12 Poemas de Gerardo Diego

El ciprés de Silos

A Ángel del Río

Enhiesto surtidor de sombra y sueño
que acongojas el cielo con tu lanza.
Chorro que a las estrellas casi alcanza
devanado a sí mismo en loco empeño.

Mástil de soledad, prodigio isleño,
flecha de fe, saeta de esperanza.
Hoy llegó a ti, riberas del Arlanza,
peregrina al azar, mi alma sin dueño.

Cuando te vi señero, dulce, firme,
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto en cristales,

como tú, negra torre de arduos filos,
ejemplo de delirios verticales,
mudo ciprés en el fervor de Silos.

De :Versos Humanos(1925)

En mitad de un verso

Murió en mitad de un verso,

cantándole, floreciéndole,

y quedó el verso abierto, disponible

para la eternidad,

mecido por la brisa,

la brisa que jamás concluye,

verso sin terminar, poeta eterno.

Quién se muriera así

al aire de una sílaba.

Y al conocer esa muerte de poeta,

recordé otra de mis oraciones.

«Quiero vivir, morir, siempre cantando

y no quiero saber por qué ni cuándo.»

Sí, en el seno del verso,

que concluya y me concluya Dios.

De: Cementerio Civil(1972)

Madrigal

A Juan Ramón Jiménez

Estabas en el agua
Estabas que yo te vi

Todas las ciudades
lloraban por ti

Las ciudades desnudas
balando como bestias en manada

A tu paso
las palabras eran gestos
como estos que ahora te ofrezco

Creían poseerte
porque sabían teclear en tu abanico

Pero

No


no estabas allí

Estabas en el agua
que yo te vi

Nocturno

A Manuel Machado

Están todas

También las que se encienden en las noches de moda

Nace del cielo tanto humo

que ha oxidado mis ojos

Son sensibles al tacto las estrellas

No sé escribir a máquina sin ellas

Ellas lo saben todo

Graduar el mar febril

y refrescar mi sangre con su nieve infantil

La noche ha abierto el piano

y yo las digo adiós con la mano

De : Manual de espumas(1924)

No verte

Un día y otro día y otro día.
No verte.

Poderte ver, saber que andas tan cerca,
que es probable el milagro de la suerte.
No verte.

Y el corazón y el cálculo y la brújula,
fracasando los tres. No hay quien te acierte.
No verte.

Miércoles, jueves, viernes, no encontrarte,
no respirar, no ser, no merecerte.
No verte.

Desesperadamente amar, amarte
y volver a nacer para quererte.
No verte.

Sí, nacer cada día. Todo es nuevo.
Nueva eres tú, mi vida, tú, mi muerte.
No verte.

Andar a tientas (y era mediodía)
con temor infinito de romperte.
No verte.

Oír tu voz, oler tu aroma, sueños,
ay, espejismos que el desierto invierte.
No verte.

Pensar que tú me huyes, me deseas,
querrías encontrarte en mí, perderte.
No verte.

Dos barcos en la mar, ciegas las velas.
¿Se besarán mañana sus estelas?

Insomnio

Tú y tu desnudo sueño. No lo sabes.

Duermes. No. No lo sabes. Yo en desvelo,

y tú, inocente, duermes bajo el cielo.

Tú por tu sueño, y por el mar las naves.

En cárceles de espacio, aéreas llaves

te me encierran, recluyen, roban. Hielo, 

cristal de aire en mil hojas. No. No hay vuelo 

que alce hasta ti las alas de mis aves.

Saber que duermes tú, cierta, segura

– cauce fiel de abandono, línea pura -,

tan cerca de mis brazos maniatados.

Qué pavorosa esclavitud de isleño,

yo, insomne, loco, en los acantilados,

las naves por el mar, tú por tu sueño.

De: Alondra de verdad.(1941)

A mis amigos de Santander que festejaron
mi nombramiento profesional.

Debiera hora deciros: —«Amigos,
muchas gracias», y sentarme, pero sin ripios.
Permitidme que os lo diga en tono lírico,
en verso, sí, pero libre y de capricho.
Amigos:
dentro de unos días me veré rodeado de chicos,
de chicos torpes y listos,
y dóciles y ariscos,
a muchas leguas de este Santander mío,
en un pueblo antiguo,
tranquilo
y frío,
y les hablaré de versos y de hemistiquios,
y del Dante, y de Shakespeare, y de Moratín (hijo),
y de pluscuamperfectos y de participios,
y el uno bostezará y el otro me hará un guiño.
Y otro, seguramente el más listo,
me pondrá un alias definitivo.
Y así pasarán cursos monótonos y prolijos.
Pero un día tendré un discípulo,
un verdadero discípulo,
y moldearé su alma de niño
y le haré hacerse nuevo y distinto,
distinto de mí y de todos: él mismo.
Y me guardará respeto y cariño.
Y ahora os digo:
amigos,
brindemos por ese niño,
por ese predilecto discípulo,
por que mis dedos rígidos
acierten a moldear su espíritu,
y mi llama lírica prenda en su corazón virgíneo,
y por que siga su camino
intacto y limpio,
y porque este mi discípulo,
que inmortalice mi nombre y mi apellido,
…sea el hijo,
el hijo
de uno de vosotros, amigos.

Yo pastor de bulevares

A Melchor Fernández Almagro

Yo pastor de bulevares

desataba los bancos

y sentado en la orilla corriente del paseo

dejaba divagar mis corderos escolares

Todo había cesado

Mi cuademo

única fronda del invierno

y el quiosco bien anclado entre la espuma

Yo pensaba en los lechos sin rumbo siempre frescos

para fumar mis versos y contar las estrellas

Yo pensaba en mis nubes

olas tibias del cielo

que buscan domicilio sin abatir el vuelo

Yo pensaba en los pliegues de las mañanas bellas

planchadas al revés que mi pañuelo

Pero para volar

es menester que el sol pendule

y que gire en la mano nuestra esfera armilar

Todo es distinto ya

Mi corazón bailando equivoca a la estrella

y es tal la fiebre y la electricidad

que alumbra incandescente la botella

Ni la torre silvestre

distribuye los vientos girando lentamente

ni mis manos ordeñan las horas recipientes

Hay que esperar el desfile

de las borrascas y las profecías

Hay que esperar que nazca de la luna

el pájaro mesías

Todo tiene que llegar

El oleaje del cine es igual que el del mar

Los días lejanos cruzan por la pantalla

Banderas nunca vistas perfuman el espacio

y el teléfono trae ecos de batalla

Las olas dan la vuelta al mundo

Ya no hay exploradores del polo y del estrecho

y de una enfermedad desconocida

se mueren los turistas

la guía sobre el pecho

Las olas dan la vuelta al mundo

Yo me iría con ellas

Ellas todo lo han visto

No retornan jamás ni vuelven la cabeza

almohadas desahuciadas y sandalias de Cristo

Dejadme recostado eternamente

Yo fumaré mis versos y llevaré mis nubes

por todos los caminos de la tierra y del cielo

Y cuando vuelva el sol en su caballo blanco

mi lecho equilibrado alzaré al cielo.

El Poeta

Qué triste es la obediencia de un planeta
buey filósofo roído de problemas
los cuernos en la niebla y fecha fija

Solución solución el hombre es hombre
porque la solución le hace poeta
y la poesía es solución regalada
por la cola de llama de un cometa

Quemándose las manos el poeta
nos bendice y nos da
la solución la absolución
completa

De:  Biografía incompleta (1953)

Soneto a Violante

Yo no sé hacer sonetos más que amando.
Brotan en mí, me nacen sin licencia.
Los hago o ellos me hacen, inocencia
de amor que se descubre. Tú esperando,

tú, mi Violante, un sueño acariciando
¿cómo quieres que yo no arda en vehemencia
y por catorce llamas de impaciencia
no exhale el alma que te está cantando?

Si yo he amado volcán, árbol y torre,
si te abraza y te abrasa y te recorre
hiedra envolvente y sangre surtidora,

si eres musa y mujer, pena y secreto,
te he de entregar celoso mi alfabeto
que de ti y de tus labios se enamora.

Sonetos a Violante, 1962.

A la disciplina

A Jorge Guillén

Azota con ahínco
mis carnes temerosas y venales,
tú, mi lira de cinco
ramales desiguales,
sángrenme tus espinas y cristales.

¿Maestro yo? Vergüenza
de tanta trampa que hago y que deshago.
Toscaza ni Provenza
ni España de Santiago
vieron jamás tan falso prestimago.

Contigo me confieso
y acudo y me sacuden tus batanes
y de mirar no ceso
mis fealdades y afanes
en tus luises espejos y sanjuanes.

Ensáñate y castiga
mi verso con tu nervio y tu revuelta,
oh música que obliga,
oh línea pura, esbelta,
oh elegancia en el aire tan resuelta.

Después cuando al trabajo
torne de mi jornada humilde en prosa,
me verás en el tajo
dispuesto a más briosa
faena, oh disciplina, firme rosa.

Odas morales, 1966.

El Rey Juan Carlos entrega el Premio Miguel de Cervantes 1979, en presencia de la Reina Sofía, al poeta Gerardo Diego, que compartió el galardón de este año con Jorge luis Borges, durante un acto solemne celebrado en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares. EFE/M.H. de León/ct

Guitarra

Habrá un silencio verde
todo hecho de guitarras destrenzadas

La guitarra es un pozo
con viento en vez de agua.

Gerardo Diego Cendoya (Santander, Cantabria, España, 3 de octubre de 1896-Madrid, España, 8 de julio de 1987). Poeta, profesor y escritor, perteneciente a la llamada Generación del 27. Miembro de la Real Academia de la Lengua Española y Premio Cervantes 1979.

Estudia Letras en la Universidad de Deusto, aunque se licencia en la Universidad de Madrid.

Su actividad literaria comienza a una edad muy temprana, publicando en 1918 su primera obra, el cuento La caja del abuelo, en El Diario Montañés de Santander. Durante estos primeros años colabora en distintas publicaciones, como la Revista Grial, la Revista Castellana y diversas revistas vanguardistas – GreciaReflector o Cervantes.

Seguidamente publicó su primer libro de poemas El romancero de la novia, Madrid, Imprenta de J. Pérez, 1920, edición del autor (tirada de cien ejemplares numerados no venales. en su colofón leemos: «Romancero de la novia fue escrito en Santander en el otoño de 1918. Modificado más tarde, se terminó la presente versión en la primavera de 1920).

 En 1920 obtiene la plaza de Catedrático de Lengua y Literatura e imparte clases como profesor de instituto en en el Instituto General y Técnico de Soria (hoy Instituto Antonio Machado), donde trece años antes había estado Machado. Llegó un 1 de abril y se instaló en la pensión “Casa de las Isidras”, en la calle Collado nº 46, como rememora una placa.  Su breve estancia en la ciudad no impidió su fuerte implicación cultural con la misma: dio varias conferencias, colaboró en la publicación local “La Cotorra”, ofreció algún recital de piano, participó activamente en el Ateneo Popular, fue socio del Casino Numancia y organizó las primeras jornadas teatrales de la ciudad. A la entrada del Casino se encuentra una escultura sedente suya de bronce, así como su espacio propio en el desván del Casino, esto es, en la “Casa de los Poetas”.

En 1922 publica Imagen, donde refleja su adhesión al movimiento poético creacionista fundado por el poeta chileno Vicente Huidobro y su admiración al poeta español Juan Larrea con quien mantenía amistad poética y humana, que ejercería de influyente consultor lírico para su amigo, como revela el epistolario entre ambos de la época. El libro justamente está dedicado a Larrea que ejerció una influencia fundamental en todo el proceso de composición del mismo. El libro se caracteriza por una evidente polimetría, aunque prevalece el uso del endecasílabo y del heptasílabo, sueltos o combinados.

Tras de Imagen y en medio todavía de la vorágine vanguardista, Diego edita para sorpresa de muchos su primera entrega de Soria,donde, como su título indica, Diego recoge la cosecha poética que su primer contacto con el paisaje natural y urbano y con las gentes de la capital castellana le había deparado.

Tras el verano de 1922, en el curso 1922-23, el poeta-profesor Diego se trasladaría a su nuevo destino en Gijón, en el instituto Jovellanos. Soria se convertiría así en un homenaje que su autor entona en el momento de la despedida.

Durante su estancia en Gijón mantiene una gran actividad literaria, fundando las revistas Carmen Lola y manteniendo contactos con el resto de los integrantes de la Generación del 27. Este grupo de poetas se da a conocer tras la publicación en 1932 de su antología Poesía española: 1915-1931.

En 1924 publica Manual de espumas, Madrid (col. Cuadernos Literarios de La Lectura, 11). Los poemas del libro fueron compuestos, con excepción del primero «primavera», en el otoño cantábrico de Diego, en 1922, año crucial para su madurez como poeta de vanguardia. Pese al pie de imprenta de finales de 1924, la edición no se dio a conocer hasta enero de 1925. El contenido del poemario tiene su directo desencadenante en el viaje que Diego hizo a parís —finalmente sin la compañía deseada de Larrea—, invitado por Huidobro, a finales del verano de 1922. Este viaje galvanizó definitivamente a Diego gracias a una educación acelerada de la mano de Huidobro en las más deslumbrantes novedades estéticas del París de la época, donde se llevaron la palma el cubismo de Gris y otros grandes pintores coetáneos y las experimentaciones poéticas del propio Huidobro. de París Diego se traería además una amistad inquebrantable en lo personal y en lo artístico con el chileno, que duraría hasta la muerte de este, lo que demuestra, una vez más, que las fidelidades de diego estaban por encima de consignas y banderías.

En 1925 publica Versos humanos, Madrid, renacimiento,(se terminó de imprimir el 30 de noviembre del citado año. El libro había recibido, junto a Mar y tierra de rafael Alberti, el Premio Nacional de Poesía de 1924).

El gran amor de Gerardo Diego fue una chica francesa, Germaine Marin. La primera vez que se cruzó con Germaine Marín se quedó fascinado por su pelo de oro de miel y sus mejillas inverosímiles de seda. Fue en unos cursos de verano en Burgos. Luego vino un segundo encuentro en la Universidad Menéndez Pelayo. El poeta no imaginaba que otro encuentro casual acabaría en boda.

Una tarde de 1933 en la que Gerardo Diego pensaba quedarse en casa, sus amigos Federico García Lorca y Luis Cernuda le animan a salir y los tres acuden a una café de la Gran Vía madrileña. En su interior estaba Germaine, de paso en Madrid. Ese encuentro del destino hizo que en junio de 1934 se casaran en la pequeña iglesia de Sentaraille, al pie del Pirineo francés. Un año después nace en Madrid su primera hija, Elena.

En los meses previos al estallido de la guerra civil española vive con su esposa y su hija en Santander donde imparte clases en un instituto. La casualidad quiso que estuviesen en Francia cuando se produjo el golpe de estado del 18 de julio. En la residencia de verano materna nació el segundo de sus hijos y permaneció la familia hasta que Santander cayó en manos franquistas.

En aquel momento era muy difícil atravesar, desde la frontera francesa, varias provincias españolas, los desplazamientos por carretera resultaban imposibles y el viaje en tren poco recomendable con niños. Así que el poeta decide regresar sólo a su ciudad natal tras la retirada del mando republicano y enfrentarse al proceso de depuración que sufrieron los funcionarios sospechosos. Como otros intelectuales, había firmado el manifiesto de la república y estaba en el punto de mira. Aunque finalmente las autoridades le devuelven la cátedra toma la decisión de trasladarse con los suyos a Madrid y comenzar a dar clase en un nuevo instituto, el Beatriz Galindo; su destino definitivo. La pareja tuvo un total de seis criaturas.

Durante los años de posguerra Gerardo Diego continúa con su actividad poética con obras como Ángeles de CompostelaAlondra de verdad o Romances.

Durante los siguientes años el poeta mantiene su intensa actividad, publicando nuevos libros, viajando y recibiendo numerosos homenajes y premios. En 1962 obtiene el Premio Calderón de la Barca por su retablo escénico El cerezo y la palmera, su incursión en el teatro.

El gran reconocimiento del autor llega en 1979 con la concesión del Premio Miguel de Cervantes, que comparte con Jorge Luis Borges.

Gerardo Diego murió el 8 de julio de 1987 en Madrid a los 90 años.

La obra de Gerardo Diego en palabras del propio autor :

«Mi obra creo yo que es difícil de juzgar, pero más que por otra cosa por (tengo yo en gran parte la culpa) dificultad de reunirla, por haberse publicadoen librucos, libritos, libros y librotes de todos los tamaños imaginables, en todas las ediciones, siempre procurando —no procurando, sino consiguiendo, sin procurarlo, claro está— el que fuesen los editores más quebradizos y más miste- riosos la mayor parte de los que editaron mis libros. de este modo han resulta- do ya un poco míticos ciertos libros míos que casi nadie ha visto y, realmente, haría falta tenerlos todos presentes, juntos, para poder juzgar mi obra poética«.

Gerardo Diego, «El autor enjuicia su obra», 1966.

Obra de Gerardo Diego

 Poesía

I-A. Libros poéticos

1920.- “El romancero de la novia

1922.- “Imagen: Poemas (1918-1921)”

1923.- “Soria: Galería de estampas y efusiones

1924.- “Manual de espumas

1925.- “Versos humanos

1931.- “Vía crucis

1932.- “Fábula de Equis y Zeda

1932.- “Poemas adrede

1940.- “Ángeles de Compostela

1941.- “Alondra de verdad

1941.- “Romances

1944.- “Iniciales

1944.- “La sorpresa: Cancionero de Sentaraille

1948.- “Soria

1949.- “La luna en el desierto y otros poemas

1949.- “Hasta siempre

1949.- “Canción al Niño Jesús y letrilla de la Virgen María

1951.- “Visitación de Gabriel Miró

1951.- “Limbo

1952.- “Dos poemas (Versos divinos)”

1953.-  “Segundo sueño

1953.- “Biografía incompleta

1954.- “Variación

1955.- “Amazona

1956.- “Paisaje con figuras

1956.- “Égloga de Antonio Bienvenida

1958.- “Amor solo

1958.- “Evasión

1959.- “Canciones a Violante

1959.- “Tántalo: versiones poéticas

1961.- “Mi Santander, mi cuna, mi palabra

1961.- “La rama

1961.- “Glosa a Villamediana

1962.- “Sonetos a Violante

1963.- “La suerte o la muerte: poema del toreo

1963.- “Nocturnos de Chopin

1964.- “El jándalo (Sevilla y Cádiz)”

1966.- “Variación 2

1966.- “Odas morales

1966.- “El Cordobés dilucidado y Vuelta del peregrino

1967.- “Preludio, aria y coda a Gabriel Fauré

1970.- “La fundación del querer

1970.- “Tres poemas a la Magdalena

1971.- “Versos divinos

1972.- “Cementerio civil

1975.- “Carmen Jubilar

1977.- “Soria sucedida

1985.- “Cometa errante


I-B. Antologías

1941.- “Primera antología de sus versos (1918-1941)”

1948.- “Poemas: Antología” (selección y prólogo de Manuel Altolaguirre)

1958.- “Antología: (Primer cuaderno, 1918-1940)”

1965.- “Poesía amorosa (1918-1961)”

1967.- “Segunda antología de sus versos (1941-1967)”

1969.- “Antología poética (1918-1969)”

1970.- “Versos escogidos

1973.- “Palma de mano abierta

1974.- “Poesía de creación

1980.- “Poemas mayores

1980.- “Poemas menores

1980.- “Imagen múltiple de Gerardo Diego

1985.- “Gerardo Diego para niños


II. Teatro

1960.- “El cerezo y la palmera


III.  Estudios, antologías y ediciones
III-A. Sobre poesía y literatura

1924. – “Égloga en la muerte de Dª Isabel de Urbina

1927. – “Antología poética en honor a Góngora: desde Lope de Vega a Rubén Dario

1932.- “Poesía española. Antología, 1915-1931”

1934.- “Poesía española. Antología (contemporáneos)”

1952.- “La Navidad en la poesía española

1948.- “Una estrofa de Lope

1956.- “Menéndez Pelayo en la historia literaria

1961.- “Nuevo escorzo de Góngora

1962.- “Concha Espina

1964.- “Lope y Ramón

1968.- “Figura y obra de Manuel LLano

1974.- “Manuel Machado, poeta

1984.- “Crítica y poesía


III-B. Sobre música y arte

1949.- “Diez años de música en España: musicología, interpretes, compositores

1949.- “La pintura de Eduardo Vicente

1962.- “Gerardo de Alvear: Sala de Exposiciones de la Dirección General de Bellas Artes

1975.- “28 pintores españoles vistos por un poeta«


*Cronología revisada por la Biblioteca Gerardo Diego del Instituto Cervantes de Bruselas y la Fundación Gerardo Diego

Enlaces de interés :

Fuente de la bio:https://www.cervantes.es/bibliotecas_documentacion_espanol/biografias/bruselas_gerardo_diego.htm

http://www.fundaciongerardodiego.com/images/La-poesia-de-gerardo-diego.pdf

http://fundaciongerardodiego.com/biblioteca

https://www.rtve.es/rtve/20141022/discurso-gerardo-diego-premio-cervantes-1979/1033887.shtml

https://elige.soria.es/entrevista-a-gerardo-diego-en-revista-de-soria-in-memoriam

http://www.fundaciongerardodiego.com/images/La-poesia-de-gerardo-diego.pdf

http://www.soria-goig.org/senderos/autores/gerardod2.htm

Biblioteca Gerardo Diego en Santande. Como «biblioteca de autor» conserva: primeras ediciones, ejemplares firmados, dedicados y anotados, y ejemplares con material inserto: recortes de prensa, invitaciones, fotografías, tarjetas de visita, cartas, poemas o textos manuscritos.

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