15 Poemas/haikus de Kaga no Chiyo 加賀千代女

El agua se cristaliza,

las luciérnagas se apagan.

Nada existe.

¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨

Las mariposas

tambien se enojan

algunos días

¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨

En la carretera

la lluvia de hoy

semilla de manantial.

Al que la corta

le otorga su perfume.

Flor de ciruelo.

¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨

Sin renunciar de este mundo,

quisiera enseñar a mi corazón,

que fluya noche y día,

como el agua clara.

¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨

Si por la mañana se cierran

las campanillas en flor

¡Es por el odio de los hombres!

Del violeta de las nubes

al morado de los iris

se dirige mi pensamiento.

¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨

Roza

el hilo de la caña de pescar

la luna en verano.

¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨

Enredar o desenredar

el sauce

depende del viento.

Como la nieve

mi pálido reflejo

en el agua

¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨

Permanezco adherida

a mi sombrero de bambú

hasta que se vuelva mariposa.

¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨

En el altar de Buda

las violetas

inclinan la cabeza.

Sin niño que se acerque

las paredes de papel

están frias.

¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨¨

Cerrar los ojos

y olvidar el cmino

montaña en flor.

¨¨¨¨¨¨¨¨¨

¡Cuco,cuco!

toda la noche

y al final ¡la aurora!

Kaga No Chiyo 加賀千代女 (Chiyo-jo) ( Matto, Ishikawa, Japón 1703 – Matto, Japón, 2 de octubre de 1775) ) Poeta, escritora y monja budista japonesa del periodo Edo. Es considerada una de las mas grandes poetas japonesas de haikus.

Desde los siete años escribía poemas y posteriormente fué discípula de la escuela de Bashô.

Bashô fue un poeta de haiku del siglo XVII conocido como “Haisei” (Gran Maestro del Haiku), lo que significaba que ningún poeta de haiku le podía igualar.

Kaga No Chiyo se casó, tuvo un hijo y dos años después enviudó y su hijo falleció y se convirtió en monja budista.

A la edad de 52 años, Chiyo-jo fue ordenada monja budista.

Kaga No Chiyo escribió: ” No me hice monja porque estuviera desilusionada con el mundo, sino porque me ponía ansiosa por el rápido paso del tiempo’. Aún así, Chiyo-jo continuó componiendo muchos haiku después de convertirse en monja.

Pergamino colgante con el haiku “Cien calabazas del corazón de una vid” y la pintura de las Cien calabazas de Kaga no Chiyo. Foto : Cortesía del Museo Chiyo-jo Haiku.

Hay una historia que cuenta que Kaga No Chiyo queriendo mejorar su arte, llamó a un famoso maestro de haiku que visitaba en aquellos días su pueblo.

A pesar de que ella ya era una poeta de haiku reconocida no se sentía satisfecha y seguía buscando respuestas

Quería saber en que consistía un haiku genuino, un haiku que realmente mereciese ese nombre, un haiku de auténtica inspiración poética.

El maestro le dio un tema para que compusiese un haiku. 

El tema era un pájaro “el cuco” .

El Cuco es un pájaro muy querido por los poetas japoneses de haiku y waka. La característica especial de este pájaro es que canta toda la noche mientras vuela.

Después de muchos intentos que fueron rechazados por el maestro por considerar que les faltaba “alma” Chiyo, una noche, se quedo largo tiempo en contemplacion de tal forma que no se dio cuenta de que la luz del amanecer inundaba su habitación. Y fue en ese momento cuando nació el siguiente haiku :

¡Cuco, cuco!

Toda la noche

Y al final ¡La aurora!

Cuando se lo mostró al maestro, este lo aceptó de inmediato como uno de los mejores haiku escritos sobre el cuco. 

El haiku expresaba los sentimientos genuinos de su autora sobre el cuco y no había nada intelectual ni artificial en su creación. El arte genuino se había materializado desde la inspiración libre del ego.

Una ocasión en la que Chiyo-jo se hizo mas conocida fue su presentación de haiku ante una delegación coreana. En 1763, Chiyo-jo, de 61 años, presentó haiku a una delegación de enviados coreanos que llegaron a Japón para celebrar la toma de posesión de Tokugawa Ieharu (1737-1786) como Décimo Shogun. “El clan Kaga ordenó a Chiyo-jo que escribiera su propio haiku en seis pergaminos colgantes y quince abanicos, y los presentara a los enviados. Este es un ejemplo muy temprano de introducción del haiku japonés en un país extranjero en un entorno oficial. En resumen, se puede decir que Chiyo-jo desempeñó un papel pionero en el intercambio internacional a través del haiku.

La poesía de Kaga No Chiyo comparte similitudes con las obras de otros destacados maestros de haiku del período Edo, incluidos Matsuo Basho y Yosa Buson. Al igual que sus contemporáneos, Chiyo abrazó los principios budistas zen de atención plena y desapego, que son evidentes en su estética minimalista y se centran en el momento presente. A pesar de los siglos que han pasado, el haiku de Chiyo continúa resonando entre los lectores de hoy, ofreciendo una visión de la belleza perdurable del mundo natural y la universalidad de la experiencia humana.

Durante el período Meiji (1868-1912), los haiku de Kaga No Chiyo fueron traducidos e introducidos en el extranjero por el estudioso alemán de literatura japonesa Karl Florenz (1865-1939) y el filólogo inglés Basil Hall Chamberlain (1850-1935), y la fama de Kaga No Chiyo se extendió por todo el mundo.

Kaga No Chiyo nos ha legado una obra extraordinaria de 1.900 haiku. 

Yokonishi Aya, curador del Museo Chiyo-jo Haiku en la ciudad natal del poeta, la ciudad de Hakusan, prefectura de Ishikawa, dice: “Los haiku de Chiyo-jo son emotivos y revelan su rica sensibilidad y su profundo amor por la naturaleza. Seguramente sus composiciones estuvieron influenciadas por el abundante entorno natural de la zona donde nació y creció, y por la belleza de su paisaje estacional en constante cambio”.

Estatua de Kaga no Chiyo con su túnica de monja budista en el Museo Chiyo-jo Haiku

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El haiku forma parte de una familia de formas poéticas japonesas en las que se combinan versos de cinco y siete moras. La forma métrica característica del haiku (un tercetillo cuyos versos tienen 5, 7 y 5 moras, respectivamente) aparece ya en el siglo VIII con el nombre de katauta. Dos katauta formaban un mondoo, un diálogo entre dos personajes, en el que el primer katauta es una pregunta y el segundo la respuesta a la misma.

Desde finales del siglo VIII, la forma poética más común es el tanka: se trata de una canción corta formada por dos estrofas desiguales. La primera, llamada hokku, sigue el patrón característico del katauta (y del haiku): un tercetillo 5-7-5, mientras que la segunda está formada por dos versos de 7 moras. Dado su predominio, al tanka se le conoce también como waka, siendo la «canción» por antonomasia.(fuente Wikipedia).

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