Siempre en el poema
yo escucharé el silencio
antes que la palabra
abrevaré en su propia boca
entonces nacen las cosas
las palabras el mundo
digo: siempre en el poema
escucharé el silencio antes que las palabras
y tú respondes: si existe un dios
es allí donde habita
yo descubro la exacta vertiente
de la sombra y de la luz
donde termina donde comienza
y el silencio palpita como el mar
en su vientre de sal
palpita como el ala de un pájaro
domesticando lentamente el cielo
como el viento la tierra la vida
y si existe un dios sí
es allí donde habita
Cuerpo de mujer
cuerpo de mujer
cual posible jardín
esperanza de lugar
con sus frutos plenos
sus comienzos múltiples
su parte de eternidad
la luz secreta
de su sombra incendiada
sobre el columpio de la tierra
ella vacila ya
con todo el peso de la noche
en su faz sombría
la noche se implanta
yo soy la vida dice ella
yo invento
En los signos azules
En los signos azules
de una piedra
en las pestañas transparentes de una nube
en el surco de las palabras
en los jardines rojos
del oeste
en el horizonte secreto
guardado en el gran fondo de las pupilas
como un recuerdo de mar
y de albas blancas
en los intervalos de silencio
que atraviesa el espacio
como un soplo
el universo nacido de nada
nos ofrece lectura
Las arenas funámbulas
Un día lo sé la página
no traducirá ya el silencio
en lenguaje humano
las propias palabras
no llamarán más a mi puerta
el tiempo me verá morir
lejos tal vez del mar
que abraza el horizonte
la estrella que brilla para mí
se extinguirá lentamente
la noche me replegará sosegada
en el huevo negro de la muerte
entonces se acordarán de mí
el alba de mi primera infancia
el árbol venerable que me vio partir
y todos los pájaros
que atravesaron mi cielo
cuando mi sombra
sea alcanzada por la luz
sabré que ella fue la réplica
exacta de mi misma
sólo una sombra de carne
puede caminar por la tierra
Para quien nació cerca del mar siempre el cielo será reflejo de aquella otra parte que nos ha formado la memoria es vasta como el mundo ésta no es una ausencia tú me acompañas como jamás me ha dejado el canto de la mar en sus espirales de nácar cuando tú vengas (porque tú vendrás) es fuera del tiempo de los hombres tú habrás hecho tu duelo de las nubes como cada día la tierra se anudará a la luz tú vendrás y quizás serás tú el último serás tú el primero el mundo es vasto como la memoria a veces me pregunto quién habla por mi boca quién hace éste sueño antes del alba o entre el milagro del día quién transcribe las palabras sobre la página me sopla los silencios troquela mis noches en cuartos y condensa el rumor del mundo en un suspiro de mujer cuando yo venga (porque yo vendré) ignoraremos el claro de luna helado el rosario de los días y de las noches extendidos entre la palma luminosa del sol no sabremos más nada del mundo y lo conoceremos todo estaremos tan lejos de él que estaremos muy cerca el tiempo que dura un vistazo alargaremos el tiempo nos recordaremos nos olvidaremos reviviremos el tiempo de infancia seremos parlanchines seremos mudos nos enraizaremos en las venas de la luz cuando tú vengas (porque tú vendrás) será para nuevos nacimientos cerraremos las pupilas gemelas del sueño seguiremos con la mirada navíos invisibles contando hasta siete siete veces y seremos pacientes impacientes tormentosos apacibles porque de la palabra al silencio y del silencio al aliento habremos estado muy cerca de abolir el tiempo vértigo despertares secretos has tomado el lugar del día y el de la noche desde entonces temo la prueba y la multiplicación de las horas rota sobre el espejo de tu cielo soy una estrella muerta una impronta vacía un reflejo voy al azar desligada de la tierra me miro vivir con los ojos cerrados sobre los espejismos sin consecuencia del mundo y permanezco sin excusa caigo entre el eco impreciso del silencio mientras que incineran mis sombras que existían sin mi no vuelvo la cabeza más que al llamado de mi nombre yo bordeo lo imprevisible el sufrimiento se burla de mí el día la noche me hacen falta la espera desposa la soledad y la sombra que desciende sobre mi rodea de negro mis ojos yo me corono de indiferencia y lloro arco iris inconcebibles tengo bajo la lengua un delirio de palabras que uno no se imagina y que solo libera el vértigo transparente de los pájaros estoy por fuera del espacio ya no se saludar el tiempo Traducción Rafael Patiño
Habito esta casa
Habito esta casa
este dominio
de derecho camino
este carril del tiempo
este movimiento
este punto donde como un sol
infla y se reabsorbe
el instante
habito mi parte de vivir
la causa perdida del ausente
el eco y la edad de la mañana
la voz que dice el amor
el otro ritmo de las islas
habito el nombre secreto
de cada cosa
las palabras
el surgimiento
el destello provocado
por sus metamorfosis
habito el vuelo la angustia
y el reposo
la otra orilla
donde fusionan los contrarios
y esta intersección de palmas
donde se despliega el canto
habito las llenas
colinas del día
y las revelaciones de la noche
habito todos los tiempos
aquel de entera inocencia
y aquel que sobrevive
al inesperado mañana del poema
habito en las franjas del mundo
en la espuma y el viento
este imposible lugar
a las puertas del silencio
sombra a la luz
dando cuerpo a la sombra
y forma a la forma
soy
y no soy aún
Al igual que en la otra lengua
se oculta el secreto de las vocales
signos invisibles que el ojo recrea
yo inauguro la pérdida de un rostro
el ojo es una estrella en un cielo negro
una lágrima de luz traza su surco
en la claridad que el día traerá
el filo de los cuerpos cortará el espacio
llevamos el recuerdo de una orilla antigua
se consume la antorcha del tiempo
el ser refugiado en el ser busca su sombra
lenguaje perfecto del silencio
me empeño en hacer que reviva
el pasado en mi ojo izquierdo
el ojo derecho que el sol ilumina
se inventa un futuro incierto
no concibo la tierra sin el cielo
la luz sin el sacrificio de las tinieblas
el agua sin la sed de las piedras
el poema sin el ser el lugar sin la búsqueda
conozco lo absoluto del círculo y su tensión
la noche y la iluminación la sombra
y el umbral el fuego y el símbolo del fuego
soy mil soy una
comienzo y me recomienzo
en el infinito de las metamorfosis
en el inagotable calendario del tiempo
accedo a tu séptimo día
Traducción Ros de Aragón
La tierra es asilo
La tierra es asilo
de la mar amorosa
las piedras tienen la memoria
de los grandes fuegos subterráneos
sus voces partidas en astillas
exigen nuestros territorios
sobre el agua fluida de un murmurio
que corre bajo las pieles
entre la transparencia y lo oscuro
¿te acuerdas de la luz?
cortejos de soles
idilio del cielo y del desierto
homenaje rendido a las arenas
frescos paisajes
nacen de dedos tercos
que confunden los ciclos
las estaciones los devuelven
a los orígenes del color
Yo soy niña y libre
Yo soy niña y libre
de habitar domingos eternos
en el sol posado sobre el horizonte
en la claridad de todas las cosas
la tierra contempla sus estaciones
yo no tengo lugar ni domicilio
la vida está en todas partes y en ninguna
de la cisterna del patio la abuela saca
el agua para la albahaca y la menta
muele la sal y las especias
libra su combate cotidiano con la realidad
la brisa abulta las listas de la cortina
la lámpara brilla todavía
yo juego del otro lado de las imágenes
en los jardines de mi padre
los árboles cargan frutos antiguos
cuchichean en la lengua de los pájaros
el agua de los pozos canta dentro de los surcos
bajo mi paso nacen los caminos de arena
estoy en la inocencia del día
puro comienzo sin antes ni después
de una casita construida como un bote
me dejo llevar por la emoción azul
un ballet de hipocampos roza
las estrellas caídas del cielo
los erizos ornan las rocas
las algas titilan en mi puño
solo vive el instante en lo que yo contemplo
Yo soy niña y libre
no tengo lugar ni domicilio
vasto es el horizonte cuando el mundo
entero es un poema
hay un día enorme sobre la tierra
la noche no ha sido creada todavía
yo hago pie en todos los tiempos
Traducción Adam Gai
“La poesía es un camino del mundo/ y la sombra que baila en ese camino/ avanza en la cresta acerada del caos/ viaje sin salida ni llegada” Amida Saïz
en el gran fuego de la tierra
se endurece esta arcilla perecedera
trabajada por nuestras manos
en pos de qué conquistas irrisorias
hemos entrado
en el sexo volcánico del mundo
su breve y violenta apertura
su milagro convulsionado donde tiembla
el oscuro labio de una rosa
desenmascarar el silencio
que se construye con un soplo
nos roza antes de cerrarse
invisible y secreto
esa esperanza nos anima
los pájaros nos miran
callan cuando pasamos
porque una palabra tras otra
avanzamos ignorando la meta
por conocerla ya demasiado
una palabra tras otra
su encadenamiento inquieto
sobre un hilo incierto
yo soy el lugar en el que caí
yo soy el lugar del que provengo
aquel hacia el que voy
De Marcher sur la terre, 1994
Amina Saïd (Túnez ,1953 ). Escritora, traductora y poeta.
Hija de padre tunecino y madre francesa. Se crió bilingüe, educada tanto en árabe como en francés. A los dieciséis años, Saïd fue a París con su familia, obtuvo su bachillerato y entró en la universidad. Estudió Literatura inglesa en la Sorbona.
Saïd comenzó a publicar poesía a los veinte años, y fue reconocida rápidamente como una nueva voz única. Actualmente es autora de más de una docena de libros de poesía, entre ellos «Les Voyages d’ Aden» (al- Manar,2011) y «L’ Absence l’ inachevé» (La Difference, 2009), así como dos colecciones de cuentos populares tunecinos.
Su obra ha sido galardonada en Francia con numerosos premios literarios. En 1988 le fue concedido en Marsella el Premio Jean Malrieu y en 1994 el Premio Charles-Vildrac que otorga en Paris la Societé des Gens de Lettres. También ha recibido el premio internacional de poesía Antonio Viccaro. Actualmente trabaja como periodista en Paris.
El pianista y compositor Thierry Machuel ha musicado varios de sus poemas que, bajo el título Le livre de sable, han sido interpretados por el coro de cámara Mikrokosmos, con el que ha realizado giras por Francia, Méjico y Japón.
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