El invierno de Iowa
De la ventana cae en diagonal un tenue rayo del invierno
sobre la cama. Una niña corre patinando sobre ruedas
alrededor de la cama. Un gato pequeño de Sabatra se
esconde debajo de la cama para escapar a la persecución
de la hija de la dueña. Mi esposa y yo permanecemos
juntos, desnudos sobre la cama, mirando todo esto con una
sonrisa. Un adorno de navidad en la pared. Y el dibujo de
sus padres, colgado con un alfiler, hecho por nuestra niña.
.
Mientras arrecia el viento helado del norte, el interior de
la casa se mantiene tan cálido como un día primaveral.
En nuestra habitación, ubicada en el sótano, la superficie
de la tierra queda justo a nivel de los ojos, y las ventanas
se encuentran a la misma altura. El viento ha acumulado
un montículo de hojas secas en el marco de las ventanas.
Las hojas murmuran bajo el viento. De cuando
en cuando una que otra ardilla se asoma a mirarnos y se va corriendo
sobre las hojas secas con ruidos susurrantes. Una manada
de estorninos cruza el cielo por encima del techo.
.
Un paisaje así de sencillo se hunde bajo la primera nevada
del año que empieza a caer a medianoche, como si se
sumergiera al fondo de la memoria.
Iowa 23 de diciembre de 1979
Hermano mayor
Mi hermano era alto y guapo,
estrella del baloncesto,
rodeado de chicas.
Claro, era un galán.
Íbamos a diversas escuelas
(él a Shibuya, yo en Kokubunji),
y aun cuando no estuvimos mucho juntos
me enseñó el nombre de los cocteles,
como hacer un nudo a la corbata,
como empeñar un objeto,
hablar a una chica,
varios bares y cafeterías de Shibuya y Shinjuku.
Cada mes me dejaba Men´s Club.
Todo iba bien hasta el día
que despilfarrando el dinero
empezó a empeñar mis cosas
y perdió mi reloj de pulso.
A la casa de préstamos llevaba el traje colgando del perchero.
Mamá se quejaba diciéndole que arruinaba su vida,
con tan mala fortuna que acertó:
a raíz de un fallido suicidio de una de sus admiradoras
dejó la universidad y el baloncesto.
Cuando decidió irse de casa grité de júbilo.
Una vez me dijeron que vive en un pueblo lejano
cerca a un puerto y que lleva una vida de juicio.
Muerto o vivo, mi hermano es una espina
clavada en mis dedos.
¿Por qué el cabello de las bellas suecas cambia de rubio a verde?
Cuando cae la lluvia ácida
y se infltra en la tierra,
las aguas subterráneas se vuelven ácidas,
y con estolas aguas de la llave también
lógicamentese vuelven ácidas.
Y
con las aguas ácidas
se derrite el cobre de los tubos
para mezclarse con las aguas.
Por lo tanto,
el cabello de las bellas suecas
(y de las no tan bellas)
al lavarse con las aguas mezcladas de cobre
cambia de rubioa azul
.
¿Me entendiste?
(1991
El Bar del Caimán
Cuando vayas a Nueva Orleans,
pasa por el Bar del Caimán.
.
En las afueras del pantano
se ve una lámpara roja solitaria.
Ése es
el Bar del Caimán.
En la noche,
cuando sube la luna en el cielo,
los caimanes
despacio
se salen del pantano
y se posan en la percha
para tomar cerveza en silencio.
Luego,cuando la luna se desplaza hacia el cielo occidental,
a pasos tambaleantes
vuelven al pantano.
Qué caimanes tan pulcros,
son los bebedores más silenciosos del mundo
.
Cuando vayas a Nueva Orleans,
pasa por el Bar del Caimán.
Los caimanes posados en la percha
toman cerveza en silencio.
(1991)
Un día ofrecido como regalo
Como se me quedó el equipo de pesca en la casa,
recorrí la ribera sembrada de cañas altas
y se me pegaron en el pantalón y el suéter innumerables
semillas
que hacían un dibujo psicodélico.
Luego,
agachado en una hondonada donde el viento hacía
pequeños remolinos,
escuché murmullos de insectos y discursos de pájaros.
Un par de ojos se sobrecogieron ante el color violeta
de las flores de
arrurruz y el plata de las espigas.
Cuando me puse en marcha,
voló una comadreja de mis pies,
y atravesó el vado un faisán.
No es cierto:voló un faisán de mis pies
y atravesó el vado una comadreja.
Vi a lo lejos unos niños que lanzaban y recogían
sucesivamente los señuelos del estanque.
En el cielo planea despacio un milano,
y me quedé viéndolo hasta que el cuello me dolió.
Pronto un hombre gritaría al encontrar un nido de
ruiseñor entre las cañas.
(2003)
Para el visitante del amanecer
A la hora en que trata de acostarse, cansado de escribir poemas,
se le acercan unos pasos en línea recta, triturando hojas secas.
Vienen hacia la casa del hombre. Desde muy lejos.
.
Alguien mete la cabeza por la ventana del estudio para leer
los manuscritos, todavía no terminados, que están sobre
el escritorio. Con entusiasmo. Sólo para eso viene él desde
muy lejos. Noche tras noche. Y se va al terminar de leerlos.
Hacia el fondo del bosque.
.
Cada vez que escribe un poema, el hombre se siente
afligido, pensando que nadie lo leerá por más que escriba.
Pero ahora, él recuerda con felicidad que sí tiene un lector:
el único lector, cabezón, del mundo.
,
Esta mañana, el hombre se quedó dormido encima de los
manuscritos de sus poemas. Por el cansancio del día. Él
aguardó con paciencia a que se despertara el hombre. Fuera
de la ventana. Pero se marchó sigilosamente antes de que
Venus desapareciera en el cielo oriental. Hacia el fondo del
bosque.
.
¿Quién es él? El hombre no tiene la menor idea. Nunca lo
ha visto. Sólo percibe su presencia con seguridad, debido a
la mancha en los manuscritos y el fuerte olor que su cuerpo
deja tras su paso.
(2003)
Traducciones de Ryukichi Terao.
Tetsuo Nakagami ( Osaka, Japón,6 de marzo de 1939). Poeta y economista. Su poesía es un homenaje a la Generación Beat norteamericana, muchos de cuyos autores ha traducido al japonés.
Se graduó en la Universidad de Economía de Tokio. En 1979, de otoño a invierno, participó en el Programa Internacional de Creación de la Universidad de Iowa, Estados Unidos.
Empezó a escribir poemas bajo la infuencia de la Generación Beat (décadas de los años 1950-1960), componiendo poemas que exploran la sensación de velocidad, y su grupo fue llamado “La escuela callejera”. Sigue escribiendo como “beatnik” sus poemas líricos y reflexivos.
Ha publicado nueve poemarios, entre ellos:
¿Por qué el cabello de las bellas suecas cambia de rubio a verde? (Premio de la Asociación de Poetas de Yokohama),
La noche del día en que murió Elvis (Premio Jun Takami y Premio Yutaka Maruyama), y otros.
Además, ha traducido al japonés y publicado varios poemas y novelas de Jack Kerouac, Richard Brautigan y Charles Bukowski.
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