Doble diamante
¿Conoces tu cuerpo esfera de la noche
esfera de la noche
Huracán solar conoces tu cuerpo
Conoces tu cuerpo conoces
Tu admirable cabeza tus piernas moviendo
El centro miserable
De mis ojos de oro
Mis ojos de oro de mirarte
De oro de soñarte
De llorarte?
¿Conoces tu cuerpo
Fuerza de los años
Calor de los planetas?
¡Ah criatura! Tu desnudez me ahoga
Tus zapatos me queman
Días imantados son mis noches
Vacío colmo encontrado asilo frío. Contigo
Los astros me aburren
Las especies lloran
Muero me levanto clamo vuelvo a morir
Clamando grito entre ramas orino y fumo caigo
Como un rayo fácilmente en tu garganta. Contigo
Sólo silencio placa de horrores sedimentos
Cascada inmóvil piedra cerrada
Abismos de oro nos persiguen
Rabiosos amigos
A través de rayos cantos blasfemias
Soles y serpientes mundos de vidrio
Pomos perdidos
Amaneceres con lluvia lluvia de sangre
Temperatura y tristeza.
¡Ah misteriosa! Odio tu cabeza pura
Imbécil terciopelo tigre de las alturas
Odio el círculo salado
En que te pienso oculta
Odio el peso de los días
Los pulpos que me beben gota a gota
Bebiéndote a la vez ¡somos rocío!
Los pulpos luminosos que gobiernas
Los cedros empapados por tu aliento
Los siglos de hermosura en que agonizo
La luna y mis deseos de matar
La imagen de tus labios frescos los ríos y los montes
Los pasos encantados de mi mano
En tu garganta.
¡Ah mis 30 000 flores vivas
Suave ejército vespertino batallón perfumado!
Rotación de mi cuerpo
Hazme volver a mi cuerpo
Destrúyeme los ojos en el acto
Las uñas y los dientes sobre el fruto
Conviérteme en silencio.
Deja rodar mis lágrimas en cambio
Sobre el espejo que adoro
Sobre la viva atroz remota clara
Desnudez que me disuelve
Sobre el diamante igual que me aniquila
sobre tantísimo cielo y tanta perfección enemiga
Sobre tanta inútil hermosura
Tanto fuego planetario
Tanto deseo mío.
De “Doble diamante” Lima, 1942
Genitales bajo el vino
Óyeme tierra, así, escribiendo así,
en la espesura de pámpanos dormido:
Mi pecho frío junto a mis intestinos
se ha cuajado. Mis dedos alhajados
buscan el Árbol de la Noche, clavan
sus uñas de imprenta en los racimos
de la Vida y de la Muerte. Óyeme tierra
de grandes frutos áureos y serpientes,
luciérnaga entre muros de papiro,
negro universo del quinqué y el sexo,
justicia del gusano, mal Paraíso.
Mírame tierra, así escribiendo, así
desnudo, Adán poeta, quieto y triste,
en esqueleto, sierpe y uva convertido.
De “Reinos” Lima, 1945
Perdido a tus pies
Maldita noche, el fuego de la luna,
el tiempo que se esconde entre las hojas,
los pájaros, el sol que sucede
a tu garganta oscura. ¿Es también
tu mano temblorosa la que cruza
sobre esta página estrellada?
¿Es tu cuerpo mortal en la floresta
el que reposa humeando, fatigado,
como un arma que dispara terciopelo?
Enamorado, inerte, como una pluma
pronta a caer en el vacío, escucho
los silenciosos pasos de la luna
entre el boscaje, lejanas y altas
velocidades, ruidos que adivino,
diamantes en marcha y lineales
vientos en perpetua rotación.
De “Doble diamante” Lima, 1947
Ceremonia solitaria alrededor de un tintero
Todo el mundo huye de mi corazón
Porque parece un cocodrilo. Todo el mundo dice
Que no soy un hombre sino un árbol derribado. Nadie sabe
Que entre mis ojos de niño y mi pecho cansado
Hay solamente musgo, llanto, flores indecibles,
Versos que parecen de oro puro
Y no son sino fragmentos de una estrella de papel.
No es culpa mía si estoy hecho de cristales amargos,
De irremediable ceniza y líquidos ardientes
Que se disputan mi ternura y sin cesar empujan
Dolorosas poleas, émbolos y ruedas escarlata.
Soy solamente un puñado de tierra que tropieza,
Un insolente juguete de cabellos negros
Y dientes amarillos. No es culpa mía
Si no parezco de carne y hueso, si bajo mi sombrero
Y mi pantalón gastado palpita un cielo puro,
Si todo el mundo dice que no amo a la gente
Porque me pongo una corbata y observo el firmamento,
O porque estoy hecho de sustancias aciagas,
De sonrientes materias que sollozan y sollozan
Y sollozantes materias que sonríen y sonríen.
Soy solamente un animal que escribe y se enamora,
Un laberinto de células y ácidos azules,
Una torre de palabras que nunca llega al cielo
Porque no toca ni se apoya en los luceros,
Sino en mi pobre corazón siempre en tinieblas,
Siempre en el fondo de un tintero,
Como si fuera un cocodrilo.
De “Ceremonia solitaria” Roma, 1964
Impromptu
éste es tu cuerpo o nada
una nube o una rueda
un caballo o cinco dedos
qué alegría estoy vivo
o la lluvia
un ruido de tijeras
cuatro pasos un silbido
un grito una habitación
otro grito
un cometa en el cielo
un cuchillo en la boca
dos ojos abiertos una esfera
dos ojos más
siete brazos una mano
tres o cuatro tigres
una cabeza rubia
un beso de mamá
cuarenta espejos rotos
cuarenta tíos carlos
un teléfono sonando
un cadáver en el suelo
un señor aburrido
una historia cualquiera
un teléfono sonando
tres o cuatro tigres
qué tarde me acuesto
estoy solo
una palabra u otra
no importa qué cosa
un teléfono sonando
un cadáver en el suelo
una raza de perro
un perfume de francia
etcétera etcétera
De “Tema y variaciones” Ginebra, 1950
10
escribo algo
algo todavía
algo más aún
añado palabras pájaros
hojas secas viento
borro palabras nuevamente
borro pájaros hojas secas viento
escribo algo todavía
vuelvo a añadir palabras
palabras otra vez
palabras aún
además pájaros hojas secas viento
borro palabras nuevamente
borro pájaros hojas secas viento
borro todo por fin
no escribo nada
De Mutatis mutandis(1967)
Jorge Eduardo Eielson (Foto: El Comercio)
Valle Giulia
a giuseppe ungaretti
a dónde quiere llegar ese hom
bre con su bastón que
se quiebra siempre se quie
bra al doblar una esqui
na
extremidades de plomo ante escaleras
que surgen diariamente
de un huevo fragilísimo
y vuelven al huevo
fragilísimo
cabeza de reptil poeta
amarillo
exagerado de pájaro amarillo
que atraviesa el comedor y la cocina
o silba por las calles día y noche
pues tal es su alegría
que empieza a derramar el vino
en la vereda
a declamar sus versos
en el techo
indeseable reptil amarillo
(dicen los vecinos asustados)
extremidades de plomo cierto
no de pájaro
quien puede ser sino el fantoche
del amarillo mes de abril
en valle giulia
bastón inútil que se quie
bra en cada esqui
na
muy serenamente ya
su cuerpo
sube al cielo convertido
en un reptil alado que se aleja
en una pompa de jabón que no se quie
que no se quie
que no se quie
bra
Cuerpo de tierra
Todo lo que veo sobre la tierra
me convence que jamás seré un hombre
ni una mujer ni una hormiga
y ni siquiera una persona educada
no me corto el pelo ni la barba
sino cuando el cielo me lo pide
El cocodrilo es mi hermano querido
las cucarachas mi única familia
comparto con la yerba y con el sapo
el amor a la lluvia con la araña el arte
de levantar castillos de saliva
así avanzo avanzo todavía
generalmente en cuatro patas
encima de dos zapatos
o debajo de un sombrero
De: Noche oscura del cuerpo(1983)
Poema para destruir de inmediato sobre poesía la infancia y otras metamorfosis
Damas y caballeros
las ventanas abiertas
ya no dan al cielo
como hace tanto tiempo
ni la pálida luna
que todos conocimos
alumbra el corazón
de los pastores
una pared muy alta
de cemento ciertamente
y una columna de humo
ocupan el lugar
que antes ocupaban
la pálida luna
leopardiana
y la retama
los burgueses dicen
es horrible
la municipalidad
no defiende nuestra luna
nuestro cielo
nuestras nubes
pero yo no comprendo
no comprendo francamente
cuántas veces me despierto a medianoche
con los bolsillos llenos
de centellas
y es tan grande mi alegría
que se despiertan los vecinos
con un balde de agua fría
considerando un peligro
el mismo cielo encendido
y mi alegría
pero repito
no comprendo
quién fundó la luna
sobre roma
fabricó también el humo
el cemento y la mierda
perdonen la grosería
en cuanto al cielo
y a la luna
o la retama
¿cómo pueden reclamar
lo que nunca han conocido
sino en los pálidos versos
de un pálido poeta?
pero si las ventanas abiertas
ya no dan al cielo
ni a la pálida luna
estas puertas son en cambio
las misteriosas puertas
que dan a otras puertas
(recuerdo los veranos
de mi infancia en el perú
recuerdo una puerta de madera
un grupo de caballos empapados
y la luz de un lamparín
en el ocaso
recuerdo todavía
un viejo loro adormecido
en una silla
dos o tres caballos más
bajo la lluvia
y un plato de frijoles
en la mesa
pero no recuerdo bien
a qué hora
un torbellino de ceniza
me arrebató todo eso
y cayó la puerta de madera
cayó la luz del lamparín
y otra puerta de cristal
se abrió enseguida
hace millares de años
yo crucé esa puerta
fácilmente
pero en mi corazón
sucedieron varias cosas
que no entiendo
la pelota que yo arrojaba
al cielo gris de lima
la puerta que yo había creído
de madera
y hasta los mismos huesos
de mi madre enferma
se volvieron de turquesa
el mar brotó del caño roto
de la cocina
y desapareció por la ventana
del comedor
la luna ni la vi
y yo
qué tal idiota
me puse a llorar de inmediato
tras de un ramo
de retama
luego llegó una tía
con un rayo en la sortija
y una inmensa mantilla
llegaron luego un ruido
de cascabeles
y un vecino asustado
arrastrando una silla
sólo entonces
como lo hacía cada día
mi madre tomó asiento en ella
y murmuró
«el café con leche se enfría
criatura mía
¿qué estás esperando?»)
damas y caballeros
podéis creerme ahora
amanecer es horrible
en estas condiciones
cada catre de hierro
es mi condena
cada silla de madera
una tortura
cada puerta que se cierra
una hecatombe
pero os repito
damas y caballeros
os repito
cuántas veces
me despierto a medianoche
con los bolsillos llenos
de centellas
y sin que nadie me descubra
como es ya mi costumbre
me pongo a llorar de inmediato
en la retama
estornudo sonrío
y hasta fumo un cigarrillo
entre las flores
y es tan grande mi alegría
que se despiertan los vecinos
con un balde de agua fría
puesto que a nadie se le ocurre
que fumar un cigarrillo
estornudar sonreír
o llorar entre las flores
sea sólo de alegría
De: Habitación en Roma(1951)
No me es posible escribir
Sin recordar
Por lo menos tu nariz padre César
No me es posible enterrar tu perfil
En una rima y nada más. El fulgor
Que pone en marcha mi esqueleto
Y tiñe mi sangre de rojo
No viene de las estrellas
Sino de ti padre César
Tú que ayunabas noche y día
En este mundo pero te nutrías
Del universo ¿cómo hiciste
Para convertir tu sollozo
En pan de todos tu desesperación
En agua pura?
De Sin título (Valencia,2000)
Gardalis
A Michele, reyde Gardalis
Camino entre mi sombra
Y la sombra de los pinos. Mi cuerpo
es un puñado de hierba a la deriva
y el bosque azul que me rodea
soy yo mismo que respiro. Y a no distingo
entre el abeto y mi barba crecida. Camino
y cada resplandor cada penumbra
cada cereza esmaltada
son una sola cosa con mi paladar
y con mi sexo. Gotas brillantes aparecen
entre mi pupila y los verdes frutos
del naranjo. Surgen abanicos
de frescura y diamantes que no duran
sino el tiempo de un suspiro
La mariposa nace alegremente
donde el gusano muere y nada crece
sin haber sido antes otra criatura
que tal vez soy yo tal vez una ardilla
que se afana en la espesura. Gritos y silbidos
ccompañan el esqueleto que hace poco
era una gacela asustada
y que ahora esplende en la corola
de una flor amarilla. Todo vuela
todo canta o se arrastra sin remedio
como el repentino sapo de oro
que también es parte de mi vida
Llora la hiedra por un lado y por el otro
la fiesta de la alondra y la cigarra
empieza en el fondo de mi sangre
mi corazón sigue sin esfuerzo
la marcha misteriosa de una hormiga
que no veo. No hay lucero
que no brille en mi cabeza pero también
en un charco de agua sucia. Las viejas ramas
del olivo se confunden fácilmente
con mis huesos y no hay sabor más perfecto
que el milagro encerrado
en una gota de agua
Todo es redondo y perfumado
y hasta mi propio cuerpo es una jungla
donde el amor es como la lluvia
mi pensamiento una tortuga
que apenas sostiene el cielo
en un pedestal de nada. Un efluvio sagrado
de jazmín y madreselva cruza la floresta
como una esfera celeste
Todo me hiere y todo me ilumina
Yo soy la flecha que vuela
y también el animal herido
Me desespero por una frágil criatura
por un pájaro que muere pero me oculto
tras de una máscara de flores
sólo comparto mi tristeza con los sauces
mi alegría con la liebre
que ahora corre a mi lado. No beberé jamás
la copa de rocío que amanece
cada mañana entre el follaje
ni el rayo de sol que tanto espero
en la palma de la mano. Pero abrazo
el viejo roble como si fuera mi hermano
(¡Qué lejos ya qué lejos
las débiles casas de los hombres
las infinitas ruedas del dolor
y la fatiga la oscura llamarada
que todo lo llena de ceniza!)
Yo soy tan sólo un árbol
que camina un animal que florece
una piedra que sonríe
y la humilde rana que canta junto al río
canta también junto a mi pecho.
Se inclina el sol en la floresta
sube la luna baja el ciervo al arroyo
como a una cita secreta
sigo sus huellas su orina luminosa
hasta su reino de alabastro
pero en el fondo del agua
en lugar de su belleza
lleno de felicidad y de pena
veo sólo mis ojos que lloran
puesto que yo soy el ciervo
pero también el arroyo
De: Celebración (Lima,2001)
Jorge Eduardo Eielson ( Lima, Perú, 13 de abril de 1924 – Milán, Italia, 8 de marzo de 2006). Poeta, narrador, dramaturgo, pintor y escultor. Es considerado uno de los poetas renovadores de la Generación del 50 en Perú.
Su infancia estuvo marcada por el abandono de su padre, un norteamericano de origen noruego pues el padre, aunque llegó a darle su apellido al niño, a pesar de que prometió que tras de ordenar algunas cosas en su país regresaría para iniciar una familia, nunca volvió a poner un pie en el Perú. La joven madre no soportó el abandono y luego de seis años de espera sintió que lo más apropiado era alejarse también del niño. Jorge Eduardo, de este modo, fue adoptado por una nueva familia a la que nunca sintió pertenecer.
Desde muy pequeño demuestra poseer dotes excepcionales para la escritura, la pintura y la música.
En 1945, a los 21 años, Eielson ganó el Premio Nacional de Poesía sin haberse presentado. Su amigo, Javier Sologuren, presentó a escondidas el poemario Reinos, quizás porque sabía que Eielson era totalmente esquivo a cualquier protagonismo. Al año siguiente da a conocer sus dibujos en revistas y periódicos de Lima, y con sus amigos Javier Sologuren y Sebastián Salazar Bondy publica una antología de poesía peruana con ilustraciones de Fernando de Szyszlo. Ese mismo año obtuvo el Premio Nacional de Teatro por una obra titulada Maquillage, parcialmente publicada en la revista Espacio.
En 1948 hace su primera muestra personal con obras gráficas, pinturas y esculturas.
Antes de cumplir los 25 años, Jorge Eduardo viajó a París gracias a una beca. Aquí empezó a dedicarse con disciplina a las artes plásticas y a experimentar con su original versión de nudos inspirados en los quipus (en quechua se refiere al sistema de nudos y cuerdas que usaban los Incas para escribir). Eielson mostró un profundo interés por materias tan dispares como la ciencia, el dibujo, la música, la arqueología o el budismo zen. Conoce MADI y algunos de sus principales protagonistas y adhiere al movimiento, realizando con ellos su primera exposición europea en el Salon des Realités Nouvelles, formada por obras abstractas y geométricas y móviles. En París conoce a Taisen Deshimaru, quien lo guía en el descubrimiento del budismo zen, que será fundamental en su vida y obra.
En 1950 le otorgan una segunda beca, esta vez de la UNESCO, y se traslada a Ginebra, donde empieza a elaborar una poesía totalmente distinta, de experimentación gráfica y visual. En 1951 llega a Roma, donde decide quedarse a vivir, trabajando como corresponsal de arte y literatura de varios periódicos y revistas latinoamericanas. Al mismo tiempo entra a formar parte del grupo del Obelisco, hace amistad con Piero Dorazio (1927-2005) y con Mimmo Rotella (1918-2006), y realiza distintas exposiciones. Pero entre 1954 y 1958 se concentra casi exclusivamente en la actividad literaria. Son los años en que produce los poemarios dedicados a la ciudad de Roma, así como su poesía más experimental, escrita precisamente en Roma.
En esta época conoce a Michele Mulas, joven artista sardo destinado a ser para siempre su constante compañero y su única familia. Entre finales de los 60 y principios de los 70 viven cambiando residencia a menudo, entre París y varias ciudades italianas. Eielson es invitado a la Bienal de Venecia en 1964, en 1966 y en 1972, a la Muestra de Arte Latinoamericana del Festival de Dos Mundos de Spoleto, a la Bienal de París, donde se le organizan además distintas exposiciones.
En 1967 viaja a Nueva York donde frecuenta el ambiente del Hotel Chelsea; poco después va a Lima donde realiza una gran exposición en la Galería Moncloa. En este periodo es tan activo en el campo artístico como en el literario: su novela El cuerpo de Giulia-no es publicada en México en 1971 por la editorial Joaquín Mortiz. Obra experimental con visos a la novela negra y de aprendizaje sentimental escrita entre 1953 y 1957. A raíz del hallazgo del cuerpo de Giulia, muerta en un canal de Venecia, Eduardo, alter ego del autor, emprenderá un viaje interior a través del cual volverá a transitar pasajes de su vida en el Perú; sus primeras incursiones amorosas homoeróticas con Giuliano, personaje recurrente en su vida; el desencuentro con su violento tío Manuel en la hacienda familiar de la selva; y el recuerdo de Mayana, la pobre niña presa de un destino trágico como el resto de su estirpe.
A finales de los años 70 Eielson y Mulas se establecen definitivamente en Milán, donde vivirán el resto de la vida, viajando a otros lugares sólo por breves periodos y por motivos de trabajo y durante el periodo estivo que transcurren normalmente en Cerdeña, en su casa de campo.
En los años 80 Eielson publica nuevos libros de poesía y de narrativa: en 1983 sale en París la que podemos considerar su obra maestra poética, Noche oscura del cuerpo, en edición bilingüe, con traducción francesa de Claude Couffon; y en 1988 su segunda novela, Primera muerte de María, publicada en México por el Fondo de Cultura Económica.
El trabajo literario y el trabajo artístico siguen caminos paralelos y con el mismo ritmo; pero poco después se producirá – o por lo menos resultará evidente – la conjunción entre ambos. Y esa conjunción pasa sin duda a través de la configuración del nudo/quipu. En 1988 participa en la Tercera Bienal de La Habana. Los años 90 lo ven muy presente en Galerías y manifestaciones de varias ciudades italianas: Roma, Bolonia, Milán, Bescia y otras.
En 1993 sale una antología de su poesía en edición italiana, Poesia scritta, preparada y traducida por Martha Canfield y publicada por la editorial Le Lettere de Florencia.
En 1998 se organiza en el King’s College de Londres un congreso internacional sobre su obra artística y literaria; y el coleccionista y mecenas Giuliano Gori lo invita a hacer una instalación en su hacienda de Celle (Pistoia), a la vez que publica su poesía visual en una edición sumamente refinada, con el título de Canto visibile.
A partir del año 2000 el nombre de Eielson se difunde cada vez más y su obra se propone en numerosas antologías, catálogos y volúmenes críticos. Además él regresa con nuevo entusiasmo a la escritura poética, publicando nuevas entregas que proponen una nueva forma de lirismo, intenso, emotivo, estilísticamente muy vigilado y a menudo tocado por el humor y por el gusto del juego. Salen así Sin título (Valencia 2000), Celebración (Lima 2001), De materia verbalis (México D.F. 2002), Nudos (Tenerife 2002) y Del absoluto amor y otros poemas sin título (Valencia, 2005). La editorial Ave del Paraíso, del poeta-artista español José Miguel Ullán, propone una vasta antología que llega hasta sus últimos poemarios, con el título Vivir es una obra maestra (Madrid 2003), paráfrasis de una vieja instalación Dormir es una obra maestra.
Michele Mulas, después de luchar con increíble serenidad y determinación contra una gravísima forma de leucemia, fallece el 19 de diciembre de 2002. Desde ese momento la enfermedad que ya estaba consumiendo el organismo de Eielson se va haciendo cada vez más evidente y dolorosa, reduciendo notablemente su autonomía. A pesar de ello, él sigue produciendo y escribiendo y manteniendo numerosas relaciones de trabajo y contactos con los amigos. En 2002 la vida le reservaba una sorpresa extraordinaria ya que a través de un email descubriría que tenía una hermana en EE.UU. Un día, mientras una mujer navegaba por Internet, decidió buscar su apellido, poco común, solo para ver qué pasaba y descubrió al artista Jorge Eduardo Eielson, quien era oriundo de Perú. La señora Eielson recordaba que su padre había estado en dicho país antes de conocer a su madre, muchos años antes, decidió escribir a ese artista que llevaba su mismo apellido y el resto es historia.
Jorge Eduardo Eielson muere el 8 de marzo de 2006. En cumplimiento de su último deseo, sus restos fueron cremados y las cenizas reposan en el pequeño cementerio de Barisardo, al igual que Michele.
Obra poética : “Canción y muerte de Rolando“ en 1943, “Reinos“ en 1945, “Habitación en Roma“ en 1951, “Mutatis mutandis“ en 1967, “El cuerpo de Giulia-no“ en 1971, “Poesía escrita“ en 1976,
“Noche oscura del cuerpo“ en 1983, “Primera muerte de María“ en 1988, Poesia scritta, antología en italiano (1993), “Antología” en 1996, Sin título (Valencia 2000), Celebración (Lima 2001), De materia verbalis (México D.F. 2002), Nudos (Tenerife 2002),Vivir es una obra maestra (Madrid 2003) y Del absoluto amor y otros poemas sin título (Valencia, 2005).
Enlaces de interés :
Fuente de la bio : https://www.centroeielson.com
Deja un comentario