Las campanas del valle
Tiembla el aire, desata las fragancias
si cantan las campanas
llamando a los nostálgicos
seres del valle.
.
Son locas llamaradas
tendidas a una música lejana
que sólo en sueños viene
con acento velado
por un camino tierno de amapolas
y de lento descanso.
.
Cuando nos despertamos
a saber otra ‘Vez del destierro y las lágrimas
las campanas encienden el aire del desierto
y, también desterradas,
hacia las más lejanas campanas de aquel Reino
cantan y cantan.
Foto cedida por la Sra. Edda Piaggio
Huyes de mis manos…
Huyes de mis manos,
forma del vaso sencillo y seguro:
-¡pero desde el sueño te canto
como si tú también fueras sueño!
Huyes de mis manos
por caminos que ningún pájaro conoce;
y mi voz te persigue
heroica, como un secreto fino y terco.
¿Eres sólo una voz
callada y sin recuerdo?
¡Forma del vaso sencillo,
profunda como el sueño!…
A Teresa de Jesús
La muralla de plata
erguida sobre verde y gris misterio
de tierra castellana
te está cantando en Ávila.
.
Himno de piedra, levantada pausa
nos llama a un tiempo nuevo
en el que resplandecen
-desde ceñida heráldica-
tus lúcidas moradas.
.
Un cántico extasiado
de ruiseñor asoma
entre muros de piedra,
entre las frescas flores.
¡Ay, pasos! ¡Ay, castillos! ¡Ay, prisiones!
¡Ay, alegre concierto
del corazón abierto
el nervio tenso y el sereno verso!
.
¡Aprenda yo de ti, Santa Teresa,
la límpida mirada, el alma dócil
por saber cuando llega
en un aire de heráldica remota
sobre campos del cielo,
el extasiado vuelo
de secreta Paloma
envuelta en soledad y blanco fuegol
De : Los cantos del destierro(1963)
De :Concierto de Amor (1944)
Milagro del Mar
Si está lejos el mar,
sonríes y sueño el mar:
llega por ti cantando
el escondido mar.
¡Citarista del mar!
.
Ya estoy dentro del mar;
idescanso en este mar!
¡yo misma ausente mar!
.
Y después vuelta al tiempo
del espejo y del mar
sólo Tú eres el Mar
¡ay, escondido Mar!
¡qué silencioso Mar!
.
Así me das el mar
si está lejano el mar
¡Tú, Cítara! ¡Tú, Mar!
De : Los cantos del destierro(1963)
Nocturno de cipreses
Aquí el ciprés de llama que alucina;
aquí el mar y la noche, y tú tendido
-otro mar, otro cielo aquí tendido…
¡Qué oscuro olor de noche y olas tristes!
.
Alrededor de los nocturnos riesgos
llorando oscuras lágrimas, perdido,
el escondido Amor, el dolorido,
vaga tanteando entre los cantos ciegos.
.
Ya retorna a los dentros… va cerrando
oscuras puertas que se están plegando
como la flor vencida de los libros!
.
Aquí estoy yo junto al otoño vivo!
Vengo a encerrar tu noche y tu desvelo
entre cipreses del Amor y el Sueño!
Esther y su esposo Alfredo. Foto cedida por la Sra. Marta Behrens
La infancia
Vuelve con pies descalzos en la hora silenciosa
en que yo estoy dormida.
Trae aquel oro fino
de crisoles ardientes donde yo te aprendía
y siembra entre mis sueños
su extraña joyería.
El aire antiguo y nuevo
llega desde un columpio que entre flores
iba y venía;
de un aljibe sombrío
sostenido
por dulces azulejos del estío;
… ¡de un sueño que era ráfaga
helada del abismo!
Vuelve con pies descalzos … Si me encuentra despierta
mis ojos le descubren la herida siempre abierta.
y todas mis heridas se miran en su herida
como en remoto espejo
donde sueñan por siempre las flores de mi vida.
De Tiempo y abismo (1965)
Romance de la sal
Soñé en un monte sagrado
con el sabor de tu sal
-la sal que brilla en la sombra
y da luz al almendral-.
.
Sal de vida
sal de muerte
y sal de la eternidad
-ningún tiempo le amortigua
su sabor de la Verdad.-
.
Por un alto monte blanco
por un gracioso almendral
va tu sombra
va mi sombra
al amparo de tu sal.
De : Canto desierto (1969)
Pájaros De La Muerte
Pájaros de la muerte
entre luz de cipreses
sólo son vuelo y canto.
.
El vuelo lento pasa
j ya no se ven los pájaros!
En su sitio lejano
cantan;
y llegan en secreto
al aire de cipreses
desde remoto salmo.
.
Ya el canto es alto muro
tapizado por sueños
donde la Muerte canta
su más secreto canto.
.
iAy, ya no son los pájaros!
¡Es la Muerte quien vuela!
¡Es la Muerte quien canta!
Esther Correch de Cáceres ( Montevideo. Uruguay, 4 de septiembre de 1903- Rianjo, Galicia, España, 3 de febrero de 1971). Poeta, ensayista, critica literaria y conferencista. Fue también doctora en Medicina y profesora de Literatura. Académica Nacional de las Letras desde 1961.
Hija de una familia de clase media acomodada. Fue criada en casa de su abuelo, un orfebre que le inculcó la disciplina del trabajo y la aproximó a la sensibilidad del arte y las letras. Su tío, el Dr. Luis Correch, la apoyó para que continuara los estudios e ingresara a la universidad.
Estudió en la Universidad de Mujeres de Montevideo donde se graduó en la Facultad de Medicina en el año de 1929, fue la única mujer de su promoción, y ese mismo año publicó su primer libro de poemas Las ínsulas extrañas y compaginó el ejercicio de la medicina con la docencia universitaria de literatura. Durante su época de estudiante conoció al Dr. Alfredo Cáceres, un destacado médico psiquiatra, hermano mayor de un compañero de estudios, con quien contrajo matrimonio poco después de graduarse y adoptó el apellido de su marido.
En 1938 el matrimonio Cáceres se mudó al último piso del edificio Rex, en el Centro de Montevideo, donde su hogar fue punto de encuentro para escritores, artistas e intelectuales. Tuvo gran amistad con la poeta Juana de Ibarbourou.
Esther dio numerosas conferencias sobre literatura, filosofía, arte y religión. Ocupó la Cátedra de Estética y Composición Literaria en la Facultad de Humanidades. Fue profesora de Literatura en Secundaria y en el Instituto Normal, sin abandonar su carrera médica ni su labor literaria.
En 1945 ganó la Medalla de Oro -máxima distinción concedida por el Ministerio de Instrucción Pública del Uruguay- con una Antología publicada por «Correo Literario» de Buenos Aires.
De 1945 a 1948 estudió en La Sorbona. También fue agregada cultural de la Embajada de Uruguay en Washington, y desde 1961 integró la Academia Nacional de Letras.
En enero de 1971 viajó a Nueva York con una muestra retrospectiva de Torres García para el Museo Guggenheim. De allí se dirigió a Galicia, España, a visitar a su amigo Rafael Dieste, en cuya casa falleció el 3 de febrero del mismo año. Su cuerpo fue repatriado a Uruguay y sepultado en el cementerio de Maldonado.
Autora de una vasta producción poética: (1929) , Libro de soledad (1933), Concierto de amor(1944) , Madrigales, trances, saetas (1947), Tiempo y abismo (1965) y Canto desierto (1969), son sus obras más destacadas.
Representó a Uruguay en diversos eventos intelectuales y obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1933, 1934 y 1941.
http://www.archivodeprensa.edu.uy/biblioteca/esther_de_caceres/v2/bibliografia.htm
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