8 Poemas de Mery Sananes

El tiempo de la tierra aun no ha llegado

La tierra es la memoria larga de la vida

el frágil recinto de una esperanza

que naufraga en una persistencia que no cesa 

La tierra es esta piel que nos circunda

el beso de dios o el abrazo de una noche 

que nos mece en un soliloquio al cual jamás

hemos respondido con palabras de amor

La tierra es esta desértica percepción

de todo lo destruido que aún brota como

si tuviera todavía lecciones que sembrarle

a la sinrazón de nuestra inutilidad

La tierra es una florería que se derrama sobre

el universo como los girasoles de van gogh 

un recuerdo sin retorno un equipaje sin destinatario

que el hombre ha esculpido en el olvido


22 de abril del 2013

Quisiera un país
donde todo estuviera
ya resuelto
donde pudiera trabajar
sin conceder nada a cambio
donde pudiera hablar
sin temor al que escucha detrás
atento a la denuncia
donde pudiera amar y tener hijos
que vean el sol
donde los hijos de mis hijos
vean el sol
donde pueda levantarme por las mañanas
sin el peso de los rifles
donde pueda saber que mis amigos
están en resguardo a toda hora
donde pueda cantar en coro
canciones infantiles
levantar la tierra
levantar la casa
levantar al hombre
                                        definitivamente
pero aquí
                      todo esto está por hacerse
todo esto y lo que viene antes
incendiar los montes
preparar los hombres
hacer esta guerra
                                       larga y justa

Tiempo de guerra ( Ediciones Desorden 1974)

India insurrecta

Escucharte fue descubrir el árbol

desde el interior de su corteza

la nube desde su residencia de agua

la sequía en su dimensión de flor

Habló tu risa por ti

como siempre lo has hecho y

las palabras hicieron suyas los 

cánticos más antiguos

aquellos que inventaron los

hombres al advertir por vez primera

que el sol se asomaba cada

amanecer sobre sus ojos de

noche y silencios

Y desde ese territorio es posible 

todo milagro de insurgencia

porque el vivir sobrepasa siempre

la textura de lo opaco hasta

tornar la grieta en horizonte

y la tristeza en pórtico de una

abecedario que apenas aprendemos

a escuchar

Ese es el decir que transfiguras 

en andares con los ancestros

que tejes pacientemente

hasta hacerte india insurrecta en 

compañía de tus amores de 

aire e infinito

29 de abril del 2014 

En los Trapecios de la Noche

A Cristina Castello

Caen los primeros copos
de nieve y el pájaro
carpintero sigue
picoteando su árbol
con un canto que retumba
en el viento
¿Qué nuevas partituras
escribe sobre la resina

del tiempo?

¿Qué alfabeto reinventa

el tamborín de sus sueños?

¿Sabremos alguna vez

descifrar el secreto

de su especie?

El hombre dejó olvidada

su canción en los trapecios

de la noche y el pájaro

carpintero le recuerda

que debe ir a buscarla en

los ramajes de sus cuerdas

hasta que recupere

la armonía de su canto

sin el cual jamás

alcanzará su musical

y humana condición

De : Memoria de pájaros y hombres (2017)

Y cómo no aterrarse
si la violencia no acaba aquí
ni nunca
si siguen sonando disparos
si siguen los amigos presos
si siguen llegando cartas
si la tristeza lo vuelve
a uno este nudo inútil
cómo creer
si todo esto no es más
que un juego fácil
si hallas que los que están arriba
ya no quieren que sean
si de pronto te dicen
que la montaña no es
que el fusil no debe disparar
que el color de las colinas
no tiene sentido para alguien
que la poesía no sirve
que la palabra no suena
que otras cosas se dividen
se acusan se sentencian
en medio de toda esta pasividad
o comenzamos a revelar
secretos
o esto acaba aquí
                                      definitivamente

Tiempo de guerra ( Ediciones Desorden 1974)

se aferran a un sombrero
y yo sonrío como una manera de llorar
y hablamos de peligros y de cárceles
de los amigos que están lejos
de las horas de almuerzo 
solas
porque siempre alguien está faltando
y de su arranque de ira del otro día
y del mío que me contuve
porque ya cambié suficiente
y él lo sabe
y dice que me ha perdido
como la madre
                                 que ya no me conoce
de tanto querer conocerme de otra manera
y yo ya pertenezco a otras cosas
y otros nombres y otros lugares
y estoy aquí de paso
porque también duele esta ruptura
y la cara y la historia
y la suerte que no debe repetirse
a mi también tiene una manera particular
de dolerme todo esto
tu cara
              padre
sin edad pero con tiempo
tu cara
            madre
tus manos inquietas de no agarrar
tu mirada terrible de no ver
tu estremecimiento inútil
                                                         de los días de fiebre
que son casi todos
tu sombrero
                           padre
como algo móvil entre tus manos
tu mirada húmeda
tu corbata de no estar en parte alguna
tus vuelos de meses
                                             para olvidar
mientras nosotros no olvidamos
la tristeza de todos
y yo que ya no pertenezco
que ya no soy de este tiempo de muros
que me construyo una cárcel
                                                                a mi modo
y una sangre para incendiarla
y un mundo de hierbas
y un fusil
                    porque es necesario
y una muerte
que es nuestra forma más digna de vivir
y esta revolución
                                       construida desde antes
por construir aún
padre
madre
               no fue una elección
               fue una necesidad
fue este modo de morir
y este modo de vivir
no les pido perdón
                                         pero los amo
en estos tiempos difíciles
utilizad vuestra fe para todos nosotros

Tiempo de guerra ( Ediciones Desorden 1974)

Tiempo terrible el nuestro
por este estremecimiento
que nos viene de adentro
como un río que todo lo inunda
por el estremecimiento de esta ciudad
aterrada por los muertos
húmeda encerrada en su propia garganta
somos una misma cosa
nada se lleva esta lluvia de días
nada las colinas
                                    un hombre muere
                                    un hombre mata
la ciudad es una memoria
que estallidos repentinos
conmueven a ratos

Tiempo de guerra ( Ediciones Desorden 1974)

Una temporada en el infierno

Entretanto es la víspera. 

Recibimos todos los influjos 

de vigor y de auténtica ternura. 

Y al llegar la aurora, armados de 

ardiente paciencia, entraremos 

en las espléndidas ciudades.

Arthur Rimbaud

¿Y cuál es el tiempo

del hombre?

¿El que miden las

estrellas los astros

la luna y el sol?

¿Acaso el de las

estaciones?

¿O tal vez el tiempo

que determina el alma 

mientras transcurre

su paso por estas

formas de existencia?

.

Giramos a nuestro

alrededor y sólo

conseguimos un tiempo

determinado por medidas

muy distintas

que se fijan de acuerdo

a los poderes mayores

y a los dioses recreados

una y otra vez

negociando entre unos y

otros un ejercicio de

vivir y de morir

que lo fijan valores

tan abstractos

como lo es la guerray la paz


¿Qué somos en este

estrecho intervalo en el

que nos imponen un tiempo

negado que se convierte en 

un eterno sueño inconcluso?

¿No será acaso tiempo

para renacer a un vivir

determinado por las leyes

naturales del amor?


Aquellas que configuran

el oleaje del  mar

el eterno renacer de la flor

el cambio de estaciones

y el agua que bajo

los desiertos se encarga

de reinventar la flordel cactus


Las que rigen los vientos

y las que permiten confundir

el sol y la luna en ese

estrecho abrazo de luz que

aún no aprendemos

.

La que debemos reinventar

a la medida de la humana

condición de un hombre

permanentemente abatido

Hay que ir a rescatar

ese canto que nos regalan

las colinas esas lágrimas

que aguardan que la

luz les devuelva su 

estallido de lumbre 

compartido

.

Esa sabiduría que los

antiguos quisieron inscribir

en una historia colectiva

y anónima en la que

cupieran todos los sueños

convertidos en una sonora

realidad altiva y eterna

.

Y en ese entretanto

como lo señala Rimbaud

“recibamos todos los influjos

de vigor y de auténtica

ternura.”

“Y al llegar la aurora
armados de ardiente 
paciencia entraremos en las
esplendidades ciudades”

¿Lo lograremos

alguna vez?

06/06/23

Mery Sananes (Caracas,Venezuela, 1942). Poeta. Licenciada en Letras, doctora en Ciencias Sociales y profesora titular de la Universidad Central de Venezuela. Es coordinadora de la Cátedra Pío Tamayo.

Algunas de sus obras publicadas:

 Palabra uno (1964), Tiempo de guerra (1968; 1974), Tierra de expedientes (1975), Walt Whitman, poeta de los tiempos que vendrán (Caracas: Ediciones Desorden, 1973), León Felipe: poeta de pólvora y barreno (1988), Ángel eternamente flor (1994)La trampa-engaño de la cultura. Aproximación a Luis Mariano Rivera (2006), Palabras conjugadas (Caracas,2016)Ediciones Cátedra Pío Tamayo, Colección “Recados del sol”, Memorias de pájaros y hombres (2017. Cátedra Pío Tamayo)

En una entrevista publicada en la Revista MediaIsla.net el 29 de octubre del 2016, a la pregunta ¿Por qué y para quiénes escribes?, la autora respondió :

“Escribo para traducir los milenios de silencio que llevo en mi interior. Para buscar una palabra que no hiera. Para darle voz a los hombres vulnerados y al canto de los pájaros, los grillos y los sapitos.

Para dejar el testimonio de estos tiempos, tan iguales a los de siempre, y dejar en ellos esa rendija, por donde alguna vez se cuele la lágrima de León Felipe, a través de la cual algún día alcanzaremos la luz.

Y escribo, quizás, y en definitiva, porque no sé hacer otra cosa con ese estremecimiento que no cesa de crecer en un mundo destrozado y dentro de mi corazón desvalido.”

Mery Sananes

Enlaces de interés :

Blog de la autora: https://embusteria.blogspot.com/2014/04/

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