12 Poemas de Jorge Eduardo Eielson

Doble diamante

¿Conoces tu cuerpo          esfera de la noche
esfera de la noche
Huracán solar        conoces tu cuerpo
Conoces tu cuerpo      conoces
Tu admirable cabeza tus piernas moviendo
El centro miserable
De mis ojos de oro
Mis ojos de oro de mirarte
De oro de soñarte
De llorarte?

¿Conoces tu cuerpo
Fuerza de los años
Calor de los planetas?

¡Ah criatura! Tu desnudez me ahoga
Tus zapatos me queman
Días imantados son mis noches
Vacío       colmo encontrado     asilo frío. Contigo
Los astros me aburren
Las especies lloran
Muero     me levanto     clamo     vuelvo a morir
Clamando grito    entre ramas orino y fumo     caigo
Como un rayo fácilmente en tu garganta. Contigo
Sólo silencio     placa de horrores    sedimentos
Cascada inmóvil    piedra cerrada
Abismos de oro nos persiguen
Rabiosos amigos

A través de rayos    cantos    blasfemias
Soles y serpientes mundos de vidrio
Pomos perdidos
Amaneceres con lluvia       lluvia de sangre
Temperatura y tristeza.

¡Ah misteriosa! Odio tu cabeza pura
Imbécil terciopelo tigre de las alturas
Odio el círculo salado
En que te pienso oculta
Odio el peso de los días
Los pulpos que me beben gota a gota
Bebiéndote a la vez ¡somos rocío!
Los pulpos luminosos que gobiernas
Los cedros empapados por tu aliento
Los siglos de hermosura en que agonizo
La luna y mis deseos de matar
La imagen de tus labios frescos     los ríos y los montes
Los pasos encantados de mi mano
En tu garganta.
¡Ah mis 30 000 flores vivas
Suave ejército vespertino batallón perfumado!

Rotación de mi cuerpo
Hazme volver a mi cuerpo
Destrúyeme los ojos en el acto
Las uñas y los dientes sobre el fruto
Conviérteme en silencio.

Deja rodar mis lágrimas en cambio
Sobre el espejo que adoro
Sobre la viva  atroz  remota  clara
Desnudez que me disuelve
Sobre el diamante igual que me aniquila
sobre tantísimo cielo y tanta perfección enemiga
Sobre tanta inútil hermosura
Tanto fuego planetario
Tanto deseo mío.

De “Doble diamante” Lima, 1942

Genitales bajo el vino

Óyeme tierra, así, escribiendo así,
en la espesura de pámpanos dormido:
Mi pecho frío junto a mis intestinos
se ha cuajado. Mis dedos alhajados
buscan el Árbol de la Noche, clavan
sus uñas de imprenta en los racimos
de la Vida y de la Muerte. Óyeme tierra
de grandes frutos áureos y serpientes,
luciérnaga entre muros de papiro,
negro universo del quinqué y el sexo,
justicia del gusano, mal Paraíso.
Mírame tierra, así escribiendo, así
desnudo, Adán poeta, quieto y triste,
en esqueleto, sierpe y uva convertido.

De “Reinos”    Lima, 1945

Perdido a tus pies

Maldita noche, el fuego de la luna,
el tiempo que se esconde entre las hojas,
los pájaros, el sol que sucede
a tu garganta oscura. ¿Es también
tu mano temblorosa la que cruza
sobre esta página estrellada?
¿Es tu cuerpo mortal en la floresta
el que reposa humeando, fatigado,
como un arma que dispara terciopelo?
Enamorado, inerte, como una pluma
pronta a caer en el vacío, escucho
los silenciosos pasos de la luna
entre el boscaje, lejanas y altas
velocidades, ruidos que adivino,
diamantes en marcha y lineales
vientos en perpetua rotación.

De “Doble diamante” Lima, 1947

Ceremonia solitaria alrededor de un tintero


Todo el mundo huye de mi corazón
Porque parece un cocodrilo. Todo el mundo dice
Que no soy un hombre sino un árbol derribado. Nadie sabe
Que entre mis ojos de niño y mi pecho cansado
Hay solamente musgo, llanto, flores indecibles,
Versos que parecen de oro puro
Y no son sino fragmentos de una estrella de papel.
No es culpa mía si estoy hecho de cristales amargos,
De irremediable ceniza y líquidos ardientes
Que se disputan mi ternura y sin cesar empujan
Dolorosas poleas, émbolos y ruedas escarlata.
Soy solamente un puñado de tierra que tropieza,
Un insolente juguete de cabellos negros
Y dientes amarillos. No es culpa mía
Si no parezco de carne y hueso, si bajo mi sombrero
Y mi pantalón gastado palpita un cielo puro,
Si todo el mundo dice que no amo a la gente
Porque me pongo una corbata y observo el firmamento,
O porque estoy hecho de sustancias aciagas,
De sonrientes materias que sollozan y sollozan
Y sollozantes materias que sonríen y sonríen.
Soy solamente un animal que escribe y se enamora,
Un laberinto de células y ácidos azules,
Una torre de palabras que nunca llega al cielo
Porque no toca ni se apoya en los luceros,
Sino en mi pobre corazón siempre en tinieblas,
Siempre en el fondo de un tintero,
Como si fuera un cocodrilo.

De “Ceremonia solitaria”  Roma, 1964

Impromptu

éste es tu cuerpo o nada
una nube o una rueda
un caballo o cinco dedos
qué alegría estoy vivo
o la lluvia
un ruido de tijeras
cuatro pasos un silbido
un grito    una habitación
otro grito
un cometa en el cielo
un cuchillo en la boca
dos ojos abiertos una esfera
dos ojos más
siete brazos    una mano
tres o cuatro tigres
una cabeza rubia
un beso de mamá
cuarenta espejos rotos
cuarenta tíos carlos
un teléfono sonando
un cadáver en el suelo
un señor aburrido
una historia cualquiera
un teléfono sonando
tres o cuatro tigres
qué tarde me acuesto
estoy solo
una palabra u otra
no importa qué cosa
un teléfono sonando
un cadáver en el suelo
una raza de perro
un perfume de francia
etcétera    etcétera

De “Tema y variaciones” Ginebra, 1950

10

escribo algo

algo todavía

algo más aún

añado palabras pájaros

hojas secas viento

borro palabras nuevamente

borro pájaros hojas secas viento

escribo algo todavía

vuelvo a añadir palabras

palabras otra vez

palabras aún

además pájaros hojas secas viento

borro palabras nuevamente

borro pájaros hojas secas viento

borro todo por fin

no escribo nada

                                                       De Mutatis mutandis(1967)

Jorge Eduardo Eielson (Foto: El Comercio)

Valle Giulia

a giuseppe ungaretti

a dónde quiere llegar ese hom

bre con su bastón que

se quiebra siempre se quie

bra al doblar una esqui

na

extremidades de plomo ante escaleras

que surgen diariamente

de un huevo fragilísimo

y vuelven al huevo

fragilísimo

cabeza de reptil poeta

amarillo

exagerado de pájaro amarillo

que atraviesa el comedor y la cocina

o silba por las calles día y noche

pues tal es su alegría

que empieza a derramar el vino

en la vereda

a declamar sus versos

en el techo

indeseable reptil amarillo

(dicen los vecinos asustados)

extremidades de plomo cierto

no de pájaro

quien puede ser sino el fantoche

del amarillo mes de abril

en valle giulia

bastón inútil que se quie

bra en cada esqui

na

muy serenamente ya

su cuerpo

sube al cielo convertido

en un reptil alado que se aleja

en una pompa de jabón que no se quie

que no se quie

que no se quie

bra

Cuerpo de tierra 

Todo lo que veo sobre la tierra

me convence que jamás seré un hombre

ni una mujer ni una hormiga

y ni siquiera una persona educada

no me corto el pelo ni la barba

sino cuando el cielo me lo pide

El cocodrilo es mi hermano querido

las cucarachas mi única familia

comparto con la yerba y con el sapo

el amor a la lluvia        con la araña el arte

de levantar castillos de saliva

así avanzo       avanzo todavía

generalmente en cuatro patas

encima de dos zapatos

o debajo de un sombrero

                                                       De: Noche oscura del cuerpo(1983)

Poema para destruir de inmediato sobre poesía la infancia y otras metamorfosis

Damas y caballeros

las ventanas abiertas

ya no dan al cielo

como hace tanto tiempo

ni la pálida luna

que todos conocimos

alumbra el corazón

de los pastores

una pared muy alta

de cemento ciertamente

y una columna de humo

ocupan el lugar

que antes ocupaban

la pálida luna

leopardiana

y la retama

los burgueses dicen

es horrible

la municipalidad

no defiende nuestra luna

nuestro cielo

nuestras nubes

pero yo no comprendo

no comprendo francamente

cuántas veces me despierto a medianoche

con los bolsillos llenos

de centellas

y es tan grande mi alegría

que se despiertan los vecinos

con un balde de agua fría

considerando un peligro

el mismo cielo encendido

y mi alegría

pero repito

no comprendo

quién fundó la luna

sobre roma

fabricó también el humo

el cemento y la mierda

perdonen la grosería

en cuanto al cielo

y a la luna

o la retama

¿cómo pueden reclamar

lo que nunca han conocido

sino en los pálidos versos

de un pálido poeta?

pero si las ventanas abiertas

ya no dan al cielo

ni a la pálida luna

estas puertas son en cambio

las misteriosas puertas

que dan a otras puertas

(recuerdo los veranos

de mi infancia en el perú

recuerdo una puerta de madera

un grupo de caballos empapados

y la luz de un lamparín

en el ocaso

recuerdo todavía

un viejo loro adormecido

en una silla

dos o tres caballos más

bajo la lluvia

y un plato de frijoles

en la mesa

pero no recuerdo bien

a qué hora

un torbellino de ceniza

me arrebató todo eso

y cayó la puerta de madera

cayó la luz del lamparín

y otra puerta de cristal

se abrió enseguida

hace millares de años

yo crucé esa puerta

fácilmente

pero en mi corazón

sucedieron varias cosas

que no entiendo

la pelota que yo arrojaba

al cielo gris de lima

la puerta que yo había creído

de madera

y hasta los mismos huesos

de mi madre enferma

se volvieron de turquesa

el mar brotó del caño roto

de la cocina

y desapareció por la ventana

del comedor

la luna ni la vi

y yo

qué tal idiota

me puse a llorar de inmediato

tras de un ramo

de retama

luego llegó una tía

con un rayo en la sortija

y una inmensa mantilla

llegaron luego un ruido

de cascabeles

y un vecino asustado

arrastrando una silla

sólo entonces

como lo hacía cada día

mi madre tomó asiento en ella

y murmuró

«el café con leche se enfría

criatura mía

¿qué estás esperando?»)

damas y caballeros

podéis creerme ahora

amanecer es horrible

en estas condiciones

cada catre de hierro

es mi condena

cada silla de madera

una tortura

cada puerta que se cierra

una hecatombe

pero os repito

damas y caballeros

os repito

cuántas veces

me despierto a medianoche

con los bolsillos llenos

de centellas

y sin que nadie me descubra

como es ya mi costumbre

me pongo a llorar de inmediato

en la retama

estornudo sonrío

y hasta fumo un cigarrillo

entre las flores

y es tan grande mi alegría

que se despiertan los vecinos

con un balde de agua fría

puesto que a nadie se le ocurre

que fumar un cigarrillo

estornudar sonreír

o llorar entre las flores

sea sólo de alegría

                                                       De: Habitación en Roma(1951)

No me es posible escribir

Sin recordar

Por lo menos tu nariz               padre César

No me es posible enterrar tu perfil

En una rima y nada más. El fulgor

Que pone en marcha mi esqueleto

Y tiñe mi sangre de rojo

No viene de las estrellas

Sino de ti         padre César

Tú que ayunabas noche y día

En este mundo             pero te nutrías

Del universo ¿cómo hiciste

Para convertir tu sollozo

En pan de todos                       tu desesperación

En agua pura?

 
                                                                                                              De Sin título (Valencia,2000)


Gardalis

                                                                                                            A Michele, reyde Gardalis

Camino entre mi sombra

Y la sombra de los pinos. Mi cuerpo

es un puñado de hierba a la deriva

y el bosque azul que me rodea

soy yo mismo que respiro. Y a no distingo

entre el abeto y mi barba crecida. Camino

y cada resplandor cada penumbra

cada cereza esmaltada

son una sola cosa con mi paladar

y con mi sexo. Gotas brillantes aparecen

entre mi pupila y los verdes frutos

del naranjo. Surgen abanicos

de frescura y diamantes que no duran

sino el tiempo de un suspiro

La mariposa nace alegremente

donde el gusano muere y nada crece

sin haber sido antes otra criatura

que tal vez soy yo tal vez una ardilla

que se afana en la espesura. Gritos y silbidos

ccompañan el esqueleto que hace poco

era una gacela asustada

y que ahora esplende en la corola

de una flor amarilla. Todo vuela

todo canta o se arrastra sin remedio

como el repentino sapo de oro

que también es parte de mi vida

Llora la hiedra por un lado y por el otro

la fiesta de la alondra y la cigarra

empieza en el fondo de mi sangre

mi corazón sigue sin esfuerzo

la marcha misteriosa de una hormiga

que no veo. No hay lucero

que no brille en mi cabeza pero también

en un charco de agua sucia. Las viejas ramas

del olivo se confunden fácilmente

con mis huesos y no hay sabor más perfecto

que el milagro encerrado

en una gota de agua

Todo es redondo y perfumado

y hasta mi propio cuerpo es una jungla

donde el amor es como la lluvia

mi pensamiento una tortuga

que apenas sostiene el cielo

en un pedestal de nada. Un efluvio sagrado

de jazmín y madreselva cruza la floresta

como una esfera celeste

Todo me hiere y todo me ilumina

Yo soy la flecha que vuela

y también el animal herido

Me desespero por una frágil criatura

por un pájaro que muere pero me oculto

tras de una máscara de flores

sólo comparto mi tristeza con los sauces

mi alegría con la liebre

que ahora corre a mi lado. No beberé jamás

la copa de rocío que amanece

cada mañana entre el follaje

ni el rayo de sol que tanto espero

en la palma de la mano. Pero abrazo

el viejo roble como si fuera mi hermano

(¡Qué lejos ya qué lejos

las débiles casas de los hombres

las infinitas ruedas del dolor

y la fatiga la oscura llamarada

que todo lo llena de ceniza!)

Yo soy tan sólo un árbol

que camina un animal que florece

una piedra que sonríe

y la humilde rana que canta junto al río

canta también junto a mi pecho.

Se inclina el sol en la floresta

sube la luna baja el ciervo al arroyo

como a una cita secreta

sigo sus huellas su orina luminosa

hasta su reino de alabastro

pero en el fondo del agua

en lugar de su belleza

lleno de felicidad y de pena

veo sólo mis ojos que lloran

puesto que yo soy el ciervo

pero también el arroyo

 
                                                                                                    De: Celebración (Lima,2001)

Jorge Eduardo Eielson ( Lima, Perú, 13 de abril de 1924 – Milán, Italia, 8 de marzo de 2006). Poeta, narrador, dramaturgo, pintor y escultor. Es considerado uno de los poetas renovadores de la Generación del 50 en Perú.

Su infancia estuvo marcada por el abandono de su padre, un norteamericano de origen noruego pues el padre, aunque llegó a darle su apellido al niño, a pesar de que prometió que tras de ordenar algunas cosas en su país regresaría para iniciar una familia, nunca volvió a poner un pie en el Perú. La joven madre no soportó el abandono y luego de seis años de espera sintió que lo más apropiado era alejarse también del niño. Jorge Eduardo, de este modo, fue adoptado por una nueva familia a la que nunca sintió pertenecer.

Desde muy pequeño demuestra poseer dotes excepcionales para la escritura, la pintura y la música. 

En 1945, a los 21 años, Eielson ganó el Premio Nacional de Poesía sin haberse presentado. Su amigo, Javier Sologuren, presentó a escondidas el poemario Reinos, quizás porque sabía que Eielson era totalmente esquivo a cualquier protagonismo. Al año siguiente da a conocer sus dibujos en revistas y periódicos de Lima, y con sus amigos Javier Sologuren y Sebastián Salazar Bondy publica una antología de poesía peruana con ilustraciones de Fernando de Szyszlo. Ese mismo año obtuvo el Premio Nacional de Teatro por una obra titulada Maquillage, parcialmente publicada en la revista Espacio.

En 1948 hace su primera muestra personal con obras gráficas, pinturas y esculturas.

Antes de cumplir los 25 años, Jorge Eduardo viajó a París gracias a una beca. Aquí empezó a dedicarse  con disciplina a las artes plásticas y a experimentar con su original versión de nudos inspirados en los quipus (en quechua se refiere al sistema de nudos y cuerdas que usaban los Incas para escribir). Eielson mostró un profundo interés por materias tan dispares como la ciencia, el dibujo, la música, la arqueología o el budismo zen. Conoce MADI y algunos de sus principales protagonistas y adhiere al movimiento, realizando con ellos su primera exposición europea en el Salon des Realités Nouvelles, formada por obras abstractas y geométricas y móviles. En París conoce a Taisen Deshimaru, quien lo guía en el descubrimiento del budismo zen, que será fundamental en su vida y obra.

En 1950 le otorgan una segunda beca, esta vez de la UNESCO, y se traslada a Ginebra, donde empieza a elaborar una poesía totalmente distinta, de experimentación gráfica y visual. En 1951 llega a Roma, donde decide quedarse a vivir, trabajando como corresponsal de arte y literatura de varios periódicos y revistas latinoamericanas. Al mismo tiempo entra a formar parte del grupo del Obelisco, hace amistad con Piero Dorazio (1927-2005) y con Mimmo Rotella (1918-2006), y realiza distintas exposiciones. Pero entre 1954 y 1958 se concentra casi exclusivamente en la actividad literaria. Son los años en que produce los poemarios dedicados a la ciudad de Roma, así como su poesía más experimental, escrita precisamente en Roma.
En esta época conoce a Michele Mulas, joven artista sardo destinado a ser para siempre su constante compañero y su única familia. Entre finales de los 60 y principios de los 70 viven cambiando residencia a menudo, entre París y varias ciudades italianas. Eielson es invitado a la Bienal de Venecia en 1964, en 1966 y en 1972, a la Muestra de Arte Latinoamericana del Festival de Dos Mundos de Spoleto, a la Bienal de París, donde se le organizan además distintas exposiciones.

En 1967 viaja a Nueva York donde frecuenta el ambiente del Hotel Chelsea; poco después va a Lima donde realiza una gran exposición en la Galería Moncloa. En este periodo es tan activo en el campo artístico como en el literario: su novela El cuerpo de Giulia-no es publicada en México en 1971 por la editorial Joaquín Mortiz. Obra experimental con visos a la novela negra y de aprendizaje sentimental escrita entre 1953 y 1957. A raíz del hallazgo del cuerpo de Giulia, muerta en un canal de Venecia, Eduardo, alter ego del autor, emprenderá un viaje interior a través del cual volverá a transitar pasajes de su vida en el Perú; sus primeras incursiones amorosas homoeróticas con Giuliano, personaje recurrente en su vida; el desencuentro con su violento tío Manuel en la hacienda familiar de la selva; y el recuerdo de Mayana, la pobre niña presa de un destino trágico como el resto de su estirpe.

A finales de los años 70 Eielson y Mulas se establecen definitivamente en Milán, donde vivirán el resto de la vida, viajando a otros lugares sólo por breves periodos y por motivos de trabajo y durante el periodo estivo que transcurren normalmente en Cerdeña, en su casa de campo.

Jorge E. Eielson, Il corpo di Giulia-no, performance, Bienal de Venecia, 1972. Fotografía en color. Colección Centro Studi Jorge Eielson © de la obra Martha L. Canfield, 2022.


En los años 80 Eielson publica nuevos libros de poesía y de narrativa: en 1983 sale en París la que podemos considerar su obra maestra poética, Noche oscura del cuerpo, en edición bilingüe, con traducción francesa de Claude Couffon; y en 1988 su segunda novela, Primera muerte de María, publicada en México por el Fondo de Cultura Económica.

El trabajo literario y el trabajo artístico siguen caminos paralelos y con el mismo ritmo; pero poco después se producirá – o por lo menos resultará evidente – la conjunción entre ambos. Y esa conjunción pasa sin duda a través de la configuración del nudo/quipu. En 1988 participa en la Tercera Bienal de La Habana. Los años 90 lo ven muy presente en Galerías y manifestaciones de varias ciudades italianas: Roma, Bolonia, Milán, Bescia y otras.

En 1993 sale una antología de su poesía en edición italiana, Poesia scritta, preparada y traducida por Martha Canfield y publicada por la editorial Le Lettere de Florencia.

En 1998 se organiza en el King’s College de Londres un congreso internacional sobre su obra artística y literaria; y el coleccionista y mecenas Giuliano Gori lo invita a hacer una instalación en su hacienda de Celle (Pistoia), a la vez que publica su poesía visual en una edición sumamente refinada, con el título de Canto visibile.
A partir del año 2000 el nombre de Eielson se difunde cada vez más y su obra se propone en numerosas antologías, catálogos y volúmenes críticos. Además él regresa con nuevo entusiasmo a la escritura poética, publicando nuevas entregas que proponen una nueva forma de lirismo, intenso, emotivo, estilísticamente muy vigilado y a menudo tocado por el humor y por el gusto del juego. Salen así Sin título (Valencia 2000), Celebración (Lima 2001), De materia verbalis (México D.F. 2002), Nudos (Tenerife 2002) y Del absoluto amor y otros poemas sin título (Valencia, 2005). La editorial Ave del Paraíso, del poeta-artista español José Miguel Ullán, propone una vasta antología que llega hasta sus últimos poemarios, con el título Vivir es una obra maestra (Madrid 2003), paráfrasis de una vieja instalación Dormir es una obra maestra.
Michele Mulas, después de luchar con increíble serenidad y determinación contra una gravísima forma de leucemia, fallece el 19 de diciembre de 2002. Desde ese momento la enfermedad que ya estaba consumiendo el organismo de Eielson se va haciendo cada vez más evidente y dolorosa, reduciendo notablemente su autonomía. A pesar de ello, él sigue produciendo y escribiendo y manteniendo numerosas relaciones de trabajo y contactos con los amigos.  En 2002 la vida le reservaba una sorpresa extraordinaria ya que a través de un email descubriría que tenía una hermana en EE.UU. Un día, mientras una mujer navegaba por Internet, decidió buscar su apellido, poco común, solo para ver qué pasaba y descubrió al artista Jorge Eduardo Eielson, quien era oriundo de Perú. La señora Eielson recordaba que su padre había estado en dicho país antes de conocer a su madre, muchos años antes, decidió escribir a ese artista que llevaba su mismo apellido y el resto es historia.

Jorge Eduardo Eielson muere el 8 de marzo de 2006. En cumplimiento de su último deseo, sus restos fueron cremados y las cenizas reposan en el pequeño cementerio de Barisardo, al igual que Michele.

 Obra poética : Canción y muerte de Rolando en 1943, “Reinos en 1945, Habitación en Roma en 1951, Mutatis mutandis en 1967, El cuerpo de Giulia-no en 1971, Poesía escrita en 1976, 
Noche oscura del cuerpo
 en 1983, Primera muerte de María en 1988, Poesia scritta, antología en italiano (1993), Antología” en 1996,  Sin título (Valencia 2000), Celebración (Lima 2001), De materia verbalis (México D.F. 2002), Nudos (Tenerife 2002),Vivir es una obra maestra (Madrid 2003) y Del absoluto amor y otros poemas sin título (Valencia, 2005).

Enlaces de interés :

https://elcomercio.pe/arcomadrid/impreso-jorge-eduardo-eielson-otros-doce-artistas-peruanos-sonaran-arcomadrid-noticia-595355-noticia

https://redaccion.lamula.pe/2014/04/13/jorge-eduardo-eielson-cinco-historias-del-amor-divino/victorruizvelazco

Fuente de la bio : https://www.centroeielson.com

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