Esta página es de poesía pero también queremos dar presencia a algunas mujeres que, aunque no escribieron poesía, o no destacaron por ser poetas, su voz como mujeres, pioneras y/o escritoras es tan importante que creemos deben ser incluidas.
Este es el caso de gran Hiratsuka Raichō, una de las primeras líderes del movimiento feminista de Japón, cofundadora en 1911 de Seitō, la primera revista literaria japonesa dirigida únicamente por mujeres.
Una de nuestras Imprescindibles.
Hiratsuka Haru (más adelante adoptaría el seudónimo literario Raichō)(Tokio, Japón, 10 de febrero de 1886-24 de mayo de 1971, Tokio, Japón). Escritora, pensadora, feminista, periodista y pacifista.
Haru nació en una familia de clase media alta, descendientes de Samurais. Su madre Tokugawa Tsuyu, provenía de una familia de médicos y había disfrutado de una educación relativamente rica. Dominaba la danza y el shamisen, pero su marido le prohibió tocar shamisen en casa porque no le gustaba la música en casa. Era conocida como una mujer japonesa muy elegante y leal que seguía rituales y al mismo tiempo educaba a sus hijos e incluso a sus sirvientes sobre los modales y la apariencia. Solía usar ropa de estilo occidental hasta que la ola de rechazo a la cultura occidental aumentó en Japón. Su padre Hiratsuka Sadajirō, era hijo de un Samurai. Era un hombre de rutina que siempre leía los Edictos Imperiales y las Prescripciones Imperiales sobre Educación diariamente por la mañana (esto era particularmente exclusivo del Gobernador Meiji). Conocía el idioma alemán desde muy joven gracias a que se relacionó con personal militar y estudió alemán en el Gaikokugo Daigaku de Tokio para aprender un alemán más académico y práctico. Después de la muerte del abuelo de Raichō, se convirtió en funcionario Meiji y trabajó en la Junta de Auditoría de Japón hasta su jubilación. Utilizó sus conocimientos del idioma alemán cuando viajó a Europa para realizar una investigación contable y recopilar información que le ayudaría a establecer la legislación contable japonesa.
La forma de vida de su familia cambió drásticamente cuando se declaró la Constitución Meiji en el año 1889 y las ideas occidentales comenzaron a ser rechazadas por el gobierno. Su madre ya no vestía ropa occidental y optó por usar un kimono tradicional. Su casa también se transformó y giró hacia una estética de estilo más japonés que el estilo occidental con el que creció. El rechazo de su padre hacia la cultura occidental se hizo evidente al no permitir que Haru estudiara inglés en la escuela secundaria y la universidad a pesar de que solía enseñar inglés tanto a su hermana como a ella cuando eran pequeñas.
Hiratsuka Haru disfrutó un estilo de vida privilegiado, pero su obligación, como el de todas las jóvenes de entonces, era casarse y tener hijos. Hiratsuka se opuso desde muy pequeña al tipo de vida tradicional. En 1898, a la edad de doce años, ingresó en Ochanomizu Joshi Gakkō, donde los educadores priorizaban el lema “buena esposa, madre sabia”. Era excelente estudiante y alumna rebelde que cuestionaba la moral imperante por lo que mas de una vez fue expulsada de clase. En su biografía describió sus días escolares como miserables y se sentía como si fuera un pequeño pájaro atrapado en una pequeña jaula. Fue su padre quien la obligó a ir allí. Incluso afirma en su propia autobiografía: “Me sentí tan reprimida bajo la educación formal y decidí formar un grupo con mis amigos llamado Kaizokugumi (Grupo Piratas) para expresar mi sentimiento de rebelión contra la escuela y mi padre”.
A los 17 años su padre le permitió inscribirse en el Colegio de Mujeres de Japón para estudiar economía familiar. Aunque quería aprender literatura inglesa en la universidad, su su padre no se lo permitió y, en cambio, la obligó a aprender a hacer tareas domésticas. Pero Haru aprovechó esta oportunidad para devorar toda la literatura que estaba a su alcance. Aprendió historia japonesa y europea, filosofía oriental y arte occidental
En 1905, descubrió el Budismo Zen a través del cual encontró la “iluminación” y “liberación espiritual”, según sus propias palabras. Esta filosofía la acompañaría el resto de su vida. Se gradúa con 20 años del Colegio de Mujeres y en 1907 se matricula en la Escuela de Inglés para Mujeres, idioma que le abrió las puertas a un nuevo mundo de literatura. También se unió a la Sociedad Literaria Keishū,«Keishū Bungakakai» (Sociedad Literaria para Mujeres Extraordinarias), grupo de estudios sobre literatura de mujeres organizado por el escritor y traductor Ikuta Chōkō, donde tuvo como tutores a la gran poeta y feminista Akiko Yosano y al mismo Ikuta Chōkō, grandes influencias a lo largo de su vida. Hiratsuka desarrollara sus habilidades con la pluma, escribiendo sus primeros ensayos, tanka (poesía clásica) y haiku (poesía breve). Poco tiempo después, Hiratsuka vivió un escándalo del que se harían eco los periódicos de la época al fugarse con un hombre casado, el escritor Morita Sōhei, profesor suyo y su primer amor. En 1908 intentó suicidarse, en las montañas de Shiobara (Tochici, Kantō, Honshū, Japón), junto con Morita Sōhei; este escandaloso intento de shinjū (doble suicidio amoroso) de dos personas bien educadas, que puso de manifiesto su relación amorosa, para algunos «platónica», despertó la crítica generalizada y la marcó como mujer «rebelde» e «inconformista». Este acto suyo también fue visto por sus colegas y amigos cercanos como un acto de rebelión para desafiar el sistema familiar japonés porque no se consideraba normal que las hijas solteras de la clase media alta tuvieran alguna relación social con hombres fuera de su familia.
Tras ese episodio, conocido como «Incidente de Shiobara», la «Keishū Bungakakai» fue disuelta.
La prensa la atacó vilmente, catalogándola de mujer adúltera y una desgracia para su familia. Un comentarista dijo que ella era una amenaza social que envenenaba las mentes de mujeres jóvenes inocentes. Debido al incidente de Shiobara, su familia fue severamente castigada (su padre fue obligado a renunciar) y ella era conocida como una niña que había deshonrado a su familia. El incidente también tuvo como resultado la eliminación de su nombre de la lista de asociaciones de exalumnas del Japan Women’s College, ya que la institución consideraba que ella no era un buen ejemplo para otras mujeres.
Finalmente Raichō regresó a casa y se alejó un tiempo del mundo. Se refugió en la filosofía zen y continuó su educación de forma autodidacta y siguió estudiando inglés. Raichō sufrió estrés y acoso durante meses no sólo en forma de prensa sino incluso a través de cartas enviadas a su casa. Ella enfrentó las críticas y las enfrentó de frente, escuchando a las mujeres que la apoyaron y dándose cuenta de que ella no era la única mujer descontenta con el sistema . Este evento fue uno de los incidentes en la vida de Raichō que la desarrollaron y moldearon como feminista.
En esa época entró en la Escuela Narumi de Mujeres, donde, a principios de 1911, fundó, por recomendación de Ikuta Chōkō, con otras compañeras (Yasmochi Yoshiko, Mozume Kazuko, Kiuchi Teoko, Nakano Hatsuko e Hideko Fukuda), la sociedad Seitōsha, que quería promover la creatividad literaria entre las mujeres.
En 1911 Haru se embarcaba en una empresa que cambiaría para siempre su vida. Fundó Seito, también llamada Bluestocking, la primera revista literaria creada por mujeres en Japón. La palabra Bluestocking hacia referencia al grupo intelectual femenino Bluestocking Society, que surgió en la Inglaterra del siglo XVIII, donde se debatían temas relacionados con las mujeres y la literatura.
El primer número arrancaba con el editorial titulado ‘Genshi josei wa taiyō de atta’ (En el principio la mujer era el sol) una cita que recogía el sentimiento feminista en su país y el resto del mundo:
“Al principio, la mujer era verdaderamente el sol. Una persona auténtica. Ahora ella es la luna, una pálida y enfermiza luna, dependiente de otro, reflejando el brillo de otro“.
Esta cita ha inspirado los movimientos feministas de mujeres en Japón y luego se convirtió en su eslogan.
Seito se convirtió en el altavoz del pensamiento feminista y en un foro de reflexión sobre todos los asuntos que concernían a la libertad de las mujeres en la sociedad. Seito sería el detonante del movimiento feminista. Consciente del impacto que podría provocar en su propia familia, sobre todo en su padre, fue entonces cuando asumió el apodo Raichō, que significa ave de trueno. La revista fué un éxito absoluto ya que mientras que las revistas de la época para mujeres se limitaban a asuntos del hogar, Seitō contenían ensayos, poemas, relatos, reseñas y críticas literarias, así como notas editoriales, y todas firmadas por mujeres. En los artículos se trataron lo que eran considerados temas tabú, como el derecho al voto, la sexualidad femenina, el lesbianismo, la virginidad, el aborto , la maternidad, la prostitución, los matrimonios concertados, las agresiones machistas, el patriarcado, etc.
Reunión de la Seitōsha en el domicilio de Iwano Kiyoko en el barrio de Sugamo de Tokio (primavera de 1916). De derecha a izquierda: Hiratsuka Raichō, Yasumochi Yoshiko, Araki Ikuko, Nakano Hatsuko, Iwano Kihyoko y Kobayashi Katsuko
En la revista también colaboraron Yosano Akiko y Yoshiya Nobuko, entre otros. La publicación dio lugar a un gran debate en la sociedad japonesa, dividida entre defensores y detractores y fue censurada en distintas ocasiones. La respuesta de determinados sectores fue tan violenta que su domicilio fue continuamente apedreado y algunas de sus colaboradoras despedidas de sus respectivos trabajos. Los detractores de Seitō definieron a sus seguidoras de Mujeres Nuevas como un insulto y ellas se apropiaron del calificativo como un honor.
Eventualmente, las creadoras de Seitō debieron abandonar la revista para salvaguardar a sus familias. La controversia alrededor de sus vidas así como el inicio de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) hizo que las ventas inevitablemente cayeran.
Muy pronto, Hiratsuka era la única editora sacando las 12 ediciones anuales. Para 1915, el estrés la obligó a delegar esta función a su compañera Itō Noe.
La última etapa de la revista fue dirigida por la anarcofeminista Noe Itō, que le dio un cariz mucho más anarquista y radical, y dejó de publicarse en febrero de 1916.
Primera edición de Seitō, diseñada por Chieko Naganuma. La portada original muestra la figura estilizada de una mujer delineada en marrón oscuro sobre un fondo crema.
En 1914 Hiratsuka Raichō inició una relación amorosa con el artista Okumura Hiroshi, con quien tuvo dos niños fuera del matrimonio, a quienes registró con orgullo como ilegítimos. Raichō se centró principalmente en criar a sus dos hijos, Akemi (hija) y Atsushi (hijo), además de las tareas de ama de casa y cuidar de Okumura Hiroshi (su pareja), ya que tenía tuberculosis en el año de 1915 cuando tenía 29 años.
La pareja se casaría en 1941 para no comprometer el futuro de sus hijos.
Hiratsuka Raichō y su pareja Okumura Hiroshi
En esa época de crianza y cuidados Raicho, siempre que tenía tiempo libre, escribía artículos sobre cuestiones de la mujer para generar ingresos para la familia. Este fue un momento desafiante para ella y resultó en una reflexión sobre cómo se había visto a sí misma como feminista en sus días de Seitō. Se da cuenta de la verdadera lucha que las mujeres tienen que enfrentar cuando están cuidando a los niños. Su experiencia de maternidad le hace revisar su punto de vista anterior sobre el empoderamiento femenino ya que no tenía las mismas luchas que tiene como madre. Pudo resonar con las teorías de la feminista Ellen Kai quien defendía que es responsabilidad del Estado proteger a las madres brindándoles asistencia financiera (como el cuidado de los niños). En 1918 y 1919, se desató un acalorado debate sobre los pros y los contras de que el Estado protegiera la maternidad con Yosano Akiko (destacada poeta, ensayista y comentarista de mujeres). Este altercado se conoció como bosei hogo ronso (controversia sobre la protección de la maternidad) y Yosano Akiko escribió un artículo ‘Bosei hencho o haisu‘ (Me niego a enfatizar demasiado el significado de la maternidad) al que Raichō respondió con un artículo titulado “Bosei no shucho ni tsuite Yosano Akiko-shi ni atau” (Desafío las ideas de Yosano Akiko sobre la maternidad).
Yosano que fue madre de once hijos además de destacada poeta y ensayista no estaba de acuerdo con las ideas de Ellen Kay y afirma que las mujeres no deben asumir roles que no pueden equilibrar con la maternidad. Además, no sólo la madre es responsable del niño, sino que el padre también desempeña un papel importante en la crianza del niño. En resumen, Yosano valora la independencia económica de la mujer y desprecia cómo las mujeres dependen de los hombres, especialmente financieramente, a cambio de “actividades procreadoras”, en otras palabras, sexo. No está de acuerdo con las ideas occidentales de que el Estado debería proporcionar apoyo financiero a las mujeres y aconseja a las mujeres que no dependan de nadie (del Estado ni del marido). Raichō no estuvo de acuerdo y afirmó que Yosano malinterpretó las teorías de Key; en cambio, no es esencial que las mujeres se conviertan en madres ni es egoísta para las mujeres que no están dispuestas a tener hijos. Raichō enfatiza que Key defiende que corresponde a la mujer elegir si quiere tener hijos o no. Raichō estaba a favor de una compensación estatal (siguiendo muy de cerca las ideas de Key) mientras que Yosano no estaba de acuerdo con ello. Este debate preparó un escenario para muchas discusiones futuras sobre cuestiones de las mujeres, como el sufragio femenino, el empleo y la independencia económica.
Hiratsuka Raichō y Okumura Hiroshi, con su hijo Atsubumi y su hija Akemi, en su domicilio del barrio de Sendagaya de Tokio (ca. 1923)
En 1920, después de realizar una investigación sobre las condiciones laborales de las mujeres en las fábricas textiles de Nagoya (Aichi, Chūbu, Honshū, Japón), Raichō decidió fundar, muy influenciada por los movimientos feministas europeos, con las activistas Ichikawa Fusae y Oku Mumeo, la Shin Fujin Kyōkai (Asamblea de Mujeres Nuevas), para reivindicar el sufragio femenino, y editaron la revista Josei Domei (Alianza de las Mujeres). Debe tenerse en cuenta que desde 1900 estaba prohibido a las mujeres afiliarse a cualquier organización política, así como asistir a reuniones feministas; esta ley fue abrogada en 1922 y Josei Domei tuvo mucho que ver en esa resolución.
En esta época colaboró en la revista anarquista Fujin Sensen (Mujeres en la Línea del Frente) y formó parte de la Liga de Mujeres Proletarias. Partidaria del movimiento eugenésico de cariz libertario, llevó a cabo una campaña controvertida para prohibir que los hombres con enfermedades venéreas pudieran casarse; esta campaña, que incidía mucho en el efecto perjudicial de las enfermedades venéreas en la «raza» japonesa, fue tachada por algunos de «racista». A pesar de sus esfuerzos, el cambio por el sufragio femenino no fue aprobado porque todavía había un consenso público de que el sufragio debía limitarse al masculino. El caso de restringir el matrimonio de hombres con enfermedades venéreas también fracasó ya que la petición fue criticada por restringir únicamente el matrimonio de hombres. El trabajo de estas mujeres allanó el camino para lograr el sufragio femenino en 1945.
En 1938, en plena guerra sinojaponesa, cuando el Estado japonés ejerció un control más duro sobre la sociedad y la carestía de la vida aumentó, se trasladó con su familia al campo, donde se hizo vegetariana y se dedicó a hacer de campesina , reivindicando el anticonsumismo absoluto. Durante la II Guerra Mundial abandonó un poco la militancia, debido a la tuberculosis de su compañero, y se dedicó, además de a la agricultura, a organizar conferencias ya escribir.
Después de la guerra, en plena Guerra Fría, se acercó, sin militar, al Partido Comunista Japonés (PCJ) y destacó por su compromiso con el movimiento por la paz. En 1950, con la escritora Nogami Yaeko y tres miembros del movimiento feminista japonés, al día siguiente del desencadenamiento de la guerra de Corea, viajó a EE.UU. para presentar ante la secretaria de Estado estadounidense Dean Acheson una propuesta de paz, abogando por un Japón neutral y pacifista.
En 1951, a raíz de un tratar de paz entre 48 naciones no comunistas, denunció la ocupación de Okinawa y la presencia militar estadounidense en Japón. Su lucha por los derechos de las mujeres la llevó a fundar en 1953, con Nogami Yaeko y Chiriro Iwasaki, la Nihon Fujin Dantai Rengokai (Federación Japonesa de Organizaciones de Mujeres), que dirigió hasta su muerte. También fue vicepresidenta de Women’s International Democratic Federation (WIDF, Federación Democrática Internacional de Mujeres), responsable de la World Mothers Conference (Conferencia Mundial de Madres) y miembro del Comité de Seven for World Peace (Comité de los Siete por la Paz Mundial).
En octubre de 1962 creó la Asociación de Mujeres del Nuevo Japón. Durante su vida escribió más de cuarenta libros, algunos de ellos prohibidos por el Estado nipón.
En 1970 se le diagnosticó un cáncer en la vesícula biliar y consciente de que le quedaba poco tiempo de vida, continuó en la lucha hasta el último momento y escribió sus memorias en cuatro volúmenes, que tituló Genshi, josei wa taiyō de atta ( Al principio, la mujer era el Sol), que era el encabezamiento de la revista Seitō.
Hiratsuka Raichō murió el 24 de mayo de 1971 en el barrio de Sendagaya de Tokio (Japón) y fue enterrada en el cementerio de Shunjuen de Kawasaki (Kanagawa, Kantō, Honshū, Japón).
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Fuentes de la bio : http://www.estelnegre.org/documents/raicho/raicho.html https://hiratsukaraicho.wordpress.com/blog/
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