9 Poemas de Esther de Cáceres

Las campanas del valle

Tiembla el aire, desata las fragancias

 si cantan las campanas

llamando a los nostálgicos

seres del valle.

.

Son locas llamaradas

tendidas a una música lejana

que sólo en sueños viene

con acento velado

por un camino tierno de amapolas 

y de lento descanso.

.

Cuando nos despertamos

a saber otra ‘Vez del destierro y las lágrimas

las campanas encienden el aire del desierto

y, también desterradas,

hacia las más lejanas campanas de aquel Reino

cantan y cantan.

Foto cedida por la Sra. Edda Piaggio

Huyes de mis manos… 

Huyes de mis manos, 

forma del vaso sencillo y seguro: 

-¡pero desde el sueño te canto 

como si tú también fueras sueño! 

Huyes de mis manos 

por caminos que ningún pájaro conoce; 

y mi voz te persigue 

heroica, como un secreto fino y terco. 

¿Eres sólo una voz 

callada y sin recuerdo? 

¡Forma del vaso sencillo, 

profunda como el sueño!…   

A Teresa de Jesús

La muralla de plata

erguida sobre verde y gris misterio

de tierra castellana

te está cantando en Ávila.

.

Himno de piedra, levantada pausa

nos llama a un tiempo nuevo

en el que resplandecen

-desde ceñida heráldica- 

tus lúcidas moradas.

.

Un cántico extasiado

de ruiseñor asoma

entre muros de piedra,

entre las frescas flores.

¡Ay, pasos! ¡Ay, castillos! ¡Ay, prisiones!

¡Ay, alegre concierto

del corazón abierto

el nervio tenso y el sereno verso!

.

¡Aprenda yo de ti, Santa Teresa,

la límpida mirada, el alma dócil

por saber cuando llega

en un aire de heráldica remota

sobre campos del cielo,

el extasiado vuelo

de secreta Paloma

envuelta en soledad y blanco fuegol

De : Los cantos del destierro(1963)

De :Concierto de Amor (1944)

Milagro del Mar

Si está lejos el mar, 

sonríes y sueño el mar:

llega por ti cantando 

el escondido mar.

¡Citarista del mar!

.

Ya estoy dentro del mar; 

idescanso en este mar!

¡yo misma ausente mar!

.

Y después vuelta al tiempo

del espejo y del mar

sólo Tú eres el Mar

¡ay, escondido Mar!

¡qué silencioso Mar!

.

Así me das el mar

si está lejano el mar

 ¡Tú, Cítara! ¡Tú, Mar!

De : Los cantos del destierro(1963)

Nocturno de cipreses

Aquí el ciprés de llama que alucina;

aquí el mar y la noche, y tú tendido

-otro mar, otro cielo aquí tendido…

¡Qué oscuro olor de noche y olas tristes!

.

Alrededor de los nocturnos riesgos

llorando oscuras lágrimas, perdido,

el escondido Amor, el dolorido,

vaga tanteando entre los cantos ciegos.

.

Ya retorna a los dentros… va cerrando

oscuras puertas que se están plegando

como la flor vencida de los libros!

.

Aquí estoy yo junto al otoño vivo!

Vengo a encerrar tu noche y tu desvelo

entre cipreses del Amor y el Sueño!

Esther y su esposo Alfredo. Foto cedida por la Sra. Marta Behrens

La infancia

Vuelve con pies descalzos en la hora silenciosa

 en que yo estoy dormida.

Trae aquel oro fino

de crisoles ardientes donde yo te aprendía

y siembra entre mis sueños 

su extraña joyería.

El aire antiguo y nuevo

llega desde un columpio que entre flores

iba y venía;

de un aljibe sombrío

sostenido

por dulces azulejos del estío;

… ¡de un sueño que era ráfaga

helada del abismo!

Vuelve con pies descalzos … Si me encuentra despierta

mis ojos le descubren la herida siempre abierta.

y todas mis heridas se miran en su herida

como en remoto espejo

donde sueñan por siempre las flores de mi vida.

De Tiempo y abismo (1965)

Romance de la sal

Soñé en un monte sagrado

con el sabor de tu sal

-la sal que brilla en la sombra

 y da luz al almendral-.

.

Sal de vida

sal de muerte

y sal de la eternidad 

-ningún tiempo le amortigua

su sabor de la Verdad.-

.

Por un alto monte blanco

por un gracioso almendral

va tu sombra

va mi sombra

al amparo de tu sal.

De : Canto desierto (1969)

Pájaros De La Muerte

Pájaros de la muerte

entre luz de cipreses

sólo son vuelo y canto.

.

El vuelo lento pasa

j ya no se ven los pájaros!

En su sitio lejano

cantan;

y llegan en secreto

al aire de cipreses

desde remoto salmo.

.

Ya el canto es alto muro

tapizado por sueños

donde la Muerte canta

su más secreto canto.

.

iAy, ya no son los pájaros!

¡Es la Muerte quien vuela!

¡Es la Muerte quien canta!

Esther Correch de Cáceres ( Montevideo. Uruguay, 4 de septiembre de 1903- Rianjo, Galicia, España, 3 de febrero de 1971). Poeta, ensayista, critica literaria y conferencista. Fue también doctora en Medicina y profesora de Literatura. Académica Nacional de las Letras desde 1961.

Hija de una familia de clase media acomodada. Fue criada en casa de su abuelo, un orfebre que le inculcó la disciplina del trabajo y la aproximó a la sensibilidad del arte y las letras. Su tío, el Dr. Luis Correch, la apoyó para que continuara los estudios e ingresara a la universidad.

Estudió en la Universidad de Mujeres de Montevideo donde se graduó en la Facultad de Medicina en el año de 1929, fue la única mujer de su promoción, y ese mismo año publicó su primer libro de poemas  Las ínsulas extrañas y compaginó el ejercicio de la medicina con la docencia universitaria de literatura.  Durante su época de estudiante conoció al Dr. Alfredo Cáceres, un destacado médico psiquiatra, hermano mayor de un compañero de estudios, con quien contrajo matrimonio poco después de graduarse y adoptó el apellido de su marido.

En 1938 el matrimonio Cáceres se mudó al último piso del edificio Rex, en el Centro de Montevideo, donde su hogar fue punto de encuentro para escritores, artistas e intelectuales. Tuvo gran amistad con la poeta Juana de Ibarbourou.

Esther dio numerosas conferencias sobre literatura, filosofía, arte y religión. Ocupó la Cátedra de Estética y Composición Literaria en la Facultad de Humanidades. Fue profesora de Literatura en Secundaria y en el Instituto Normal, sin abandonar su carrera médica ni su labor literaria.

En 1945 ganó la Medalla de Oro -máxima distinción concedida por el Ministerio de Instrucción Pública del Uruguay- con una Antología publicada por “Correo Literario” de Buenos Aires. 

De 1945 a 1948 estudió en La Sorbona. También fue agregada cultural de la Embajada de Uruguay en Washington, y desde 1961 integró la Academia Nacional de Letras.

En enero de 1971 viajó a Nueva York con una muestra retrospectiva de Torres García para el Museo Guggenheim. De allí se dirigió a Galicia, España, a visitar a su amigo Rafael Dieste, en cuya casa falleció el 3 de febrero del mismo año. Su cuerpo fue repatriado a Uruguay y sepultado en el cementerio de Maldonado.

Autora de una vasta producción poética: (1929) , Libro de soledad  (1933),  Concierto de amor(1944) ,  Madrigales, trances, saetas  (1947), Tiempo y abismo (1965) y Canto desierto (1969), son sus obras más destacadas.

Representó a Uruguay en diversos eventos intelectuales y obtuvo el Premio Nacional de Literatura en 1933, 1934 y 1941.

Enlaces de interés :

http://www.archivodeprensa.edu.uy/biblioteca/esther_de_caceres/textos/bibliografia/edc-tiempoyabismo.pdf

http://www.archivodeprensa.edu.uy/biblioteca/esther_de_caceres/textos/bibliografia/edc-cantodesierto.pdf

http://www.archivodeprensa.edu.uy/biblioteca/esther_de_caceres/v2/bibliografia.htm

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