7 Poemas de Tonino Guerra

“Escribir es también parar el tiempo. Pero tengo la esperanza de que mis palabras ayuden a vivir de manera vertical, siempre en ascenso”.

Tonino Guerra

Mi casa en Pennabilli

Ahora vivo aquí arriba

en una casa de montaña

y paso el tiempo con las hojas secas

y las pongo en fila sobre un escalón;

o voy a tocar esos hilos de agua

que saltan por una grieta entre las piedras

donde las truchas se acurrucan al fresco

y Sivestro las coge con las manos

como hacen los gatos con las mariposas-

También me gusta hacer cuentas

con una aritmética elemental:

dos y dos cuatro seis y seis doce

si compras siete huevos y se te caen tres

al suelo, ¿cuántos te quedan?

O si no, trazo rayas en la arena

del patio, astas una tras otra

para recordar las piernas esbeltas

de otros tiempos y el aire

llno de luciérnagas y la bicicleta

y el tirachinas, las cometas

y allá abajo cada mes de agosto

el mar que estaba tumbado detrás de las montañas de arena

como un animal bueno

bajo las caricias del amo.

Por las tardes me siento a ver el valle

y la montaña al fondo

cn los sembrados que parecen trapos

tendidos al sol y las lindes

rojas de amapolas y puñados de casa

como nidos de golondrinas sobre la tierra

y la gente agachada trabajando

pequeña como polvo y yo sentdo

con todas estas cosas en los ojos

y la memoria que se ha vuelto blanca

y sobre esta sábana de vez en cuando pasa

la voz de mi pobre madre

y el olor de los membrillos

que ella guardaba encima del armario.

A mariposa

Contento, lo que se dice contento,

he estado muchas veces en la vida

pero más que ninguna cuando

me liberaron en Alemania

que me quedé mirando una mariposa

sin ganas de comérmela.

Canto noveno

Estaría lloviendo unos cien días y el agua acabó calando
más allá de las raíces de la hierba,
entró en la biblioteca y empapó las palabras santas
guardadas en el convento.

Cuando se aclaró el tiempo
Sajat-Nova, que era el fraile más joven,
cogió la escalera y subió los libros al tejado
y allí los puso al sol para que el aire cálido
secara el papel mojado.

Pasó un mes de buen tiempo
y el fraile estaba arrodillado en el patio
esperando a que los libros dieran señales de vida.
Y por fin una mañana las páginas comenzaron
a susurrar ligeras con la brisa.
Parecía que hubiera un enjambre de abejas encima del tejado
y el fraile se echó a llorar porque los libros hablaban.

Canto decimoquinto

Hacia finales de marzo

había una nube negra arriba del valle y de los cerros.

Una nube parada

que no iba ni hacia adelante ni hacia atrás.

A veces se veía redonda y luego se alargaba

en alto y tomaba la forma de un barril,

de un pajar o una culebra que nunca acababa.

O se tornaba un abanico tan ligero

que todo el aire del cielo parecía lleno de moscas.

Yo, mi hermano y los demás también

pensamos que eran estorninos que venían de Rusia.

Ahora se había vuelto una bola oscura, pesada,

color del plomo y daba una sombra oval

sobre el valle. Empezó a tocar tierra

pero luego subía otra vez y donde se apoyaba

quedaban manchas claras, como ceniza tras los fuegos.

Y así, despacio, todo el valle

que estaba verde de hierba, de hojas y de trigo,

se blanqueó como aquellas caras que tienen miedo

hasta que la nube brincó más allá de los cerros

y nunca más la vimos.

¿Habrán sido saltamontes?

Canto vigésimo

Al principio las gotas hacían temblar las ramas
y nosotros, detrás de la ventana, esperábamos
a que el agua lavara las hojas más ocultas.
Luego estalló la tormenta y llovió a mares,
habíamos puesto un vaso en el alféizar
para medir el agua de la lluvia.

A las cuatro salió el sol
y en la ventana brillaba el vaso
lleno hasta rebosar.

Mi hermano y yo nos lo bebimos a medias
y luego nos pusimos a comparar el agua
del pozo con la del cielo, que es más blanda
pero tiene el olor de los relámpagos.

Canto vigesimotercero

Esta mañana mi hermano iba buscando
algo en los cajones: ha hurgado
en el armario, en los bolsillos de las chaquetas,
de los abrigos, ha metido la cabeza y las manos
en la cómoda y lo ha sacado todo.
Ha puesto patas arriba incluso la cocina.
Iba de una habitación a otra
sin mirarme.
Cuando se ha puesto a escarbar en mi cama
le he preguntado: ¿qué quieres?
No lo sé. Primero buscaba un clavo,
luego un botón, después quería hacerme un café
y ahora quiero que tú me digas algo,
aunque sea una tontería.

La muerte

Yo si pienso en la muerte

me muero de miedo

porque al morir se dejan demasiadas cosas

que después ya no vuelves a ver nunca más:

los amigos, los parientes, los árboles

del paseo que tienen ese olor

y toda la gente que has visto

aunque sea una sola vez. 

Yo quisiera morirme en el invierno

mientras llueve

en uno de esos días que se hace de noche pronto

y por la calle los zapatos se te llenan de barro

y la gente se encierra en los cafés

alrededor de la estufa.

Antonio Guerra, Tonino Guerra (Santarcangelo di Romagna, Italia, 16 de marzo de 1920 – ibídem, 21 de marzo de 2012?) Poeta,dramaturgo,novelista y guionista .Provenía de una familia muy humilde. Aun así, pudo estudiar y se graduó como maestro de escuela. Él mismo enseñó a leer y a escribir a su madre, que era analfabeta. Con la llegada del fascismo y del nazismo a Europa, es apresado por los nazis, cuando le encontraron unos folletos antifascistas, y deportado al campo de concentración de Troisdorf, en Alemania donde permaneció casi tres años. El horror de aquel lugar fué lo que lo impulsó a escribir poesía en su lengua, romañolo, y se la leía a los compañeros de cautiverio que también hablaban su idioma. “Lo hice para acompañar a mis compañeros de prisión”, confesó años más tarde. “Ellos eran romañolos como yo. El dialecto es la lengua de mi madre. La poesía nos salvó de aquella soledad”. Sobrevivió a ese horror y regresa a Italia en 1945; decide estudiar Pedagogía en la Universidad de Urbino. Obtiene el doctorado con una tesis sobre poesía. En esa época realiza sus primeras publicaciones de versos. En 1952 se casó con Paola Grotti, con quien tuvo dos hijos. En 1953 comienza a escribir guiones. Colaboró con grandes directores como Antonioni, Fellini, De Sica, Tarkoski y Angeloupolus. Como guionista,  obtuvo en tres ocasiones el David de Donatello -por Tres hermanosY la nave va y Kaos– y tres nominaciones al Oscar: por Casanova 70 (1965), Blow-Up (1966) y  Amarcord (1974). Ganó el premio al Mejor Guion del Festival de Cine de Cannes por Viaje a Cytherea de Angelopoulos,  recibió un premio honorífico del Festival de Cine de Venecia y en 2011, el Jean Renoir Award. 

En 1975  conoció a la rusa Eleonora  Kreindlina, de quien se enamoró y, tras separarse de Paola, contrajo matrimonio con Eleonora en 1977. En 1989 regresó a Romaña y se instaló en Pennabilli, donde pasó el resto de su vida. A los 61 años publica su primer poemario, La miel (1981),le siguieron  El libro de las iglesias abandonadas (1988), El huerto de Eliseo (1989) y Cuarteto de otoño (2001). Su Poesía completa (1972-2001) reúne diecisiete títulos. Los poemas escritos entre 1940 y 1972 fueron recogidos en Los bueyes (1972).

Tonino Guerra siguió escribiendo hasta su muerte, el 21 de marzo de 2012, pocos días después de cumplir 92 años.

La casualidad quiso que el poeta falleciera en el Día Mundial de la Poesía. 

Enlaces de interés :

https://www.riminitoday.it/cronaca/tonino-guerra-oggi-avrebbe-100-anni-un-video-per-rendere-omaggio-al-grande-poeta.html

“Solo la bellezza può salvarci”, le ispirazioni di Tonino Guerra (Canzano, 2008)

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