía Bermeja», Ediciones en danza).
Bustriazo tuvo una vida errante, complicada. Fue autodidacta, arqueólogo aficionado, radiotelegrafista, corrector de un periódico, linotipista, topógrafo, minero, bebedor profesional, trovador folclórico de bares y extramuros. Y fue una de las mayores voces poéticas de su provincia. Su territorio La Pampa, la vasta llanura que el autor recorrió buscando historias y paisajes que le proveyeran el material de sus poemas.
Considerado el poeta más importante de La Pampa, Bustriazo construyó una obra que supera los ochenta títulos. Una extensa obra que el mismo autor denominó Canto Quetral . Decenas de músicos, además, le sumaron melodías a sus escritos, piezas fundamentales del cancionero folclórico de la provincia. Enredada en litigios luego de etapas de alcoholismo e internación psiquiátrica, destacamos algunos libros: “Elegías de la Piedra que Canta” (1969), “Aura del estilo” (1970), Las yescas (1971/72), Canción rupestre (1972), Las pinturas (1972),Caja amarilla (1973/74), “Unca Bermeja” (1984), “Los Poemas Puelches” y “Quetrales” (editados en conjunto en 1991) y “Libro del Ghenpín” (2004) y la antología Herejía bermeja (2008), editada por C. Aliaga, A. Cursaro y S. De Matteo, Ed. En danza, Buenos Aires, 2008.
Su poética había traspasado en los últimos años las fronteras provinciales. Rodeado de un creciente reconocimiento, pero con una pensión del gobierno de La Pampa como único sustento, Bustriazo le hizo frente a la vejez y también a sus recuerdos, junto a su mujer, Lidia Hernández. Quizás sin saberlo, ya convertido en leyenda.
Mucha de su vasta obra se encuentra sin publicar.
Poemas musicalizados: Agüita de Médano (Oscar García) – De Guatraché (Beto Urquiza) – De la calandria (Guillermo Mareque y Délfor Sombra) – Del conjuro (Guri Jáquez) – El adiós (Gerardo «Lalo» Molina) – Lulullen (Eulogio Fernández) – Niña del Cura-co (Guri Jáquez) – Paisano Vincen (Juan Neveu) – Poncho de siete colores (Guri Jáquez) – Se va la tarde morita (Guri Jáquez) – Soy de los ranchos (Guillermo Mareque), entre otras.
Bustriazo falleció el 1 de Junio de 2010 en su casa de la Pampa. Tenía 80 años.

En el libro Herejía bermeja de ediciones En Danza, se incluye una extensa conversación entablada entre Andrés Cursaro y el poeta. Allí desgrana diversos sucesos que marcaron su vida, por ejemplo, que estuvo con sus padres hasta que fallecieron y que como poeta decidió usar el apellido completo porque también quiso usar el de su madre “para que no quedara solita, para que no quede de lado”.
Una de sus particularidades más interesantes, aludida en artículos y detallada por el mismo poeta, es el mito que se construyó en torno a él como trovador errante, como un nómade en su territorio. Por otra parte, su afición por los restos indígenas enriquecía esta imagen. En las páginas de Herejía bermeja recuerda:
También anduve mucho por los médanos de Santa Rosa buscando restos indígenas porque me apasionaba mucho la arqueología. Hubiera querido ser arqueólogo. Y de algún modo, no siéndolo, recogía piedras, restos de alfarería. Siempre se encontraban en los médanos. Todo lo que iba juntando lo guardaba en mi habitación que parecía un museo: sobre todo tenía piedras, puntas de flecha. No sé dónde estarán las cosas que estaban en mi habitación-museo… (2008:170).
Con respecto a sus facultades para tomar vino, muchos decían que él tenía una fórmula para no emborracharse, pero el poeta confesaba no estar seguro de si eso realmente era así, a pesar de la gran capacidad que tuvo, durante un tiempo, para beber sin ningún problema. Al respecto explica:
Tomé vino desde muy joven, recuerdo que a los 19 ya tomaba. A papito también le gustaba el vino. Él le ponía vino a la sopa, vino clarete. Y yo también hacía lo mismo que papá. Yo tenía mi vasito largo, que tenía una tapa de plata. Tomaba vino desde muy joven, pero poco en esa época (…) Mirá hubo una época que tomaba tanto, pero tanto, unos siete litros de alcohol por día; pero no me hacía mal nada, nada. Después perdí esa facultad y cuando quise beber mucho me agarré una curda terrible. Dicen que yo tenía una técnica para no emborracharme, que al tomar vino lo “masticaba” para que las papilas gustativas no se impregnaran con el alcohol. Eso dicen, pero yo no estoy seguro de eso. (2008:172-173).
Bustriazo era maestro en convocar palabras nuevas. Los neologismos no son meros recursos estilísticos tal como relata el propio Bustriazo en Herejía bermeja:
“He inventado muchas palabras, sí. Lo hice porque yo quería decir alguna cosa y no podía con las otras palabras existentes y tenía que inventar una palabra para poder decir correctamente lo que quería decir. Se me ocurrió hacerlo sin haber visto esto en otros poetas.”
La firma de Bustriazo Ortiz está compuesta por distintos elementos que conforman su cosmovisión del mundo, según puede leerse en el breve análisis recopilado en Herejía bermeja, de este modo pueden identificarse una cruz araucana, una serie de rulos que representarían el infinito, un báculo egipcio, el triángulo sexual simbolizado por los tres puntos, y los círculos que significarían las piedras.
Tiempo después, un altercado hizo que perdiera su inspiración. Bustriazo Ortiz fue internado en el hospital Lucio Molas en la parte de psiquiatría, luego de que intentara suicidarse. Allí, asegura que una médica, con remedios, le quitó, le destruyó la inspiración y ya no pudo escribir, a pesar de que lo intentó varias veces. Otro análisis podría vincular la internación del poeta en psiquiatría con su capacidad singular de escuchar voces. La locura podría estar asociada al dictado de Dios.

Enlaces de interés:
https://periodicodepoesia.unam.mx/texto/juan-carlos-bustriazo-ortiz-la-flor-del-exterminio
http://semioticaunlpam.blogspot.com/2017/11/juan-carlos-bustriazo-ortiz.html
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