“El que hizo todas las cosas por amor, por ese mismo amor las guarda y las mantendrá hasta el fin”
Juliana de Norwich
“Dios no perdona, ama”
Juliana de Norwich
Dios es nuestra Madre
“Es una característica de Dios hacer que el bien venza el mal.
Por tanto Jesucristo, que opuso venció también El, con el bien, el mal; es nuestra verdadera Madre: nosotros recibimos nuestro “Ser” de El – y aquí inicia Su Maternidad – y con ella la dulce Protección y Custodia del Amor que nunca dejará de circundarnos.
Como es verdad que Dios es nuestro Padre, así es verdad que Dios es nuestra Madre.
Y esta verdad El me la mostró en todas las cosas, pero especialmente en aquellas dulces palabras cuando dice: « Yo soy el que soy ».
Es como decir, yo soy la Potencia y la Bondad del Padre; yo soy la Sabiduría de la Madre; yo soy la Luz y la Gracia que es amor beato; yo soy la Trinidad; yo soy la Unidad, yo soy la soberana Bondad de todas las cosas, yo soy Aquél que te hace amar, yo soy Aquel que te hace desear, yo soy la satisfacción infinita de todos los verdaderos deseos. (…)
Nuestro altísimo Padre, Dios omnipotente, que es el Ser, nos conoce y nos ama desde siempre: en un tal conocimiento, por Su maravillosa y profunda caridad y por el consenso unánime de toda la Trinidad beata, El quiso que la Segunda Persona fuese nuestra Madre, nuestro Hermano, nuestro Salvador.
Es por tanto lógico que Dios, siendo Padre nuestro, sea también nuestra Madre. El Padre nuestro quiere, la Madre nuestra opera y nuestro buen Señor, el Espíritu Santo, confirma; por ésto a nosotros nos conviene amar a nuestro Dios, en el que tenemos el Ser, darle gracias reverentemente y alabarlo por habernos creado, y rezar ardientemente a nuesta Madre para obtener misericordia y piedad, y rezar a nuestro Señor, el Espiritu Santo , para obtener ayuda y gracia.
Y vi con completa certeza que Dios, antes de crearnos, nos ha amado, y Su amor nunca ha disminuido, y nunca lo hará. En este amor El ha hecho todas Sus obras, y en este amor El hace que todas las cosas sean para nuestro provecho; y en este amor nuestra vida es eterna.
En la creación hemos tenido un inicio, pero el amor con el que El nos ha creado estaba en El desde siempre : y en este amor nosotros tenemos nuestro inicio.
Y todo ello nosotros lo veremos en Dios, eternamente.“
De: El libro de las revelaciones de Amor de Juliana de Norwich
“Entonces nuestro buen Señor abrió mi ojo espiritual y me mostró mi alma en el centro de mi corazón. La vi tan grande como si fuera una ciudadela infinita, un reino bienaventurado; y tal como la vi, comprendí que es una ciudad maravillosa. En el centro de esa ciudad se encuentra nuestro Señor Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, una persona apuesta y alta, obispo supremo, rey solemne, señor honorable. Le vi espléndidamente vestido. Se sienta erguido en el centro del alma, en paz y reposo, y gobierna y guarda el cielo y la tierra y todo lo que es. La humanidad y la divinidad se sientan allí en reposo; la divinidad gobierna y protege, sin instrumento ni esfuerzo. Y el alma está enteramente habitada por la divinidad, supremo poder, suprema sabiduría y suprema bondad”.
De: El libro de las revelaciones de Amor de Juliana de Norwich
La imagen aparece en el pórtico de la catedral anglicana de Norwich
Juliana de Norwich (8 de noviembre de 1342 – c. 1416). Escritora. considerada una de las más grandes escritoras místicas cristianas de Inglaterra.
En un lugar cercano a Norwich nació una niña en un hogar humilde. La historia no ha certificado que se llamara Juliana de nacimiento o si, por el contrario, adoptara este nombre más adelante cuando se convirtió en una anacoreta (una mujer que se retira de la vida secular con fines religiosos), tomó el nombre de “Juliana”, porque su celda fue construida en la pared de la iglesia de San Julián de Norwich. Originalmente, se cree que la iglesia fue nombrada, ya sea por san Julián el Hospitalario o san Julián de Le Mans. Lo que si sabemos seguro es su fecha de nacimiento ya que Juliana relata que ella era de treinta años y medio de edad cuando recibió sus visiones y así es como sabemos que ella nació en 1342. Un editor escribe, que uno de los manuscritos conservados habla de ella como una “mujer devota, que es una reclusa en Norwich, y todavía con vida, en 1413. Hay una evidencia que se encuentra en un documento contemporáneo que Juliana estaba viva en 1416, y que tenía una criada que vivía en una habitación contigua a la celda.
Como anacoreta, Juliana vivió una vida solitaria, sin dejar nunca su celda. Le llevaban las comidas, y mantuvo un pequeño jardín cerrado por una pared alta. La celda tenía dos ventanas, una hacia la iglesia y la otra hacia la calle. Juliana se hizo conocida en Inglaterra por el asesoramiento espiritual que allí ofrecía. Aparte de escuchar a través de una ventana con cortinas a los que venían a pedir consejo, vivía en completo aislamiento, probablemente con un gato, y en el arte se la representa a menudo con su gato. Es posible que debido a su labor de consejera cuando Juliana vivía, la llamaban «Madre Juliana», como está escrito en el monumento fúnebre que contiene sus restos mortales.
Sea como fuere, lo que sí se ha recogido es lo que extrañamente sucedió cuando esta mujer contaba 30 años y enfermó gravemente. Juliana se apagaba y una monja se sentó a su lado para rezar por ella. Una gran cruz estaba colgada en frente de su cama. Juliana no dejaba de mirarla. Pronto, en su rostro se vislumbró el frío y la angustia que precede a la muerte. Sin embargo, en el transcurso de esa enfermedad, experimentó “una revelación de amor a través de dieciséis visiones” a las que ahora conocemos con el título de El libro de las revelaciones de Amor o Showings. Acudió un sacerdote por la mañana al día siguiente para darle la extrema unción y le mostró un crucifijo. Cuenta Juliana que toda la habitación se oscurece menos el crucifijo sobre el que cae una intensa luz y de repente acontece la visión:
“En esto, de repente, vi correr la sangre roja bajo la corona, caliente y fresca y abundante, una corriente viva, como en el momento en que la corona de espinas fue apretada con fuerza contra su cabeza bendita. Comprendí, verdaderamente y con todo mi entendimiento, que era él, Dios y hombre, quien sufría por mí, que era él quien me lo mostraba sin ningún intermediario”. (Libro de visiones 45)
“Esta revelación – narra Juliana – fue concedida a una criatura simple e iletrada, viviendo en carne mortal, en el año de nuestro Señor de 1373, el décimo tercer día del mes de mayo. Dios me envió una enfermedad corporal en la que estuve durante tres días y tres noches; la tercera noche recibí los ritos de la santa Iglesia, pues no esperaba vivir hasta el día siguiente”.
Después de las visiones, Juliana se cura totalmente. A partir de ese momento vivirá recluida para escribir su obra magna. Cuando se recuperó, escribió un libro acerca de esas visiones, Revelaciones del Amor Divino, que también se le ha conocido como el Texto Corto. Este sigue siendo el libro más antiguo conocido escrito en inglés por una mujer. Varias décadas más tarde, ella comenzó a trabajar en un segundo libro, explorando más a fondo el significado de sus visiones, y se conoce como el Texto Largo. El libro incluye la frase más famosa de Juliana:
El pecado es necesario, pero todo acabará bien, y todo acabará bien, y cualquier cosa, sea cual sea, acabará bien.
En este segundo texto fue integrado el primero y ampliado por medio de una intensa labor exegética. Hay en este segundo texto una clara voluntad de estructuración, de modo que las visiones aparecen ordenadas en dieciséis shewings, literalmente ‘mostraciones’, término que alterna con revelations(revelaciones) y con sight (visión), haciendo hincapié en el carácter pasivo de la visión en la medida en que no es tanto ella quien ve, sino Dios que le muestra (shew) la visión.
Durante su juventud, Juliana deseó tres cosas fundamentales:
La primera: la memoria de la Pasión. La segunda : una enfermedad corporal. La tercera: recibir de Dios tres heridas (…) la herida de la verdadera contrición, la herida de la compasión de amor, y la herida de anhelo de la voluntad de Dios.
Norwich en aquella época era un importante foco de vida religiosa y comercial. La peste negra afectó notablemente a la ciudad. Una que, por cierto, como en el resto del mundo, mantenía a la mujer en un plano marginal. Es por ello que Juliana sabía a lo que se enfrentaba al escribir por primera vez:
(…) ¿Debo creer, por ser mujer, que no habría de hablaros de la bondad de Dios, habiéndome sido revelado al mismo tiempo que era su voluntad que fuera conocida?
Juliana es considerada la primera mujer católica en escribir largo y tendido acerca de Dios como madre. Sus ideas profundas hablan poderosamente hoy tanto a las mujeres como a las personas queer creyentes.
“Tan cierto como que Dios es nuestro Padre, Dios es también nuestra Madre“, escribió Juliana.
Juliana sorprende también porque nos habla sobre “la Madre Jesús”:
“Así que Jesucristo, quien establece lo bueno contra lo malo, es nuestra madre real. Le debemos nuestro ser – ¡y ésta es la esencia de la maternidad! – Y toda la protección deliciosa y amorosa que siempre le sigue. Dios es realmente tanto nuestra Madre como nuestro Padre.” (Capítulo 59)
“Así que Jesús es nuestra verdadera Madre por naturaleza en nuestra primera creación, y es nuestra verdadera Madre por gracia al asumir nuestra naturaleza creada.” (Capítulo 59)
“Una madre puede dar a su niño leche para succionar, pero nuestra querida madre Jesús puede alimentarnos consigo mismo, y lo hace cortés y tiernamente con el santo sacramento, que es el alimento preciado de la vida misma … La madre puede sostener al niño tiernamente contra su pecho, pero nuestra tierna madre de Jesús puede familiarmente llevarnos a su bendito seno a través de su dulce costado abierto …” (Capítulo 60)
La divinidad femenina es sólo una de las muchas revelaciones que han hecho que Juliana sea querida por el público. Juliana también utiliza objetos de la vida cotidiana para ilustrar la naturaleza amorosa y misericordiosa de Dios. Por ejemplo, en una visión Dios le muestra a Juliana un objeto pequeño como una avellana en la palma de su mano. Juliana escribe:
«Lo miré y pensé: “¿Qué puede ser esto?” Y la respuesta vino a mí: “Es todo lo hecho”. Me preguntaba cómo podía durar, porque era tan pequeño que pensé que de pronto podría desaparecer. Y la respuesta en mi mente fue: “Perdura y perdurará para siempre porque Dios lo ama, y de la misma manera todo existe por el amor de Dios“.
Juliana ha sido considerada por muchas feministas cristianas una auténtica heroína. Esta obra –Showings– la hizo muy popular en su tiempo, hasta el punto que una mujer llamada Margery Kempe, abandonó a su familia para llevar una vida religiosa y peregrinar hasta lugares santos. Uno de ellos es el Norwich de Juliana a la que tanto había admirado, que acudió a Norwich en 1413 para recibir sugerencias sobre su vida espiritual. Kempe es considerada la primera autora de una autobiografía en inglés. Allí contará cómo Juliana le enseñó el camino a seguir.
El trabajo de Juliana es muy respetado por los teólogos, historiadores y estudiosos de la literatura, y actualmente hay docenas de traducciones de sus revelaciones, junto con un sinnúmero de comentarios. Poetas y escritores modernos tan diversos como T. S. Eliot, Denise Levertov, e Iris Murdoch hacen referencia a Juliana en su escritura.
Siglos después de la muerte de Juliana el escritor T.S.Eliot hizo suyas las mismas palabras que identificarían la mística de Juliana de Norwich en unos versos que se convirtieron en un homenaje a ella:
Estado de simplicidad completa
(que cuesta nada menos que todo)
y todo acabará bien, y
cualquier cosa, sea cual sea, acabará bien
cuando las lenguas de llama se entrelacen
en el nudo de fuego coronado
y el fuego y la rosa sean uno.
Thomas Merton, monje trapense, teólogo, escritor, místico y activista, de los mas notables del siglo XX, comenta : “La teología de Lady Julian es una teología de la totalidad que lo abarca todo y de la plenitud del amor divino. Para ella, esa es la Realidad suprema, a la luz de la cual todo ser creado y todas las vicisitudes de la vida y de la historia se diluyen sin importancia. No ocurre que el mundo y el tiempo, el cosmos y la historia, sean irreales: pero su realidad es solamente una revelación de amor. Sin embargo, la revelación en sí no resulta inmediatamente clara. Hace falta una dádiva de Dios antes de que la luz irrumpa y el significado pleno del mundo se vea en su relación verdadera con Dios y sus eternos y amorosos designios”. (Místicos y Maestros Zen).
Y en su libro “Semillas de destrucción” Merton dice :
“Lady Julian es sin duda una de las voces cristianas más notables. Cada vez se agranda más ante mis ojos, según tengo más años, y mientras que en otros tiempos andaba loco por San Juan de la Cruz, ahora no lo aceptaría a cambio de Julian aunque me dieran el mundo y las Indias y todos los místicos españoles envueltos en un mismo paquete. Creo que Lady Julian de Norwich es, con Newman, la mayor figura teológica inglesa. Lo es de veras, pues razona por su experiencia del centro substancial del gran misterio cristiano de la Redención. Da su experiencia y sus deducciones claramente por separado. Y la experiencia, desde luego, no es nada meramente subjetivo. Es el misterio objetivo de Cristo según ella lo capta, con la mente y la formación de una mujer inglesa del siglo XIV. Y esa Inglaterra del siglo XIV es y siempre ha sido para mí un mundo de luz, pues casi he vivido en ella”.
Juliana es venerada tanto por la Iglesia católica como por la anglicana y la luterana, y es considerada una santa por la devoción popular. La celda de Juliana ubicada en la Iglesia de San Julián, en Norwich, es visitada por peregrinos de todo el mundo.
Juliana fue tan avanzada y tan genia, que en una época en la que se enfocaba la mirada en el “temor a Dios” ella expresó la maravillosa y atrevida frase : “Dios no perdona, ama” .
«¿Querrías saber qué quiso decir tu Señor y conocer el sentido de esta revelación? Sábelo bien: amor es lo que Él quería.
¿Quién te lo revela? El amor. ¿Por qué te lo revela? Por amor… Así aprenderás que nuestro Señor significa amor»
(Juliana de Norwich, Il libro delle rivelazioni, cap. 86, Milán 1997, p. 320).
Enlaces de interés :
https://valenciaplaza.com/juliana-de-norwich-la-mistica-feminista
https://es.aleteia.org/2020/05/21/la-mistica-medieval-que-preconizo-el-famoso-todo-ira-bien
https://www.scielo.cl/pdf/rchilite/n99/0718-2295-rchilite-99-00035.pdf
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